14 | Revelación

279 17 4
                                    

La tensión dominó el ambiente, viéndose afectadas principalmente Gülbahar y Despina, quienes juzgaron a la joven sin ni siquiera darle la oportunidad de dar su versión de los hechos. Pertevniyal por su parte estaba cabizbaja soltando unas pocas lágrimas a la vez que sorbía su nariz, Mehmed le obligó a alzar la mirada con su mano posada en el mentón, ambos se miraron fijamente sin incomodidad de por medio, solo habían lágrimas y una extraña tranquilidad por parte del soberano.

De pronto éste le dió bruscamente la vuelta y le obligó a ver a las mujeres frente a ella.

—Agradecele a Allah que estás embarazada Gülbahar, porque te juro que de no ser así, no habría tenido compasión contigo— sentenció escupiendo fuego en cada palabra— ¡Lárgate antes de que me arrepienta!

La pálida pelirroja salió corriendo despavorida, y cuando se encontró lejos sacó algunas lágrimas que llevaba guardando desde que entró Mehmed.

Ni siquiera le había dicho nada de su creciente y notable embarazo.

Su hermana Fatma frunció el ceño, y tomo aire antes de hablar.

—Majestad, entiendo que...

—Lo tuyo no tiene perdón Fatma, dejarte envenenar por Gülbahar y después hacerlo con mi madre para lastimar a Pertevniyal.

—Mehmed...

—No tienes nada que decir Despina, es evidente que todos fueron injustos con mi favorita, ¿Qué ese título no es suficiente para que la respeten?— alzó la voz furioso, haciendo que las dos mujeres frente a él desviaran la mirada menos la Valide, que le miraba directo a los ojos.

—Queríamos saber si estaba embarazada, eso es todo majestad— Fatma volvió a justificarse.

—Hay otros métodos Fatma, otros métodos menos humillantes que este ¿Te has puesto a pensar cómo se sintió Pertevniyal luego de ponerla en esa situación tan complicada?— habló esta vez con más calma que antes.

Mehmed sabía perfectamente lo que pasaba, conocía a su pequeño ángel desde que tenía memoria, y por tal motivo, sabía que el sentimiento que palpaba todo su ser era la envidia. Desde que la rumana había despertado ese sentimiento de amor en él, le era imposible despegarse de ella, había descuidado a su rubia de oro, su pequeña hermanita.

Sin embargo, esto no justificaba su crueldad hacia Pertevniyal.

—Emetullah, llama a Nigar, lleven a Pertevniyal a mis aposentos, denle un poco de té, y todo lo que necesite— la pelinegra se retiró de los aposentos de la Valide y dejando a Mehmed con Fatma y Despina.

Cuando cerraron las puertas, el silencio incómodo volvió a invadir el lugar, Mehmed tomó la palabra.

Tengo que darles una noticia importante.

Aposentos del Sultán Mehmed Khan, Palacio de Edirne, Imperio Otomano.

Mehmed observaba a su amada con un rostro preocupado, pues la susodicha había estado todo el día en un estado de shock por toda la situación, había llenado su mente de información tan íntima para Mehmed que sentía que había violado su privacidad, sin embargo, no podía negar que le dolía todo lo que había hecho, amaba a un asesino, a una persona que solo es respetada porque es temida por sus actos atroces.

Luego esas mujeres venían y en contra de su voluntad le hacen una “prueba de embarazo”, y para su sorpresa, está embarazada.

Tiene que ser una broma.

—¿No estás feliz por tu embarazo?— Mehmed bebió de su sharbat mientras le acariciaba el brazo para que mantuviera la calma.

—Sí lo estoy, sólo que me aterra no conocer al padre de mi hijo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 07, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

𝐏𝐄𝐑𝐓𝐄𝐕𝐍𝐈𝐘𝐀𝐋 ©Where stories live. Discover now