LYCANS (+18) Completa

Capitulo 2: "Las Vegas"

Micaela Stevens

Los altaparlantes retumban bajo la luces danzarinas que tintinean haciendo de mi lugar de trabajo el lugar perfecto para bailar, embriagarse y olvidar todas las penas.

Los cuerpos desnudos que bailan en los tubos distraen a los hombres y a una que otra mujer, los chicos danzando de manera sugerente están en otra área en donde hay un grupo de chicas en una despedida de soltera.

Preparo todo tipo de trago a la velocidad de la luz o eso quiero creer, piñas coladas, daikiris, whisky en las rocas y seco, martinis y para mis clientes favoritos, cervezas! Se atragantan de alcohol y bailan al ritmo de la música dándome un espectáculo cada noche.

Mis escote de hoy es bastante pronunciado, lo que me ayuda con las anheladas propinas, es increíble que mientras más zorra me vista más de ellas obtengo.

También he recibido propuestas indecentes, no voy a negar que algunas han sido tentadoras y me he cuestionado bastante en aceptarlas.

Perder mi virginidad con un tipo guapo y millonario por Miles de dólares es para pensarlo eh, la última ha Sido la más tentadora cien mil dólares por tres días en lo que mi cuerpo sería tomado de todas las maneras sexuales existentes.

Pero no... Para ser sincera me ha dado miedo. El tipo no estaba mal, pero y ¿si mi pequeño cuerpo no lo resiste?

Porque el interesado mide como dos metros, y yo a duras penas paso el metro y medio por ocho centímetros, claro... Soy hermosa, mis ojos azules grisáceos llaman mucho la atención por mi piel dorada y larga melena azabache, mi cuerpo es un reloj de arena, un pequeño reloj de arena.

Soy de descendencia Irlandesa, mi madre era una belleza de ojos grises y hermoso cabello naranja rizado de piel dorada, llena de pecas. Lo único en lo que no me parezco a ella es en el cabello, ya que al parecer mi padre era un moreno de cabello negro liso, que fue lo único que me heredó.

—Mica! — ese es el disminutivo de mi nombre... Micaela! Y el cual usa todo el personal con el que laboro — Bella, te quedan cinco minutos, si quieres ve yendote que ya Carla llegó — la chica que cubre el siguiente turno.

Quien me habla es mi amado y sexi jefe llamado Máximo, me conoce desde niña ya que mi madre trabajo aquí en su local.

Le lanzó un beso y voy a los vestidores, en dónde me cambio, por el horario no hay nadie, así que me desvisto tranquila sin temor a que alguien pueda ver.

Guardo en mi bolso el pequeño vestido negro que cargaba y por el cual me gane trescientos valiosos y útiles dólares solo en propina. Aunque no es para nada mi estilo le doy un beso antes de cerrar el cierre.

El clima en la Vegas en esta época es bastante caluroso así que solo me pongo un pantalón negro de bolsillos anchos, un suéter de licra y una gorra del mismo color todo, siempre me visto igual al salir de aquí, en la noche me puedo camuflar fácilmente entre la oscuridad y tampoco llamo la atención.

Reviso mis armas de seguridad que son infaltables para mí, ya que aunque jamas las he usado me hacen sentir segura al tenerlas encima.

Me coloco mis audífonos y hoy estoy tan cansada que decido irme por los oscuros callejones, mi apartamento está a bastantes cuadras del trabajo y cortando camino por estos lugares me ahorro quince minutos de caminata.

Y me encanta caminar, pero mi turno ha Sido desde las doce del medio día, hasta ahorita, tres de la mañana, es que estoy tan exhausta que me quiero evitar trabajo físico extra.

La música la tengo a bajo volumen, porque me gusta estar alerta a cualquier sonido, aunque las Vegas siempre está repleta de gente, a esta hora y por estás calles no hay ni un alma.