4

920 138 30
                                    

Cuando Seokjin perdió a Jaehwan o cuando se supone que lo hizo en otra vida, su mundo entero se vino abajo, perdió siete kilos en tan solo un mes y lloraba todas las noches.

Todos pensaron que era normal y que con el tiempo lo superaría.

Sin embargo pasó un año y Seokjin seguía igual, ensimismado y viviendo en una rutina donde no sonreía. Incluso su postura había cambiado, siempre permanecía encorvado y envuelto en grandes sudaderas como si estas pudieran esconderlo.

Del joven risueño y gracioso no quedaban vestigios.

Yoongi no sabia que hacer, sentía que estaba perdiendo a su mejor amigo, así que decidió hacer una intervención. Era hora de que Seokjin conociera otras personas.

Le presentó un chico de su clase, pero las cosas no sobrevivieron más allá de tres citas.

Para ningún joven de diecinueve años era agradable estar con alguien que parecía un títere, que no lo escuchaba y que parecía simplemente un dibujo de lo que alguna vez fue en verdad. Seokjin era bonito, pero habían más chicos lindos en la universidad y no valía tanto el trabajo, al menos no para alguien que además de conquistar al castaño debía preocuparse por sus deberes y pasarla bien.

Aún así, después de ese primer chico vinieron muchos más. Incluso una chica, ya que a Seokjin alguna vez le habían gustado las mujeres y quizás una no le recordaría tanto a Jaehwan, quizás Yerin sería más comprensiva y cariñosa.

Tampoco funcionó. La chica en cuestión se hartó apenas un mes después de comenzar una relación.

Los demás chicos son solo rostros sin nombre que ahora Seokjin no recuerda, personas que al final se aprovecharon de un chico dañado que no exigía más, que solo se conformaba con el calor de otro cuerpo por una noche, fingiendo que era su amor de la adolescencia.

Fue en ese momento que los padres de Seokjin comenzaron a asustarse, a hacerlo de verdad, porque su hijo parecía funcionar en modo automático, iba a la universidad pero se esforzaba apenas el mínimo requerido y cuando estaba en casa no salía de su cama, seguía comiendo simplemente por sobrevivir, se bañaba solo cuando tenía clases porque debía hacerlo o porque su mamá se lo recordaba.

Por primera vez su padre aceptó que no era un simple duelo y que su hijo necesitaba ayuda, así que tomó a Seokjin de un brazo y lo llevó con un psicólogo al cual le pagó con la tarjeta de crédito por un año completo de terapia.

Ahí Seokjin agradeció que el profesional hablase con sus seres queridos y les pidiera que respetaran sus tiempos, salir con otra persona no era una solución, más bien el amor propio era el camino ya que Seokjin tenía una dependencia emocional hacia su ex novio y debía aprender a querer cosas por sí mismo, tenía que aprender a vivir nuevamente.

Poco a poco Seokjin comenzó a mejorar en la universidad. Descubrió otros intereses, se acercó mas a Yoongi. Casi podría haber vuelto a ser el mismo chico de antes si no fuera por sus ojos que seguían tristes, vacíos, como si algo faltara aún en su vida.

A los 23 años hacia sus practicas en una escuela y por las tardes asistía nuevamente a la universidad para obtener un posgrado que le permitiría hacer clases a nivel superior.

Existía un margen de tiempo entre finalizar de dar clases en la secundaria y comenzar con las propias, el cual Seokjin pasaba en una especie de libreria/cafetería nueva que había encontrado camino a la universidad.

El lugar se llamaba "Books and coffee", lo que por supuesto no era nada original, pero funcionaba, era bastante tranquilo y además de las hileras interminables de estantes repletos de libros que podía coger mientras bebía su café, estaba decorado con plantas colgantes en cada rincón. Era bonito y Seokjin se sentía relajado.

DECISIÓN & CONSECUENCIA - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora