Capítulo 37

1.6K 61 10
                                    


EMMA POV

—¿Que pasa, por qué no respondes?— Dijo con suavidad

—No, no, lo siento— Me aleje y salí del agua

—¡Emma...Emma espera!

—¿Que pasa, es que acaso no me quieres?— Beso mis manos

—Francisco yo... Yo no puedo hacerlo, no puedo— Me solté de sus manos

—Compartelo conmigo... por favor

—¿Que?— Pregunté confundida

—Si, hay algo que no te deja avanzar, que no deja que tu corazón hable por ti, compartelo conmigo. Confía en mí— Mi respiración comenzó a acelerarse

—¿Como sabes que tengo algo que decir?

Volvió a tomar suavemente mis manos —Porqué esa sería la única explicación que encuentro ahora mismo— Acarició mi rostro

—Estoy desesperado Emma, no puedo seguir así

—No, lo siento— Retrocedí

—¿Pero... por qué es tan difícil, que acaso no confias en mi?

—Ya dejame, entiende que no puedo

—Tal vez yo pueda hacer algo, ayudarte, solo confía en mí— Insistió y camino hacia mi

—No— lo detuve
—tienes que irte...

—¿Que?... ¿Prefieres tirar todo a la basura?... ¡Te estas negando a querer Emma, no es justo para ninguno de los dos!

—Si no tienes la suficiente confianza en mi entonces yo no tengo nada que hacer aquí— camino hacia la casa

—Francisco— susurre pero era demasiado tarde, se había ido

—¿Emm?, Dios mio que ha pasado, ¿Por qué Francisco salio de ese modo?, ¿Por qué lloras?— Mery apareció junto a mi

Toque mis mejillas. No había notado que estaba llorando

—No pude Mer, no pude decirle, soy una cobarde— Solté y ella solo me abrazo con fuerza

—Tranquila, ven, vamos a secarte— ambas caminamos hacia mi habitación

—¿En donde esta Nacho?

—Tuvo que salir, al parecer era urgente

—Tranquila Emm, cuéntame por favor, ¿que ha pasado?

Suspire —hable con Leo, estaba muy mal y...

Comencé a contarle paso a paso lo sucedido, Mery me escuchaba atenta y a la vez anonadada por la historia de Pamela

—No puedo creer que esa zorra haya sido capaz de deshacerse de su propio hijo... Con razón, claro

—Leo me beso a la fuerza— Solté antes que me hiciera más preguntas

—¡¿Que?! Dios mio, entiendo... le contaste a Francisco y este salio en busca de Leonardo

—No Mer, Francisco no sabe nada del beso

—¿Y entonces?, no entiendo nada

—No pude contarle sobre mi pasado Mer, soy una tonta

–No. Emma, tranquila si no le contase de seguro es porque no estabas preparada para hacerlo, o quizás no le tienes la suficiente confianza

—No Mer— la detuve —por supuesto que confío en él

—Sigo sin entender, ¿podéis explicarme?. y por favor que la plastilina no sea rosa—Gruñó
—odio ese color

(EN EDICIÓN) Te Odio Como Nunca Quise A Nadie |Isco Alarcón|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora