Final

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Los días pasaban y la familia Manoban Kim disfrutaba de cada uno de los momentos.

Lisa estaba totalmente dedicada a su hijo y consintiendo a su esposa. Los antojos de Jennie estaban controlados, y lo mejor de todo es que ya no eran en la madrugada, solamente su apetito sexual seguía siendo parte de las buenas madrugadas que compartían.

-¡Jungkook! Vámonos- Lisa apresuraba a su hijo.

-Ya voy Mami, sólo me faltan mis caditos.

-Date prisa amor, tenemos que ir por mamá Nini - tomaba las llaves de su auto- Ay Nini no sé por qué sigues yendo a trabajar.

La morena había decidido continuar trabajando mientras podía, por más insistencias de Lisa para que descansara, aún quedaba un mes para el nacimiento de su bebé y necesitaba tener menos estrés. Pero ¿Quién le gana a una Jennie Kim embarazada?

-Listo- el pequeño levantaba su pulgar y con la otra mano sostenía su pequeña bolsa con juguetes.

-Mi amor, sólo iremos por mamá.

-Siempe dices eso y vamos a comer y me aburo porque tú y mami siempre se dan besitos y hablan.

-Ok ok, tienes razón pulguita- lo tomó en sus brazos- vámonos, que si llegamos tarde, mami Nini nos dejara dormir de nuevo en el sofá.

-No mami, solo a ti- el pequeño reía recordando a su mami Lisa caminando por el pasillo con su almohada.

-Tu duermes conmigo- se burló ella.

-Me plometiste un helado para que no dulmieras sola- Lisa dejaba a su hijo en la sillita del asiento trasero.

-Sí si, así que ya sabes si mami me castiga te vienes conmigo- le dió un beso en la mejilla y cerró la puerta.
No tardaron mucho en llegar al hospital. Jennie iba saliendo por la entrada principal y los amores de su vida la esperaban con una rosa en la mano.

-Mi amor- Jennie besaba la mejilla de su hijo.

-Para ti mami- le dio la rosa y Jennie la recibió con mucho gusto dejando otro beso en la mejilla de su pequeño.

-Gracias mi cielo.

-¿Para mi no hay besito?- Lisa hacia un puchero y le ofrecía otra rosa.

-Claro que si mi amor- se acercó a sus labios y la besó, tomó la rosa- son unos amores.

La unida pequeña familia subió a su auto. Fueron a comer a su restaurante favorito. Conversaron sobre el trabajo de la doctora y que pronto debería dejar de trabajar por el bien de su bebé.

Al llegar a casa compartieron un par de horas de películas infantiles hasta que Jungkook se quedó dormido. Lisa lo llevó a su habitación, lo arropó y salió en busca de su esposa.

-Ha caído rendido.

-Sí, es tan tierno con su boquita abierta como tu- rió Jennie.

-¡Oye! Yo no duermo con la boca abierta.

-Sí claro, díselo al rio de baba que encuentro en tu almohada al despertar.

-Sí claro, díselo al rio que corre por tus piernas con solo verme- se la regresó la cantante.

-Cállate Manoban si no quieres seguir sin sexo.

-Amooor- hacia un puchero y se acercaba a su esposa que estaba recostándose en la cama- pero si después de que nazca nuestro bebé no podremos hacerlo como por un mes o más.

-Pues si sigues molestando a tu hermosa mujer embarazada así será.

-Pe... pero yo... Lisiso...- dejó su cabeza en las piernas de Jennie y ésta comenzó a acariciar su cabello.

Mi descontrol y equilibro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora