Fiestas y ruido.

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Aun sonreía cuando entro a su casa, había pasado una tarde de maravilla con sus amigos, las risas, el ruido lo habían mantenido de buen humor, pero ya era muy tarde y era momento de regresar a su cuarto, ademas se sentía con ganas de escoger su ropa para la fiesta.

Miraba su ropa, preparándose para la fiesta de Naruto, ellos eran muy parecidos, les encantaba el ruido, las fiestas y hablar fuerte... El ruido, era para ellos necesario, así podían callar a su mente, oh sí porque su mente estaba dañada.

Se aproximo a su estéreo, colocando su celular puso música, aumentando el volumen al máximo, no le importaba lo que sonara, le importaba que sonara fuerte, que sonara por encima de sus pensamientos.

El mundo le había enseñado tantas cosas, cosas que él no debía aprender, y de una forma bastante cruel.

Las estadísticas dicen que 4 de cada 6 mujeres han sufrido una violación o un intento de violación, en los hombres son 2 de cada 6...

Tenía tan solo 10 años, amaba el fútbol, tanto que había rogado a sus padres hasta que estos lo inscribieron en un curso-torneo de verano, ah aquel verano, fue muy extraño para Kiba cuando supo que el instructor era una mujer... De nombre Anko, exigente a simple vista, gruñona y enojona, más no se encontraba decepcionado, estaba disfrutando mucho del entrenamiento, se exigía, y Anko lo felicitaba mucho, el estaba orgulloso.

- Kiba, debes guardar el material - Gruño al terminar el entrenamiento.

- Si Anko-Sensei -

Kiba se despidió de sus amigos, e inicio a recoger los balones.

- Debes meterlos a la bodega - Lo miraba fijamente al agacharse y levantarse, con los balones en sus brazos.

- Si Profesora -

-Eres muy bueno jugando Kiba, y también muy guapo -

Kiba la miro sorprendido y cada vez más extrañado, así que se apresuró a recoger las cosas.

Entro a la bodega seguido de cerca de Anko, cuando se inclinó a dejar las cosas, ella se colocó a su espalda y comenzó a tocarlo...

- Podrías ser el capitán del equipo - Acaricio su espalda aprovechando que este se encontraba paralizado de la sorpresa.

Aun no reaccionaba y ella lo aprovecho para bajar sus manos por el estómago del pequeño niño que cada vez estaba más asustado y comenzaba a temblar.

- No te resistas - El comentario efectuado con voz ronca logro asustarlo más, en ese momento ella poso sus manos en su parte más íntima.

Sacudió la cabeza intentando alejar esos pensamientos, mientras tomaba una playera de manga larga. Camino al baño, sacando de su cajonera una navaja, en el lavabo, hizo un corte en su muñeca, vio la sangre escurrir por el lavabo blanco, como él lo era y la sangre manchándolo... Dejo que el color y el dolor alejara los fantasmas de su mente, él tenía cosas más importantes que hacer, una fiesta a la que asistir, chicas a las que conquistar y con las cuales acostarse, si su otro escape era el sexo, el sexo era placentero, ahora al menos quería verlo así, lo que muchos años vio con dolor, ahora tenía placer, tenía que ser placer, eso borraba malos recuerdos y el usarlas a ellas le daba más placer.

Volvió a perforar la piel con la navaja tres veces más, dos en cada muñeca, tomo del botiquín el alcohol, y curo sus heridas, no quería una infección, sus cortes eran cuidadosos, amplios pero cuidados.

Su mente estaba muy débil ese día así que prefería salir, busco su celular en el bolsillo trasero, y marco por teléfono.

- ¡Naruto! ¿Vamos al antro?... - Espero una respuesta, mientras marcaba con su pie el ritmo de la canción que sonaba - Nos vamos a divertir - Rió con ganas - Seguro que nos encontramos a las porristas... Claro que si Naruto, de hoy no creo que pase, me voy a tirar a Ino, nos vemos en 1 hora a fuera de mi casa, pasas por mi, no olvides llevar a tu chófer porque aveces tomas taaaanto y no voy a cargar contigo hoy -

Colgo y se metió a la ducha e hizo la rutina que practicaba todos los fines de semana, preparándose para salir de fiesta.

Escuchó como tocaban la puerta, estaba listo para salir de juerga, corrió hacia la puerta, adiós mamá, grito sin esperar respuesta, se escucho el suspiro de sus padres, pero bueno ellos eran conscientes de que solo era una etapa en la vida de su hijo, a fin de cuentas solo era la adolescencia.

- Hola Naruto - Saludo mientras entraba en el auto.

- Kiba, esta sera una gran noche, seguro nos divertiremos - El coche continuo su camino, dirigiéndose hacia los mejores bares de la ciudad.

Naruto encendio el equipo de sonido, conectando su celular la musica empezó a sonar, ofreció a Kiba una cerveza, pero este la rechazo, Naruto comenzó a tomar.

- Tengo que entrar en calor - Fue su escusa, pero Kiba no podía quejarse, ni siquiera quería quejarse, eran amigos, y respetaban sus secretos.

Jalo por los puños la camisa, para cubrirse mejor los cortes mas recientes, aprovechando para precionarlos un poco y concentrarse en el dolor provocado.

- Realmente espero encontrar a Ino - Kiba sonrió perversamente - Siempre es un gusto salir del bar con ella -

Naruto solo asintió con la cabeza, quizás esa noche el también saldría acompañado del bar, una noche menos de soledad.

Llegaron a su establecimiento favorito, el gorila no tardo en dejarlos pasar, ambos eran clientes habituales, les dieron una mesa y pronto Ino y otras porristas se acercaron a su mesa, el ruido del bar era tan alto que callaba esa molesta voz en la cabeza de cada uno, ellos creen que si no escuchan esa voz son libres, pero miralos, mira sus actos, no son libres, la voz se calla, pero calla por que ya los ha dominado, los tiene tan traumados, que no necesita hablar para que ellos se dañen.


Navidad con Sabor a depresiónWhere stories live. Discover now