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no puedo ayudarme ni mi mismo ¿nos pertenecemos? la satisfacción se siente como algo lejano cuando no estás.


Dazai había sido dado de alta, ellos le habían dicho a su madre que había sido una simple pelea callejera con un par de chicos, el asunto había simplemente terminado ahí.

el castaño tubo una recuperación jodidamente lenta, a pesar de su edad sus heridas tardaban en regenerarse y eso hacia que todo fuera más doloroso, aún así Chuuya a su manera estaba junto a él, diciéndole lo idiota que era insultandolo sin detenerse pero ayudándole con labores domésticos. Dazai y Chuuya odiaron tener que verse soportando su mera existencia, pero ahí estaban

finalmente, Dazai se recuperó, ahora ambos estaban por poner una denuncia, ese día... época de lluvia, el cielo del atardecer era gris y húmedo... una sensación agradable, el mundo parecía ser un lugar mejor por el simple hecho de oler a tierra mojada; usualmente en literatura se le atribuye la lluvia al fracasó y la desgracia, tristeza, desesperación con melancolía pero... tal vez significaba algo distinto, sin importar si era bueno o malo, quizá la lluvia significa cambio, neutralidad... ni día, ni noche, solo color gris, ni frío ni calor, humedad; vida al dar agua, muerte al provocar desastres en miles de localidades... ¿porque hay que atribuirle a todo blanco u negro? no, gris.

-no entiendo porque tú tienes que acompañarme- se quejo el castaño mientras ambos hacían fila para hacer el trámite, el pelirrojo me miro indignado pero después río con ironía -tal vez porque soy tu único testigo, literalmente hemos estado fingiendo a todo el mundo que tú solo peleas con chicos por idioteces, cuando en realidad sufres de acoso- dijo y ninguno hablo nuevamente, entonces llegó su turno, la policía puso una orden de alejamiento, era un avance pero francamente ambos sabían que no era ninguna garantía.

cada uno tomo su caminó, pretendiendo ignorarse, en todo ese tiempo ninguno hablo del beso del otro día, era como un recuerdo empañado que ni siquiera tenía caso limpiar. Ninguno de los dos siquiera le daba importancia o pensaba en ello, lo veían como un cero a la izquierda

no, mentira.

pensaban en ese maldito momento cada noche antes de dormir, al levantarse, era inevitable y sobre todo para Dazai, le desagradaba eso que sucedía pero entonces solo por ese hecho pudo darse cuenta de algo que el desconocía de si mismo; supo que era bisexual, con preferencia a las mujeres pero a final de cuentas bisexual y no le avergonzaba decirlo, el problema para el era reconocer que se había dado cuenta de eso por Chuuya, justamente por el, ese mismo chico al que había odiado toda su vida y ahora lo consideraba atractivo.

Nakahara pasaba por algo similar, es decir, ser gay no era que todos los hombres le gustarán, reconocía que Dazai era atractivo, pero jamás fue su tipo, el prefería a los chicos más bajos que él y que por lo general encajaran en el adjetivo "adorable" Dazai definitivamente no era más bajo que el y tampoco era adorable, más bien era un tipo caliente y pervertido. Joder, como odiaba que Dazai hubiera cambiado su "estándar" de chico ideal... no, a él realmente le gustaban ese tipo de chicos pero Dazai, el era la excepción. Desde el día de la denuncia no habían vuelto a hablarse, ni siquiera en la escuela, a veces se miraban de reojo pero hasta ahí, quizás finalmente estaban preparados para continuar sus vidas separados alejándose de ese veneno que los estaba matando por dentro de forma mutua... o al menos eso pensaba Chuuya, lo hacía hasta que recibió un mensaje de un contacto agendado como "D"

le sorprendió, realmente lo hizo, tenían sus números pero jamás se hablaron, hasta ahora, aunque en realidad lo que más le sorprendió fue ver el contenido del mensaje.

"-Hola-"
"-ven a mi casa, ahora-"
"-todo está bien, tengo una propuesta para ti, he pensado desde aquel día-"

eso era todo.
no había alguna otra explicación que pudiera responder a las preguntas que se le cruzaban por la cabeza, decidió que por su salud psicológica lo pensaría demasiado las cosas, cometió el error más grande de su vida, firmando su decadencia...
había decidido ir

𝒖𝒍𝒕𝒓𝒂𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 Where stories live. Discover now