6. Señorita mejillas rosadas

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Summer

Semana de exámenes y siento que me volveré loca en cualquier segundo. Necesito ayuda con una de mis materias, pero no tengo idea de a quién podría pedirle que me asista. Un foquito comenzó a encenderse en mi teléfono, cuando la pantalla completa se iluminó de golpe, dejándome ver la foto de Alex en ella. No lo pensé dos veces antes de responder a la llamada.

-¿Qué haces?- preguntó, mientras se escuchaba que algo rebotada al otro lado de la línea.

-Al parecer no botando un balón... Estoy estudiando física, de lo cual no entiendo ni la mitad de todo lo que leo.-dije comenzando a frustrarme.

-No es muy necesario que estudie. Mi promedio es excelente.

-El 7 es calificación aprobatoria, pero no creo que sea muy buena como tú piensas.- dije con cierto tono arrogante.<<Entiendan, ya estaba cansada de estudiar y no entender nada>>.

-¿Podrías dejar por un momento ese tonito? Tengo 10 limpio.-No sabía si reírme, o dejar que me explicara a qué se refería. Ni siquiera yo tengo un 10 perfecto. Aún matándome cada semana de exámenes.

-¿Desde cuando?

-Desde toda la vida. No tiene porqué sorprenderte tanto, Summer.

-De cierta forma odio que digas mi nombre completo... Es como si estuvieras molesto.- Refunfuño, haciendo a un lado mis cuadernos a modo de rendición.

-Me parece que un nombre tan bonito debería ser nombrado completo.-Siento como mi cara se calienta en segundos, y es obvio lo que está pasando. Me estoy tiñendo de rojo.

-Sum... Estas demasiado roja.- dijo algo sorprendida Jade.

Jade, Es la hermana menor de Alexander. Es una chica de 16 años, demasiado linda y tierna, aunque también tiene cierto sentido pesado en ella. Quizás no es lo suficientemente delicada para mi gusto, pero es una dulzura de niña, a la cual le he tomado bastante afecto desde que la conozco. <<Y eso es hace ya bastante tiempo. Y sí, siempre he mantenido una relación cercana a ella, ignorando que es pariente de mi nuevo amigo>>. Ella es como esa pequeña estrella que apenas logras ver en las noches, cuando el cielo se encuentra despejado o totalmente nublado. Ella es esa pequeña, que siento como si fuera mi hermana.

<<Regresando al tema...>> Tal vez Jade habló demasiado fuerte, pues al otro lado de la línea, se escuchaba tremenda carcajada, de parte de Alexander.

-¿Te has puesto roja?- preguntó él entre risas.

-Si lo hizo.- dijo Jade sin dejarme hablar.

-Eso sólo me pone más roja.- dije algo frustrada.

-Lo que daría por verte sonrojar.-Enfatizó Alex con cierta ternura en su voz.

-Tal vez sólo me pondría peor.

-Eso sería adorable.

Me quedé varios segundos callada, buscando que cosa responderle, pues su hermana me miraba de manera extraña como esperando saber lo que su hermano estaba diciendo al teléfono. Yo sólo solté un suspiro desesperado, mientras extrañamente también salía en mi rostro una sonrisa. Eso hasta que Alex interrumpió el silencio.

-Bien... Debo irme, tengo que hacer algunas cosas... Ya he ignorado bastante la tarea por hoy.

-De acuerdo señor ocupado.- dije respirando profundo,y sacando el aire de la misma forma.

-Hasta luego señorita mejillas rosadas.

El silencio se hizo de ambas partes, hasta que comenzó a sonar el ruido molesto del teléfono de cuando ya no hay llamada y te han colgado. Me sentía extraña después de esa llamada. Algo feliz porque tenía tanto que no me habían hecho sonrojar, pero triste porque tuvo que acabar tan pronto. No, simplemente no me entiendo, pero debe ser el sueño y el estrés excesivo después de mi gran intento por comprender y grabarme lo que mis apuntes y el libro de física decían.

Alexander

Me parece algo inmensamente tierno el poder imaginar que hice ruborizar a Summer. No entiendo porqué eso seria algo tierno para mí, pero lo era, y de cierta forma me hacía sentir satisfecho con lo que había logrado. Ella es una amiga increíble. <<Sí. Una amiga. No podría verla como algo más..>>

Entonces mi pequeña libreta de siempre, vacía y con hojas en blanco, me llamaba imaginariamente para que la abriera, tomara una pluma, y comenzara a escribir cualquier cosa que mi mano pudiera plasmar en sus páginas. Escribí por un buen rato, hasta que una llamada a mi puerta me quitó la concentración.

-¿Acabaste tu tarea?, necesito ayuda con algunas cosas.- dijo mi padre asomando su cabeza por la ranura de la puerta.

-Ammm... En un momento voy.- dije algo desconcertado, cuando me di cuenta que no había hecho nada de lo que debería estar haciendo. Vi todas las letras que había escrito con mi pluma negra, y sacudiendo la cabeza, preferí ignorar cada palabra, dejándolas en el olvido, esperando quizás algún día a atreverme a leer todo lo que había puesto allí, y descubrir el motivo por el cual las había escrito.

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