CAPÍTULO 9 "Un último recuerdo"

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Una sospecha es el indicio de un primer error qué puede desencadenar serías consecuencias. Le ordena deshacerse de la única vinculación que tiene de su madre pero aquella orden es bien difícil para ella, hasta que se le ocurre lo siguiente...

Todo comenzó esa mañana cuando una mano grande de dedos gruesos recoge un corcho y presiona hasta poder colgar el extremo de una foto. Retrocede un paso y contempla con el índice rosando sus labios hasta pellizcar su aspero menton.

-Arturo Silva- dice entre dientes. Observa su mirada caída, su expresión era tan normal que pasaría desapercibido. Se devuelve y desata el cordel rojo que se ataba en la dirección de su casa, guiando el otro extremo, recorriendo calles y avenidas donde suele transitar mujeres, niños y adolescentes, hasta llegar al bosque donde se hallaba colgado la foto de Ricardo Silva su hermano, conocido por ser un buen cazador de patos y ciervos.

Ambos hombres desde la adolescencia tenían antecedentes delictivos, de familias problemáticas y con trastornos de bipolaridad, lo mas curioso es que eran recién llegados y consiguieron empleos rápido: uno en una mecánica y el otro cómo conserje en un colegio. El teniente se coloca las dos manos sobre su cintura desviando sus ojos de una foto a otra preguntandose ¿Porque han venido desde tan lejos?

Por un momento se distrae por el olor a café y en una reacción instantánea desvía sus ojos hacía el reloj de la pared, 6 de la mañana. Observa su aspecto en el reflejo de la pizarra de cristal, era terrible y detrás de él se hallaba Marcos con la taza en la mano -. Veo que lo necesitas jefe- dice y detiene toda su atención en las fotos de ambos cadáveres, observa un círculo rojo en sus heridas. Marcos levanta ambas imágenes y se percata de la similitud.

-Qué dice el informe del forense- dice con un brillo de descubrimiento en su mirada, buscando alguna otra señal que él halla visto.

-Son las mismas - responde el teniente Santos antes de darle un sorbo a la taza.

Marcos abre las páginas, revisando algunas líneas pero no les presta mucha atención, estaba convencido que había algo mucho más profundo de lo que dice un simple informe cómo la ambigüedad de los hechos y se lo hace saber -. Jefe, estos hombres estaban de cacería pero hubo alguien que los estaba siguiendo.

El teniente sin perder de vista la siguiente página dice -¿Un asesino que caza a otros asesinos cómo un fatasma?- sonríe - Suena muy increible para ser verdad.

Marcos se queda callado, pero reconoce que su jefe sospecha algo parecido aunque es el quién lucha contra aquella idea. Señala los círculos con una exaltación en su voz -Las heridas de esos hombres comprueban que pudo ser la misma persona.

El teniente se detiene en un breve silencio, abandona el informe y concede su atención hacía el joven aprendiz diciendo -¿Y cómo supo esa persona el punto y el momento exacto para atacar a esos hombres? Además, uno estaba armado y el otro en las profundidades de su casa ¿Como?

Marcos desvía los ojos y los recorre por todas las fotos regadas en la mesa cómo si buscara una respuesta hasta que la encuentra -Quizas sea ella-. El teniente respira profundamente mientras observaba la foto de Beatriz, se pasa una mano sobre sus labios hasta estrujar sus cansados ojos sin emitir una respuesta.

-Esta chica estuvo presente en ambos incidentes, quizás hizo algo- sigue alegando el joven agente, convencido en su deducción.

El teniente sigue observando la foto pero tal vez la edad o su aspecto, le daba un duro golpe en el pecho cómo si estuvieran señalando a su hija -No lo creo- se levanta de su asiento.

-¿Porqué?

-Porque es circunstancial, no prueba nada. Además, ambos hombres fueron apuñalados con el mismo tipo de cuchillo, cosa que no se encontró en ambas escenas.

Nima - Una depredadora disfrazada de presaWhere stories live. Discover now