¿Tienes al menos una idea de lo que es la realidad?
Porque lo único que yo sé, es que es algo que vivimos todos los días. Pero... ¿Puede la realidad cambiarte todos los planes? Digo, cada quien es dueño de sus actos, pero existe algo... el odio, es...
-Francisco... Yo necesito verlo, todos estos años solamente he querido preguntarle porque me hizo tanto daño, porque se empeño en engañarme
-Mi cielo- Tomo mis manos -Eso ya es pasado, debemos seguir adelante, con nuestros hijos, con nuestro amor
-Francisco, yo quiero hacerlo- Me solté de su agarre y continúe metiendo las cosas de los niños en sus mochilas
-¡Liam, Madii, vengan aquí por favor!- Llame
-Emma, por lo menos dejame acompañarte
-No, tu debes llevar a el niño al bernabeú
-Eso puede esperar
Los niños entraron en la habitación riendo
Sonreí -Sus mochilas, vamos tomen las suyas- Solté ayudando a Madii con la suya
-Papá, la abuela Elena dice que nos llevara al parque - Liam se acerca divertido
-¡Eso suena muy divertido!. Cuidas a tu hermana eh
-¡Si señor!- Soltó llevando su manito a la frente prometiendolo
-Papi, ¿podemos comer también un helado?- Es Madi la que se acerca
-Todo el que quieran, pero no le digas a mamá que dije esto. ¿De acuerdo? - Ella asintió divertida pero había escuchado a la perfección
-Bueno yo creo que un solo helado es suficiente- Comente mientras ataba los cordones de Liam
-Mamá, papá y mi hermana están tramando algo
-Lo sé mi niño, lo sé. Pero sabes que... Nosotros también podemos tramar algo- Susurro en su oído y este rio con fuerza
-¡Si, si, si!- Aplaudió divertido
Reí y tome sus manitos para caminar hacia la sala, abajo Elena terminaba de darle de comer a nuestro pequeño Francisco
Los niños corrieron hacia Elena emocionados pidiéndole que se fueran ya
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-Está bien, ya es tiempo- Solté tomando a Francisco en mis brazos
-Emma querida, por favor ten cuidado- Me susurro antes de salir con los niños
Asentí dándolo por hecho
Francisco estaba esperándome en la puerta, aunque a él no le agradará la idea de que fuera a ver a William a la cárcel, yo deseaba hacerlo, todos estos años pase preguntándome porque a mí. Ahora que lo han trasladado a unas de las cárceles de aquí es mi oportunidad. Y si, quiero hacer esto sola
Partimos en completo silencio, nuestro pequeño Francisco iba en el asiento trasero, en su silla especial
-Emma- Soltó una vez que habíamos llegado a la sede