24.Todo tarde o temprano se descubre

1K 73 1
                                    

Summer

No puedo estarme quieta ni un segundo. Es como si tuviera hiperactividad no declarada. Alexander parece demasiado tranquilo, mirando al techo, acostado, con sus brazos detrás de su nuca, pero yo estoy a punto de romper esa tranquilidad tan envidiable que tiene, y lanzarme hacia él para inundarlo de cosquillas, aunque para ser sincera, no tengo la menor idea de si será cosquilludo, o no.

-Creo que si no hacemos algo, me quedaré dormida, y apenas son las cinco de la tarde.

-Shh

-Alex...

-Summer...-Cómo detesto que haga eso.

-Sígueme ignorando, y pagaras las consecuencias.

-¿Enserio seguirás amenazándome?, ya te he dicho que pegas como niña chiquita.-Fruncí el ceño, y me crucé de brazos.

-Podría molestarte con dulzura y amor, ya que eres como una gigante y sexy piedra.-Antes de que pudiese decir algo, me abalancé contra él, haciéndole miles de cosquillas por todo su abdomen, y se removía como gusano, más de lo que pude haber pensando.

-No, no, Summer, detente.-Su risa, cada vez se hacía más grande y profunda.-¡Para! Siento que me falta el aire.-Podía notar, como dos gotas cristalinas comenzaban a correr por sus mejillas. Quizás ahora ya no deje de reír jamás, lo cual sería espantoso, pues llegaría algún momento de la vida en que querría golpearlo por no callarse. Imagínense, decir algo, esperar una respuesta con seriedad, y que la otra persona sólo se tire al piso por estar riendo.

De un momento a otro, sus brazos y piernas recobraron la fuerza necesaria, como para hacer mi cuerpo girar sobre la cama, y terminar justo por debajo de él, apresada primero por sus piernas, y posteriormente por el resto de su cuerpo. Él continuaba riendo, pero poco a poco eso iba disminuyendo, mientras sólo me miraba y esperaba a que comenzara a tratar de quitármelo de encima, cosa que no pensaba hacer. Y no porque no quisiera, sino porque simplemente sé que es lo que espera y lo que disfruta viendo para molestarme.

-Entonces... ¿Piensas que soy sexy?-Volvió a estallar en una carcajada, mientras yo hacía una mueca frustrada. No puedo creer que haya dicho eso.

De repente, sostuvo mis muñecas contra el colchón, dejándome algo perpleja y confundida. <<¿Qué es lo que pretende hacer?>>. Acercó de a poco su cara a la mía, mientras casi podía ver en cámara lenta cómo juntaba y paraba sus bonitos labios. <<Me... ¿Me va a besar?>>. Entonces fue cuando sentí, como estallaba con estruendo-sí, demasiado exagerada, ya lo saben- su boca contra mi mejilla, para luego dejar regado un bello camino de dulces besos en cada centímetro de mi rostro-eso sí, sin exagerar-.

Eso provocó en mí un momento de risas tiernas, las cuales nadie en este inmenso y acabado planeta, ha podido obtener de mí antes. El parecía sonreír ante lo que escuchaba, así que repetía una y otra vez el camino invisible que había dejado antes con sus labios, mientras yo lo seguía con él, mentalmente. Todo hasta que mi concentración se detuvo, y pude notar cómo Alex hacía el camino de besos aún más largo, dejándome un poco alarmada al darme cuenta que sus besos comenzaban a ir por mi mandíbula, la parte de atrás de mi oreja y continuar bajando para dar un paseo por lo largo de mi cuello. Por un segundo mis risas continuaban, hasta quedar en un completo silencio, en el que solamente los besos de Alexander, sonaban sin cesar en toda la habitación.

Me quedé estática, e incapaz de poder detenerlo. Esto comenzaba a llenarme de pánico, pero no porque esto no sólo podría gustarme más de lo que debería. No. Estoy entrando en pánico porque en cualquier momento podría derretirme ante sus encantos, y sentir algo que verdaderamente pensaba imposible. Gracias a todos los cielos, y que alguien tenía compasión de mí para no dejarme como verdadera idiota bajo los besos de mi mejor amigo, la canción de Blame comenzó a sonar en mi teléfono. Él se detuvo en seco, como si hubiese visto un fantasma, o peor, como si hubiese visto entrando por la puerta a mi papá. Tomé teléfono y con torpeza respondí, sin antes pensar en que el término mejor amigo, comienza a parecerme patético.

Inexplicable Where stories live. Discover now