Capítulo 60

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CAPÍTULO EXTRA

EMMA POV

Disculpe señorita. Interrumpió la enfermera con una carpeta

Y después de unos segundos eternos pude apartar la mirada de Francisco.

Necesito que me acompañe a firmar unos papeles. Dijo amablemente

Eh, si claro que si. Me compuse y Camine delante de ella

Observe a la enfermera y está miraba profundamente a Francisco, su cara estaba roja y tenía una pequeña sonrisa en sus labios.

Raspe mi garganta esperando que la enfermera se moviera, pero no.

¡Señorita! Solté fuerte y entonces la mirada de Francisco volvió a chocar con la mía

La enfermera movió su cabeza y camino rápidamente hacia los pasillos, tome mi bolso y la seguí

Mis manos aún temblaban y sudaban... ¿Por qué me ponía tan nerviosa? Francisco no se merece que mi corazón aún se agite ante su presencia. Sabía que esto pasaría algún día. Tenía más que claro que mi secreto tenía las horas contadas.

Firme aquí por favor... Sonrió alegre

Asentí y firme. ¿Algo más?

Oh no señora Emma, solo era eso

De acuerdo. Solté y la figura de Francisco apareció tomando asiento en la sala de espera. De inmediato las enfermeras comenzaron a susurrar y a reír entre ellas, negué con mi cabeza

¡Emma qué bueno verte, tanto tiempo!

Muchachos, sonreí... Que agradable volver a verlos

Todos sonrieron. Que bueno que llegaste, tu eres perfecta para los planes que el equipo tiene en mente.

Ya tendremos tiempo para que me comenten todo. Sonreí un poco y me aleje para marcarle a Mery, Francisco me observaba fijamente desde una perspectiva poco cómoda para mi.

¿Emma sucedió algo? Respondió al segundo tono

Tengo noticias... Nacho ya puede recibir visitas

Hubo silencio. Iré de inmediato, necesito verlo

Mer...

*FIN DE LA LLAMADA*

Me había cortado, obviamente estaba ansiosa por verlo.

Guarde mi teléfono y tome asiento, quizás a Mery no le sentaría bien ver a Nacho así, para cualquier persona es difícil ver a alguien a quien amas postrado en una cama, con tantos tubos y cables por doquier.

Deslice las manos por mis brazos proporcionandome calor. Sería una noche muy fría

Alce un poco la mirada.

Ahí estaba todavía, su mirada impregnada en mí sin mover un solo músculo.

Me puse de pie rápidamente, no puedo con esta incomodidad

¡Quieres dejar de mirarme! Solté hacia su dirección

Miró hacia su alrededor y caminó hacia mí con lentitud.

Mi corazón comenzó acelerarse. Me puse de pie

¿Acaso compraste mis ojos? Yo puedo mirar para donde me plazca. Soltó indiferente

Ah... Claro, sigues siendo el mismo patán de siempre, solté y le di mi espalda

Y tú la misma niña, más hermosa claro, pero la misma consentida que consigue siempre lo que quiere

(EN EDICIÓN) Te Odio Como Nunca Quise A Nadie |Isco Alarcón|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora