Tú no eres mí Gustabo ~ [Londoneye, GTA Roleplay]

Capítulo 4: Amenaza

P.O.V Lauren Thompson

— ¿Cómo pudiste? — dije entre decepcionada y enojada, me molesta que Jack allá tratado recomendarme si sabe de sobra las razones por las que dejé el FBI.

— ¿A qué te refieres?

— No te hagas sabes muy bien a lo que me refiero, no pienso volver a pasar por esto nuevamente. Tal vez tú estás acostumbrado a esta vida, pero yo no y más porque yo tengo... — me detengo antes de decir algo que no debo, Conway parece estar arrepentido, pero conociendo lo no dirá nada.

— Debes estar cansada, te llevo a un motel para te instales — Gustabo me dirige hacia el auto en el que había llegado, sin más me subo, veo como Gus le pide las llaves a Jack y sin protestar se las da. Parece estar pensativo.

Llevábamos ya un tiempo de camino y ninguno de los dos había dicho ni una palabra, cada uno estábamos en nuestro mundo.

— Oye, entiendo que estés enojada con Conway, pero sin importar que pase él te quiere mucho, aunque no lo demuestre. Además, durante estos días no ha dejado de hablar de ti — Gustabo me dirijo una sonrisa rápida.

Es muy lindo de su parte que trate de hacer de mediador entre nosotros, definitivamente Gustabo está muy cambiado, el antiguo Gus me habría dicho que me alejara de Jack, ya que siempre pensó que él era un "toxico".

— Si tienes razón, es que no tienes idea de todo lo que ha pasado estos últimos años, no ha sido nada fácil — suelto un suspiro de cansancio.

Al rato llegamos aquel motel, alquile un habitación y Gus me ayudó con mis maletas hasta la habitación.
Se despidió de mi con un beso en la frente y se fue para continuar con su jornada de trabajo.

Terminó de desempacar mis cosas y me acuesto en mi cama para poder dormir un poco, pero mi intentó de dormir se ve interrumpido por el sonido de mi teléfono, indicando una llamada.

Agarro el teléfono y veo que es una llamada de un número oculto, por poco decido no contestar, pero como siempre me gano la curiosidad. Como quien dice la curiosidad mató al gato.

<<<<<Llamada Telefónica>>>>>

— ¿Hola?

— Oh mi querida Lauren —dice una voz distorsionada.

—¿Quién habla? — dije en un tono firme, tratando de ocultar mi temor.

— Mi nombre no es lo importante, escúchame con atención porque no lo pienso repetir dos veces... No vas a irte de Londres, sobre todo aceptarás la oferta que te dio el comisario Gordon.

— ¿Quién es usted? Además, no va decir que carajo tengo que hacer con mi vida— estaba a punto de colgar la llamada, pero la risa de aquella persona me detuvo.

— Oh claro que lo harás o es acaso que quieres que Gustabo o Conway se enteren de tu lindo secreto — me quede paralizada por un momento, no es posible que alguien sepa de eso, si yo he hecho todo lo posible para nadie cercano a mí lo sepa — Que lástima sería que lo supieran o incluso que le pasará algo a...

— SUFICIENTE — dije enojada — haré lo me pides y luego qué.

— Con que vuelvas a trabajar es más que suficiente por ahora, sigue haciendo tú vida normal, cuando necesite algo de ti te contactaré nuevamente, nos vemos Lauren — cuelga la llamada.

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Producto del enojo y la impotencia tiró el teléfono contra la cama, que rabia no poder hacer nada para defenderme.
Agarro una almohada y la colocó contra mi cara, para gritar sin ser escuchada.

— ¡AH AH! Porque esto me pasa a mi — ya para estas alturas estoy llorando. Tú puedes hacer esto Lauren, piensa que es por el bienestar de todos. Haz un último esfuerzo para aguantar está situación.

Trato de darme ánimos a misma, para poder agarrar ese teléfono y llamar al comisario Gordon para decirle que aceptó su propuesta de trabajo. Antes detener el valor de llamar me dirijo al baño para lavarme la cara y relajarme un poco. Después de unos minutos buscó el papel que el comisario me dio con su número telefónico y tomó mi teléfono, agrego el número y por fin hago la bendita llamada.

<<<<<Llamada Telefónica>>>>> 

— Comisario James Gordon, ¿Quién habla?

— Comisario, soy yo Lauren Thompson...

— Oh sí claro, ¿Qué ocurre, señorita Thompson? ¿Todo bien? — pregunto en un tono confundido.

— Si... Todo bien, lo llamó para decirle que aceptó la propuesta de trabajo.

—¿Cómo?

— Pues eso, aceptó trabajar para el servicio secreto — dije nerviosa.

— Está bien... Me alegra que usted allá cambiado de opinión, siendo así podría pasarse mañana por comisaría, para gestionar su ingreso.

— Si claro, mañana estoy a primera hora, gracias.

— Gracias a usted señorita Thompson, que tenga un buen día.

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Me acuesto en la cama pensando en que voy hacer con todo esto, parce que mi estadía en Londres no será como lo esperaba. Porque mi vida no podía ser normal.