Capítulo 7: El Plan de Acción

3.8K 230 28
                                    

Se habían asentado bien en su nuevo hogar, pero desde el verano pasado Harry casi podía saborear la tensión en el aire. Todos estaban caminando en cascarones de huevo, esperando a que algo pasara, esperando un ataque, pero nada había pasado y así los días se convirtieron en semanas, pero Fenrir no les dejó relajarse y ahora estaba usando su magia para establecer las barreras alrededor de su territorio, a pesar de que a ninguno de sus lobos le gustaba el olor acre de la abundante magia, sabían que era serio, que era por su seguridad, por la seguridad de los cachorros. Se quejó, apesadumbrado, cuando Sid preguntó por qué estaban haciendo eso, Sidney recibió un repentino golpe por cuestionar las acciones de Fenrir.

Sus pequeños estaban creciendo y fortaleciéndose bajo el diligente cuidado de Harry y apenas los dejaba solos el tiempo suficiente para que alguien más los tocara demasiado. Ahora tenían dos meses de edad, el tiempo había pasado tan rápidamente y los pequeños se habían convertido en el corazón de su manada. Si el pequeño Felan se quejaba un poco su atención era disputada por varios hombres, si Ulric desacomodaba una manta tenía a varios hombres lanzándose para volver a acomodársela. Era casi hilarante, si no fuera porque Harry quería criarlos por sí mismo, pero cada vez que se enojaba, Fenrir lo jalaba hasta ponerlo en su regazo, lamía alrededor de su cuello y oídos, y le susurraba en ellos que los cachorros eran criados por la manada entera y lo alentaba a permitirles que ellos hicieran su parte ya que era poco probable que alguna vez tuvieran hijos propios.

- ¿Por qué no? – Había preguntado Harry.

- Los hombres lobo son bastante parecidos a los lobos reales; sólo la pareja alfa tiene permitido reproducirse. Esos somos nosotros, así que déjalos mimar a los cachorros, les daremos muchos más para que mimen dentro de los próximos años, hasta entonces van a estar bien alimentados y la mayor parte de la crianza del bebé volverá a recaer en nosotros para disfrutarlo mientras dure.

Ahora Harry los observaba, Nick y Scott, Stacey y Grant estaban todos sentados alrededor de sus dos hijos, vigilándolos, deteniendo su conversación ante cada suave suspiro de los bebés dormidos, cada retorcijón de una mano o el giro de una cabeza. El otro día los había llamado "niñeras" y ellos le aplicaron una llave contra el piso y lo retuvieron por medio día, hasta que Fenrir volvió y lo salvó, aunque se rió junto a ellos cuando le explicaron exactamente el por qué su perra alfa estaba atado a un árbol.

Harry gruñó y rodó sobre su carnoso vientre. Estaba perdiendo la gordura debido a los bebés, o al menos, la pequeña cantidad que había ganado. A Fenrir no le gustó que la estuviera perdiendo y terminaba alimentándolo más, a pesar de que no tenían un deposito, pero Harry le dijo varias veces que estaba su cuerpo sólo estaba tonificándose un poco, que en realidad no estaba perdiendo peso, que se sentía más saludable de lo que había hace más de un año.

Fenrir vino a acostarse con él, tocándolo y acariciándolo, Harry finalmente se había bañado por completo y sus compañeros de manada estaban tan agradecidos de que por fin, tomó un baño de verdad, que le dijeron que no les hubiese importado que fuese el mismísimo Merlín con tal de que nunca jamás volviera a oler tan repugnante como antes de que se bañara.

- ¿En qué estás pensando? – gruñó Fenrir.

Harry murmuró. – No mucho, sólo esto y aquello, estaba pensando en que tal vez hoy podría unirme al grupo de caza, me siento un poco estresado e inquieto en este claro.

Fenrir asintió. – Si quieres, dejaré a Sidney, Nick y Grant para que se queden con los cachorros, han sido unos inútiles en las últimas cacerías, podrían tomarse un descanso.

- Ya es hora de irnos, ¿cierto? – Preguntó Harry, mirando al cielo pensativamente, con muchas ganas de salir del claro por primera vez y explorar su nuevo hogar en el bosque.

The Tribulation of the Blue Moon [Traducción]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant