Capítulo 11: El único

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Harry se aseguró de darle una buena patada a su amante, Fenrir, "accidentalmente" mientras pasaba por su lado en dirección al río para enfriarse. Ya estaba acostumbrado a este tipo de bromas, las risas y jugarretas a expensa suya, pero se había olvidado cómo era lidiar con ellas cuando su cuerpo estaba lleno de hormonas y cargaba tanto peso extra.

Harry colocó una mano bajo su embarazado estómago y gruñó cuando el dolor volvió a aparecer en su espalda baja. Recientemente, había llegado al punto en que sólo hacían falta unos cuantos pasos para que su espalda baja comenzara a protestar por el movimiento.

Se inclinó y apoyó sus antebrazos contra sus rodillas dobladas y respiró en medio de una puñalada de dolor, un dolor el cual sabía que se pondría mucho peor tan pronto como entrara en labor, pero ahora mismo sólo estaba en su tercer mes de embarazo, casi a medio camino.

Estaba tan fuera de práctica que había olvidado cuan incómodo y doloroso era el embarazo, habían pasado cuatro años desde la última vez que tuvo cachorros, sin embargo, no era a falta de intentos por parte de Fenrir, -añadió una sonrisa traviesa mentalmente- pero no había resultado en las últimas tres temporadas de cría, lo cual le había dado un muy necesitado descanso después de dar a luz dos veces consecutivas y le dio más tiempo, energía y habilidad para correr detrás de los cinco enérgicos hijos que ya tenía.

Sus gemelos de cuatro años, Ulric y Felan, habían crecido tanto que el verlos luchar el uno con el otro o con los machos beta traía lágrimas a sus ojos, comían con la manada, dormían con la manada y podían pronunciar oraciones casi completas y se pasaban la mayor parte del tiempo con su padre, Fenrir, quien les estaba enseñando Dios sabe qué cosa.

Sus trillizos de tres años, Ferus, Lorcan y Garvan, también habían crecido, también les gustaban las luchas y los juegos de pelea, aunque siempre lo hacían pensando que pronto tendría que lidiar con las mordidas de Lorcan, no había un solo miembro de su manada que no hubiese sentido sus dientecitos hundiéndose profundamente en su brazo o pierna o en cualquier otro lugar que Lorcan decidiera morderles. Todos sabían caminar; podían hablar, aunque las preguntas diarias de "¿qué es eso?" y "¿Por qué?" proveniente de los tres eran más que suficientes como para querer golpear su cabeza contra una roca.

Felan y Lorcan todavía eran un par de quejumbrosos, Ulric todavía arremetía contra la gente con su "vena alfa", tal como Fenrir aclamaba con orgullo, Garvan seguía siendo un niño muy serio y a menudo se sentaba junto a Harry tranquilamente o jugaba solo, y Ferus había decidido jugar al doctor y parchar a la gente, el único problema era que no entendía que no se suponía que debería lastimar a sus pacientes en primer lugar, con el fin convertirse en un doctor real, pero a Harry no le importaba demasiado, un poco de sangre era un pequeño precio a pagar por la felicidad de su hijo.

Harry se sentó al borde del río quitándose sus zapatos y calcetines, y metió sus pies en el agua tibia. También había sido un invierno cálido y la primavera llegó antes de tiempo, todo se calentó más pronto de lo normal. Era agradable, por ahora, pero eso significaba que se aproximaba un largo verano, lo cual, en su actual condición, iba a conducirlo directo a la locura.

Harry posó una mano sobre su vientre y sintió los suaves movimientos bajo ella. No podía sentir los movimientos por fuera, no todavía. Sonrió, no estaba muy seguro, pero pensaba que este embarazo podría ser de un solo cachorro. Fenrir iba a estar decepcionado. Todavía no había olvidado que Harry le había prometido que podría nombrar a toda la próxima camada, esa promesa había sido hecha poco después del nacimiento de los trillizos, lo cual había sucedido hace casi cuatro años, pero Fenrir aún lo recordaba y le gustaba señalarle a Harry que él estaba evitando quedar embarazado con la esperanza de que lo olvidara.

Harry sonrió para sí mismo mientras recordaba a Fenrir demandando acaloradamente que le mostrara alguna prueba de que no estaba haciendo algo para evitar quedar embarazado. Fenrir había sonreído y lo tiró sobre su regazo, susurrándole en el oído que no estaban "practicando" lo suficiente. Harry todavía se reía ante los recuerdos de aquel día.

The Tribulation of the Blue Moon [Traducción]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant