Capítulo 3: La Temporada de Reproducción

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Harry volvió lentamente a la consciencia y por un momento estuvo completamente confundido en cuanto a dónde estaba y por qué, pero ya se había sentido así varias veces y todas esas ocasiones habían sido después de una luna llena.

Eso le ayudó a centrarse, su cabeza comenzó a doler al recordar y caer en cuenta de que la noche anterior fue luna llena y cambió a su contraparte lobo, pero la diferencia fue que esta vez se sentía tan… normal después de la luna llena.

No tenía ningún tipo de dolor grave, no tenía ningún corte en su cuerpo y las nauseas que sentía normalmente después de consumir algún humano estaban ausentes, sólo había una placentera sensación de satisfacción que venía de una comida increíblemente buena y el cansancio que por lo general seguía a una noche de caza y persecución durante la luna llena. La transformación siempre lo desgastaba un montón y le causaba mucho sufrimiento físico, esto dejaba tras de sí un residuo de dolor en su cuerpo al que se había acostumbrado desde hace mucho tiempo, pero al menos esta vez no tenía ningún músculo desgarrado.

Recordó unos cuantos fragmentos de lo que había hecho y lo que había pasado durante la luna llena, pero su memoria aún se encontraba muy débil cuando quería recordar lo que había hecho en su forma de lobo. No podía meterse dentro de la cabeza del lobo cuando no había luna llena, pero al parecer su lobo nunca lo abandonaba, ni siquiera cuando la luna se marchaba por completo del cielo. Siempre estaba con él.

Recordaba estar con su manada, dormir amontonados y que Fenrir se había acomodado tras él, pero ese era el límite de lo que podía recordar y forzar más su memoria causaba un molesto palpitar, así que dejó de sobre exigirse, nunca recordaba mucho de la luna llena de todas formas, pero al menos ahora estaba mejor que cuando se había transformado por última vez. Cuando se despertó la tarde después de la luna llena y no sabía dónde estaba, qué había hecho o qué había comido, cuando no sabía de dónde venían las heridas en su cuerpo o de hace cuánto tiempo las tenía. No sabía cuán lejos había viajado o en qué dirección, todo a su alrededor era ajeno y desconocido… ¿habría sido visto por la gente que vivía en los alrededores del bosque en el que estaba? ¿Podrían estar intentando cazarlo con armas de fuego? ¿Se habría comido y matado a la hija del alcalde de la ciudad? ¿El hijo del dueño de una tienda? El miedo, la confusión, la culpa, el dolor, el no saber, casi lo habían conducido a la locura.

Ahora estaba mejor, un año después, él sabía cuando comenzaba el cambio, sabía dónde estaba ahora, sabía que su manada estaba rodeándolo dado el hecho de que podía oírlos y olerlos, incluso si no era capaz estar junto a ellos. Sabía que estaba a salvo, sabía que había comido un ciervo la noche anterior y no a otro humano y tenía unas cuantas memorias fragmentadas de la luna llena. Considerándolo todo ahora estaba mucho mejor de lo que lo había estado hace un año atrás, ahora estaba más centrado, quizá no había ganado ningún tipo de control sobre su lobo, pero ahora tenía una manada que lo ayudaba a mantenerse en la línea y lo mantenían distraído. Sólo después de pertenecer a la manada su vida había mejorado. Estaba agradecido con ellos por hacerse cargo de él, o tal vez sólo con Fenrir por aceptarlo, porque como el macho alfa de la manada, había sido su decisión y sólo suya.

Arrastrándose fuera de la pequeña cama de pieles en la que se había despertado, Harry se deslizó fuera de la diminuta y superficial cueva, aproximándose al lobo más cercano, Scott, quien lo saludó alegremente antes de pararse y estirarse.

Scott era un beta fijo, no se acercaba a la jerarquía superior de la manada, pero tampoco pertenecía a la parte inferior. Había dos machos beta con posición fija dentro de la manada, Scott y Stacey y aunque luchaban entre sí y algunas veces intercambiaban posiciones con algún otro, ambos eran dos machos beta en la mitad de la jerarquía y por lo que Harry podía decir, muy raramente hacían ese cambio, no eran lo suficientemente fuertes como para llegar más alto, pero eran lo bastante fuertes como para no acabar en la parte más baja de la manada.

The Tribulation of the Blue Moon [Traducción]Where stories live. Discover now