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Han pasado tres meses desde que Seokjin vio a Namjoon con Jimin y todo este tiempo ha pretendido que está bien, ser un hombre consecuente que acepta su destino, el destino que él mismo accidentó en favor de la vida de su primer amor.

Sin embargo sigue llorando todas las mañanas mientras está en la ducha y cuando sale después de esta, pasa su mano por el espejo empañado y lo reciben sus propios ojos rojos, agotados, tristes y por sobre todo arrepentidos, pero Seokjin seguirá fingiendo que es culpa del shampoo.

¿Que más puede hacer? No es como si Namjoon lo pudiera entender si él se arrodilla pidiendo perdón por arruinar algo que solo existe en su mente y corazón, algo que en algún momento también dejará de existir ahí.

No es tan notorio, el cambio en su mente se produce poco a poco, sin contar el cumpleaños de Namjoon, las demás cosas que ha olvidado son ínfimas, como por ejemplo el sabor del primer café que bebieron juntos o el libro que le recomendó en su segunda cita y así también se ha implantado en su cerebro información sobre Jaehwan que no debería saber, como el nombre de su primer jefe.

Seokjin se aferra con todas sus fuerzas al recuerdo de Namjoon, es difícil para él entender sus sentimientos, sería más fácil entregarse y ayudar a acelerar el proceso, quizás de esa forma podría ser feliz con Jaehwan.

Pero en el fondo sabe que su relación no tiene futuro, sigue siendo como lo era en la adolescencia, lo que estaba bien para un joven de 16 o 18 años pero no es suficiente para un hombre de veintiocho.

Y aún así, con todo el sufrimiento, no se imagina no enviando ese mensaje cuando tuvo oportunidad, no puede pensar en dejar morir a Jaehwan.

Su único consuelo es imaginar que Namjoon es feliz, que Jimin lo ama con un corazón sano y lo hace feliz como él nunca pudo hacerlo, cierra los ojos e imagina que Namjoon es el único para Jimin, que este sonríe cuando lo mira y se siente completo. Jimin jamás va a sentirse culpable por amar a Namjoon, por ser feliz cuando le está fallando al recuerdo de su novio fallecido.

Namjoon puede estar tranquilo, él no necesita saber que en la misma ciudad que vive, hay un hombre que llora todos los días su ausencia, que sigue cerrando los ojos por las mañanas y pide que vuelva seguro a casa por la noche.

♥︎♥︎♥︎

Una noche cualquiera Jin se queda hasta tarde en la universidad calificando exámenes y revisando el material de sus clases siguientes. No es como si tuviera mucho que hacer en casa. Mirar las paredes y retener el impulso de ir a comprar pintura gris se vuelve cada vez más difícil, por lo que pasar tiempo en el trabajo es una salida bienvenida.

Cuando pasan de las ocho entra en el apartamento exhausto y se quita los zapatos sin molestarte en anunciar su llegada.

Jaehwan lleva semanas metido de cabeza en un nuevo caso y llega después de medianoche, cuando Jin ya esta acostado y fingiendo que no lo escucha llegar.

Sin embargo, esta vez cuando avanza a la cocina para dejar su bolsa con comida para llevar del restaurant de la esquina, se encuentra con la espalda de Jaehwan trabajando en alguna especie de caldo con verduras.

—Hola cariño —Dice Jaehwan girandose con una sonrisa brillante y acerca una cuchara a Jin —¿Quieres probar?

Jin abre la boca atónito y recibe la comida.

—Está bueno —Murmura —¿Necesitas ayuda?

—No, ya casi está. Puedes ir a cambiarte.

DECISIÓN & CONSECUENCIA - NamjinNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ