Capítulo 9: El Golpe

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A la mañana siguiente, Harry no podía quitarse la sonrisa del rostro, a pesar de que se tropezaba y caminaba divertido por los alrededores de su nuevo hogar. Su cuello estaba enrojecido por las mordidas de amor, mordidas de verdad e incluso tenían un poco de sangre seca que la lengua de Fenrir había olvidado mientras lo limpiaba. Tenía arañazos recorriendo su espalda desnuda las cuales exponía con orgullo y cierto aire de suficiencia, a pesar del aire frío, junto con las mordidas y las marcas en sus hombros y su estómago, las marcas se extendían por sus muslos e incluso e incluso tenía la marca de una de las mordidas de Fenrir en el interior de su rodilla y en su tobillo, pero no podía caminar sin sus jeans puestos. Fenrir se pondría furioso y además hacía frío.

Fenrir tenía sus propias marcas. Marcas de mordidas en su pecho, alrededor de sus pezones y tenía marcas de uñas en su espalda y en sus hombros, y una arañazo largo y sangriento en su espalda baja, también iba sin camiseta, pero era tan presumido que se pavoneaba con el pecho hinchado como si fuera de la realeza.

Había hecho que Harry gritara repetidamente y lo había jodido tan duro que para cuando terminaron y Harry fue anudado se desmayó debido a la fuerza de su cuarto orgasmo.

Sus compañeros de manada los fulminaban con la mirada y se quejaban de que su Alfa los mantuvo despiertos, como siempre los gritos de Harry los mantenían despiertos durante la mayor parte de la noche, pero los nuevos miembros de la manada no dijeron una palabra, demasiado inciertos en cuanto a qué recibirían como castigo y qué se les permitiría, exceptos para aquellos que habían conocido a Fenrir cuando era un cachorro, ellos lo molestaban sin piedad y lo fastidiaban tanto como Jonas, Grant y Bryan.

- Bruno nunca tomaba a sus perras fuera de la temporada de reproducción; no estamos acostumbrados a escuchar que hagan el amor tan sonora y públicamente fuera de la temporada de cría, – dijo Worrick y con una sonrisa palmeó el enorme y desnudo hombro de Fenrir.

- Tendrán que acostumbrarse entonces – dijo Harry con una amplia sonrisa y un tambaleo en sus rodillas. – El verano es el periodo en el que lo hacemos menos porque hace calor, incluso en la noche, normalmente estamos demasiado acalorados y agotados para hacer alguna otra cosa y con los cachorros despertándose cada tres horas, usualmente estamos demasiado cansados, aunque a menudo lo hacemos para reafirmar nuestros reclamos, incluso en verano, sin embargo, en cualquier otra estación somos muy enérgicos, especialmente en invierno. Necesitamos mantener el calor.

Fenrir bufó y tiró de Harry para que apoyara en él, Harry lo hizo envolviendo sus brazos a su alrededor con un suspiro alivió un poco el peso en su palpitante espalda baja y sus temblorosas rodillas, ignorando que éste era un gesto sumiso.

- ¿Dónde están los niños? – gruñó Fenrir.

- Están bien, Jonas y Bryan están tratando de hacer que gateen, pero nuestros chicos no captan el truco, ellos todavía demandan que los carguemos a todos lados.

Fenrir sonrió y jugó con todas las marcas que surcaban el cuerpo de Harry, sus marcas de mordidas, los arañazos, los oscuros moretones en donde había chupado su piel, los moretones dejados por su firme agarre. Harry los enseñaba con orgullo y es probable que esto fuera para el beneficio de las malhumoradas mujeres amontonadas al otro extremo del claro.

Harry sabía más que bien que no debía morder el cuello de Fenrir, tal cosa demostraría que intentaba desafiar a Fenrir por su posición de Alfa, así que dejó esa zona en paz, pero eso no se extendía a su pecho u hombros, los cuales ahora estaban marcados libremente con pequeños dientes y mordidas, moretones y arañazos. Él también los mostraba con orgullo, se lo merecía, anoche había complacido a Harry inmensamente como derecho por su victoria al reclamar un nuevo territorio y las victorias que ambos habían logrado en sus respectivas peleas para reclamar dicho territorio.

The Tribulation of the Blue Moon [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora