#14

75 9 0
                                    

Me conmueve tu calma. Al principio admito que me incomoda, me siento confrontada. Es como si toda mi prisa chocará contra tu templanza.

Pero no tienes apuro en decir algo, por el momento parece que solo quieres que te mire. No solo con mis ojos, quieres que te mire con mi corazón. Que contemple.

Me esfuerzo por apagar todas las preguntas y reclamos de mi mente.
Cierro mis ojos para ver mejor.

"Aprendan de mí"
Recuerdo con tu voz.

Veo mejor.

Hay algo en tus manos, lo sostienes con cuidado. Me llama la atención. Parece pesado, algo rústico y desprolijo.

¿Es una roca?
¿Pero por qué tendrías una roca?

Entonces observo y veo que tus manos aún sangran, pero ya no parecen dolerte.
Dejas que acaricie la roca.

Crujidos.
Se desprenden pedazos, parece no soportar tu sangre.

Es un corazón me doy cuenta. ¡Es mi corazón!

—Les daré un corazón nuevo ¿recuerdas? —dices ahora sonriendo.

Te alegras cuando me doy cuenta lo que está sucediendo.

—Un corazón tierno y sensible— continúas. —Uno que sea como el mío.

Aprendan de mí, —digo en voz alta.

Que sea manso y humilde... — completas la frase mientras me miras y sonríes. —Manso y humilde de corazón.

Cartas para DiosWhere stories live. Discover now