Mentiras

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- Ya llegue - Grito mientras huía hacia su habitación corriendo.

Escucho a su madre "Ese niño ya va a dormir" debería hacer otra cosa, se arrojó a su cama, arropándose, cerró los ojos dispuesto a desaparecer de este mundo.

A las 5 de la tarde se despertó al fin y bajo a comer, encontró a su madre en la sala, quien se fue a sentar al comedor, lo observaba fijamente mientras él se servía su cena.

- Shikamaru ¿Acaso no estás pensando en tu futuro? - Murmuro su madre.

Él prefirió fingir que no la había escuchado.

- Hable con tus profesores - Su madre sonaba realmente emocionada, estaba seguro sé que diría algo sobre la universidad - Dijeron que esta tarde enviaran las cartas de recomendación - Al no obtener respuesta de su hijo siguió - Dicen que eres apto para cualquier cosa que elijas, que vas a sobresalir -

Internamente Shikamaru suspiró odiaba la emoción que denotaba la vos de su madre.

- Aunque como sabes yo me inclino más hacia algo que te sirva para tu futuro, una carrera bien pagada -

Llevaba meses con la misma cantaleta, y él no sabía que sería de su futuro, estaba harto de que fuera el tema de interés en todos lados.

Termino de comer.

- Voy a ir a casa de Chouji a estudiar - Murmuro mientras se levantaba de la mesa y se retiraba a su cuarto, al entrar cerró por dentro, saco sus libros haciendo más ruido del necesario, preparo una mochila con libros y salió de su casa, no tardó en llegar a la casa de Chouji toco y este de inmediato abrió,.

- Hola Chouji, ¿puedo pasar? -

-Hola, pasa - Chouji quien sabía que Shikamaru solo quería estar fuera de su casa lo acompaño al cuarto de invitados -Puedes dormir aquí, te despertare a las diez - dijo mientras salía del cuarto.

Se acostó en la cama, seguía estando cansado, sentía el cuerpo pesado, tomo una pastilla para dormir y se la trago, necesitaba descansar.

Salió su casa, con paso suave iba solo, era el último tramo del camino, y lo único en lo que podía pensar era en la tienda, y en lo que compraría cuándo llegara a ella.

- Hola señora Inichi - Saludo Choji al entrar mientras buscaba bolsas de papas y golosinas, tomando también un par de refrescos.

- Hola Choji-kun - Saludo la tendera observando con naturalidad cuanto tomaba, todas las tardes era lo mismo.

- ¿Cuánto es? - Pregunto él.

- $42 pesos - Respondió, cuando este sacaba el dinero - ¿Tus padres volvieron a salir cariño? -

- Si señora, vuelven en una semana, tal vez dos -

- ¿Quieres un plato de comida, hice arroz y carne, puedo calentarla? - Pregunto, desde que era más pequeño él había pasado mucho tiempo solo, y ella lo había ayudado, algunas veces dándole comida más sana de la que él prefería.

- No, gracias Con esto me alcanza - soltó una carcajada - Además mi mamá dejo comida para calentar - Una completa mentira.

- Si necesitas algo sabes dónde estoy - Sonríe la señora mientras le entrega el cambio.

- Gracias - Sonríe saliendo de la tienda, piensa en lo incorrecto que parece que una desconocida se preocupe más que sus propios padres.

Entra a su casa y se dirige a su cuarto, va a comer, va a llenar ese vacío que siente en el estómago, ese vació que creció desde los 5 años cuando empezó a ser consciente de que sus padres casi nunca estaban ahí a su lado.

De los 5 a los 15 años al menos su abuela lo acompañaba en esas largas semanas que sus padres pretendían que pasaran solo.

Se imaginaba que el abandono había empezado años antes, pero se alegraba de solo recordar a partir de los 5 años.

Al fin en su cama, toma una bolsa de papas y un refresco, cada mordisco es un abrazo, un "te quiero"

Era su cumpleaños número 10, lo había marcado en su calendario, esperaba que este año sus padres le dieran la sorpresa de estar ahí, se despertó totalmente animado, hasta le pareció percibir el olor de un pastel horneándose.

- ¡Mamá! ¡Mamá! - Grito mientras bajaba corriendo las escaleras, su cara mostro una gran desilusión al llegar a la cocina y encontrarla completamente vacía, el año pasado al menos su niñera le había dado un abrazo, pero este año el no quiso más niñeras, este año no quería ver la lastima en sus ojos.

Suspiro tristemente, pero se alegró de que nadie lo viera, se sirvió un tazón de cereal y mientras comía canto quedamente las mañanitas, las lágrimas escurrían por sus ojos.

Se lavó la cara y se salió dispuesto a ir a la escuela, no tenía nada que hacer en esa solitaria casa.

Cuando pasaba por la tienda la señora Inichi le llamo.

- Choji-kun - Sonrió alegremente cuando él entro - Feliz cumpleaños - Canturrio la señora mientras le entregaba un pequeño pastelillo. - ¿Llegaron tus papás? - Preguntó - Es que no vi el carro llegar -

- No, no pudieron llegar - Comenzaba a notar la mirada de lástima - Pero me marcaron temprano - Sonrió con falsedad

- ¿Aún están en la aldea de la lluvia? -

- Si -

- ¿Fueron a alimentar a los pequeños huérfanos verdad? -

- Si, a darles el cariño que les falta -

- Gracias por el pastel debo irme a la escuela -

Salió corriendo sin ganas de escuchar lo magnifico que era el comportamiento de sus padres.

Siguió comiendo mientras sus pensamientos se llenaban del dolor y el vacío en su estómago era menor.


Navidad con Sabor a depresiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora