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Esa mañana del martes sus padres le habían dado la noticia de que saldrían de viaje, era sólo por temas relacionados al trabajo de su padre, el alcalde de Hawkins. No sería más de una semana, pero aquello coincidía mágicamente desde el miércoles hasta el domingo. Los Harrington tendrían la casa para ellos, y no podían más de alegría.

Cuando acabó aquel día de escuela, pasó lo que debía pasar, Frankie por su parte rechazó la buena intención de su novio Daley en acompañarla hasta su casa, le generaba incluso más emoción saber que vería a Eddie, pero a veces recordaba lo del almuerzo y se sentía mal. No quería que Eddie pensara que ella sólo lo ocupaba por conveniencia.

Frankie revisó que no hubiera gente por ahí, partiendo por esos hombres que intentaron hacerle daño el viernes pasado, también se fijó que su novio no merodeara por ahí, y también buscaba con su mirada a Munson. Él fumaba apoyado en un árbol, y aquello le generaba un placer visual, sintió un calor en su cuerpo, algo no propio de ella, algo tan nuevo y a la vez tan fresco, que deseaba que aquello sea sólo un espectáculo para ella.

Eddie tiene el cigarrillo entre sus dedos, y lo lleva entre sus labios para después botar una nube de humo, cuando la ve, ella esquiva la mirada, para no ser descubierta, entonces Eddie sonríe porque ha sentido aquella mirada silenciosa.

Frankie se preguntaba qué podía sentir él al verla llegar, con sus vaqueros, sus vans y sus camisas de franela con algunos brillitos, también tenía una cadena de oro con una estrella que descansaba entre sus dos pechos, o al menos antes de llegar a ellos. Eddie por su parte se sentía renovado cuando estaba junto a ella, razón por la cual era placentero acompañarla a casa.

Se encuentran en medio de la noche, bajo una farola, cuando se encuentran frente a frente no saben bien cómo saludarse. Eddie acaricia su cabello y le sonríe, Frankie puede sentir sus anillos fríos en su piel.

—  ¿Vives muy lejos de acá?— preguntó Frankie mientras caminaban, esa noche la tensión era un poco más evidente, más que tensión, era incomodidad, en el buen sentido, aunque sea difícil de comprender.

—Pues sí, aunque no es demasiado— Eddie la miró de reojo.

— Eddie...— Él la miró.

— ¿Seguro no quieres hablar de lo que pasó? — la chica tragó saliva— Debí decirle algo a Daley. No me siento orgullosa de eso.

— ¿Crees que era necesario? Digo, es exactamente eso lo emocionante de lo que hay entre nosotros. Tu eres como una princesa, y yo soy un tipo raro—Eddie largó una risita, Frankie le sonrió— Eso es lo divertido, nadie sospecharía que camino junto ti por las noches, y se siente, no lo sé...es bueno pensar que realmente no me encuentras tan extraño.

—Es sólo que...no sé. Eddie, creo que eres divertido, y chistoso. Antes me generabas un poco de temor, te encontraba, no lo sé, terrorífico y pensaba que si chocaba contigo no dudarías en aplastarme como una hormiga— La chica se sentía un poco más aliviada al hablar sobre eso—Pero no eres así, me caes bien y no creo que sea cómodo dejar que mi propio novio te insulte. Daley es algo complicado de tratar, no quiero justificarlo.

SUPERMAN (Eddie Munson) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora