Capítulo 3: El Pueblo del Oeste

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Cuando menos lo espero se quedó dormido en el suelo junto a su hermana, había llevado sus fuerzas al límite y su cuerpo gritaba por un descanso

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Cuando menos lo espero se quedó dormido en el suelo junto a su hermana, había llevado sus fuerzas al límite y su cuerpo gritaba por un descanso.

Despertó horas después, no sabía con exactitud cuántas, pero deducía que casi toda la noche, su hermana se había acurrucado a él buscando calor y la había abrazado mientras dormían. Se separó lentamente esperando no despertarla, se sentó en el suelo y casi vuelve a caer hacia atrás por el dolor que presentó su cuerpo. Sus piernas duelen, los huesos de estas lo están matando desde adentro, su espalda tampoco se salvaba, ¿cuántas veces cayó anoche? ya ni lo recuerda.

Su mirada paseó por su cuerpo, de por si tenía cicatrices ahora de seguro tendría más, luego llegó hasta su pie izquierdo, lo veía ligeramente morado. "He pasado cosas peores... esto no es nada..." se dijo y tomando aire se levantó de un solo golpe, doloroso pero rápido.

Apretó sus dientes con fuerza y caminó débilmente hasta una pequeña montaña de ropa, llegó hasta y se sentó en el suelo, intentando no ser brusco. Rebuscó entre esas prendas, que en la mayoría eran de Ume, una suya para usarla. Al encontrar una, agarró una manga y la rompió con sus dientes. Tenía que cubrir su herida, evitar alguna infección ya que era una herida abierta y eso podía dificultar su camino, podía perder la movilidad del pie no podía permitir eso. Enrolló ese pedazo de tela en su pie, apretándolo lo suficiente para evitar el sangrado y una infección. Suspiró profundamente y se levantó, no había diferencia, le seguía doliendo, pero era lo mejor para su largo camino.

Caminó hasta la pequeña ventana del cuarto, la abrió solo un poco para ver si ya era de mañana. No, no lo era, "Solo faltan horas para que el sol comience a salir, y en ese tiempo debemos al menos salir del Distrito Rojo... ¿pero cuando el sol salga?" claro, ¿cómo podría seguir sin arriesgar la vida de su hermana ante el sol? ¿qué harían mientras? Gyutaro sabía que estaba arriesgándose, tanto a él como a su hermana, saliendo de ahí se alejaban de lo único que puede llamar "hogar", no había marcha atrás. Él, no, ellos saldrían del Distrito para nunca más volver, comenzarían de nuevo afuera del ambiente en donde vivieron toda su vida, y no podía evitar pensar que los espera afuera. ¿Será distinto al Distrito Rojo? ¿habrá más demonios? ¿más cazadores? ¿tendrán mejores oportunidades?

—¡Mmmh...! —eso lo hizo salir de su trance, miró a su hermana y esta ya estaba despierta, parecía somnolienta pero intentaba llamarlo. Sonrío levemente, algo que se permitía solo cuando estaba a solas con su hermana.

Fue hasta ella y se agachó enfrente, le dio unas palmadas en la cabeza como solía hacer.

—Niña tonta. —al parecer no reconoció esas palabras y solo cerro los ojos disfrutando de sus acciones. —Lamento no haber llegado a tiempo, Ume... —bajo la mirada. —Pero no te preocupes, —volvió a mirarla. —encontraré la manera de que vuelvas a ser humana, no importa que tenga que hacer, lo conseguiré a cómo de lugar. —prometió. —Mmmh... —su hermana agarró su mano y la entrelazó con la suya, para después captar su atención y sonreírle, o eso intentaba ya que el bambú se lo impedía.

Siempre Juntos | AU Kimetsu No Yaiba | RoleSwapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora