Una guitarra en la noche.

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Descripción: un muchacho con problemas de drogadicción termina enredandose con su vecino para olvidar sus traumas :V

Advertencia: uso de palabras anti sonantes, mención de drogas, abuso del tipo sexual y esas cosas puercas que se escriben en este libro, el pan de cada día pues.

Género: historia ligera (?

Número de capítulos: One short (a no ser...👀)

Número de palabras: 2600

.•°§°•.

Uriel estaba regresando a casa, eran tal vez las diez y media de la noche, debía de haber llegado hace dos horas cuando menos, su madre no estaría feliz solo esperaba poder comprar una tregua con los dos kilos de carne que llevaba así su madre no le reñiría tanto.

Uriel vivía en un barrio poco favorecido pero era el lugar en el que le había tocado vivir, en casa estaban su madre y su hermano menor, no había una figura paterna en su casa desde hace mucho tiempo ya, a Uriel no le gustaba pensar mucho en eso, le entraba bronca.

Cómo siempre las calles a esas horas eran oscuras y si no te conocían y te veían caminando solo por ahí seguro te llevarías alguna sorpresa desagradable, Uriel no tenía ese problema a él ya lo conocían solo bastaba con no meterse de más en cosas que no le incumbian.

Habían pequeñas agrupaciones de gente aleatoriamente a lo largo de la calle, todos conocidos de los cuales no se quería relacionar mucho, algunos de ellos lo saludaban cuando caminaba por ahí, Uriel respondía el saludo por cortesía además de que no le convenía hacer enemistad con la gente de su barrio.

Finalmente después de lo que pareció ser una caminata demasiado larga para su gusto llegó a su casa, tan solo estaba a unos cuantos metros claro que un detalle no paso desapercibido por él, se trataba de Oscar, su vecino.

Oscar era un hombre de aproximadamente unos 40 años, de espesa barba y cabello canoso, en el barrio le decían el hombre sombra por su carácter sombrío y solitario incluso por lo peligroso que podía ser si se le llegaba a provocar. La mayor parte del tiempo era un hombre tranquilo y taciturno pero el hecho de que fuera un hombre que no tenía miedo de las consecuencias no ayudaba mucho, en el pasado estuvo en la cárcel porque mató a un hombre, los motivos no estaban claros la gente lo volvió en un chisme de boca en boca y cada uno aporto su versión de los hechos.

El hombre era una de las personas más peligrosas del barrio y Uriel tenía la mala suerte de vivir frente a su casa, mientras avanzaba a paso regular podía ver al hombre por el rabillo del ojo por precaución, por alguna razón Uriel sentía que tenía que estar a la defensiva en la presencia de su vecino siempre consiguió ponerle los pelos de punta desde que era pequeño.

Oscar estaba fuera de su casa mientras tocaba una melodía suave con su guitarra, afuera había instalado un foco de luz azul que le daba un ambiente extraño e inquietante, lúgubre, cuando su vecino lo miró Uriel asintió con cautela con su cabeza en forma de saludo el hombre respondió de la misma forma mientras seguía tocando con suavidad las cuerdas de su guitarra, Uriel atravesó el jardín de su casa sintiendo la mirada de su vecino en su nuca en el corto trayecto hasta su puerta, demoro un poco buscando las llaves de su casa en su mochila cuando las encontró volvió a colgar su mochila sobre su hombro giro la llave y finalmente pasó el umbral de su puerta, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio una vez dentro de casa descansando su espalda en la puerta no se percató hasta ese momento que había estado sosteniendo el aliento.

El tipo le ponía los pelos de punta.

Una vez que se relajó dejó sus llaves en el lugar habitual y mientras caminaba a la cocina ajustando su mochila en su hombro para refrigerar la carne su madre salió de la sala con los brazos cruzados y mirada retadora, Uriel se volvió frente a ella los músculos de su espalda tensos cómo las cuerdas de un violín y respiró profundamente preparándose mentalmente para lo que venía.

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