Capítulo 56. "El tiempo me dará la razón"

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Vanessa.

La mañana siguiente desperté un poco más agotada de lo que espera, pero la verdad es que no iba a quejarme. Nate dormía tranquilamente a mi lado y yo me dediqué a observarle ya que hacía un montón de tiempo que no tenía la oportunidad de hacerlo.

Un par de mechones sueltos le caían sobre los ojos, sus gruesas pestañas oscuras cubrían la parte superior de sus mejillas y sus labios se encontraban entreabiertos. Su respiración era lenta y pausada y su pecho subía y bajaba a un ritmo suave. Puse la cabeza sobre este porque adoraba sentir su corazón palpitar bajo mi oído, era una de las pocas cosas que me relajaban tanto o más que le mítico cigarrillo de escape.

- Buenos días - Su voz sonó más ronca que de costumbre, en parte por el contacto directo, en parte porque se acababa de despertar. Yo me acurruqué aún más en su pecho -. ¿Qué pasa?

- Nada, ¿qué va a pasar? - Pero lo cierto era que sí pasaba algo. Aunque lo intentara por todos los medios, no podía dejar de pensar en Dave y eso me estaba volviendo loca.

- Vanessa, que nos conocemos. ¿Qué te pasa?

Suspiré derrotada. Odiaba que me conociera tanto.

- Quiero ir a casa de Dave.

- ¿Ahora? - Preguntó dejándome ver el claro desencanto que sentía por la propuesta.

- Sí... Necesito saber más... Y como comprenderás, no voy a esperar a que se despierte para que me lo cuente.

- Pero, pajarito, estamos celebrando nuestra noche de bodas.

- Es de día, así que técnicamente ya no.

- Me has entendido - Se defendió -. Pase que no nos hayamos ido de viaje por respeto y por si le da por despertar, pero de ahí, a perder el día de después de mi boda también por Dave, hay un trecho. No sé, llámame raro.

- Nate, por favor... Lo necesito...

- Pero, ¿qué te crees que te vas a encontrar? Esto no es una película y no hay ningún misterio que resolver - "Ojalá tengas razón" -. Además, entrar en casa de Dave sin su consentimiento es allanamiento. ¿Y quién te crees que es? Sólo es un pobre chaval enfermo, cogió el coche borracho y tuvo mala suerte.

- Pero me quedaré más tranquila si...

- Está bieeeeeeeeen... - Me interrumpió -. Vístete, si total, vamos a perder el tiempo.

Eso esperaba, de verdad que sí. Pero algo me hacía creer que íbamos a encontrarnos algo que no iba a gustarnos nada.

Birdy.

Aidan escondió la cara en el hueco de mi cuello y me rodeó la cintura con el brazo mientras yo reía a carcajadas. Ambos estábamos tumbados en la cama y el castaño no dejaba de hacer ruidos con la boca propios de un niño pequeño. Era adorable, todo hay que decirlo.

- ¿Por qué te ríes? - Preguntó quejándose con una voz infantil que no me ayudó a cesar las carcajadas.

- ¡Porque eres muy mono!

Aidan me mordió el hombro suavemente y yo me quejé haciendo que ahora quien se riera fuera él.

- Eres mala conmigo... - Rompió el abrazo y se sentó en la cama, apoyando la espalda contra la pared.

- ¡Pero si me has mordido tú!

- Porque te lo merecias - Le imité y me senté como él.

Aidan estaba desnudo de cintura para arriba, pero llevaba pantalones - o al menos eso creo -, y yo, por mi parte, tampoco llevaba camiseta, aunque fuera con sujetador, algo es algo.

Espera, ¿desde cuándo esto era tan normal? ¿Qué estaba pasando?

Aidan se acercó a mí oído y me mordió el labio inferior antes de susurrar:

- Deja de pensar en lo que no debes, pulguita - Y esbozó una sonrisa que hizo asomar uno de sus encantadores hoyuelos.

Cómo me gustaba que sonriera, incluso cuando lo hacía después de meterse conmigo. Era algo de lo que el mundo debería tener el placer de contemplar más a menudo.

- No estoy pensando en nada - Murmuré con una voz que no terminó de sonarme a mí. Parecía como distorsionada, lejana.

Aidan negó con la cabeza y acercó su boca a la mía, dándome un beso que me nubló los sentidos, e incluso la vista.

Y literalmente, porque los bordes de mi punto de visión empezaron a difuminarse.

- ¿Qué? - Susurré.

- Birdy - Pronunció, pero su voz no era su voz -. Birdy - Aidan empezó a desvanecerse y yo fruncí el ceño -. ¡Despierta, maldita marmota!

Noa estaba zarandeándome y la luz del día me dañaba los ojos, impidiéndome abrirlos.

- Hmm... - Remoloneé, cubriéndome con la almohada.

- Buenos días, ya era hora - Informó. ¿Qué hora era? ¿Y qué más daba? Tenía una resaca del quince. Maldito Aidan y maldito tequila; pero sobre todo maldito Aidan.

- ¿Qué hora es? - Pregunté con voz pastosa.

- Más de las doce. Estabas murmurando cosas raras..., ¿con qué soñabas? - Noa me quitó la almohada de la cara y yo me quejé, cubriéndome los ojos con el brazo.

- Con nada, déjame dormir - Quería recuperar el sueño y no entendía porqué. O sea, ¿Aidan? ¿En serio? ¿Qué coño le pasaba a mi cerebro?

- Ya... Estás tú lista si te crees que te vas a librar - Volvió a zarardearme -. ¡Cuéntamelo! O me lo imaginaré yo, y no quieres eso.

- Estaba soñando con Aidan, ¿contenta? - Gruñí, despertándome del todo -. ¿Sabes? Hubiera preferido que me despertaras trayéndome el desayuno a la cama o algo así.

- ¡Lo sabía! - Gritó emocionada -. Lo de Aidan; el desayuno que lo preparas tú qué para eso estás como en casa.

- ¡Qué simpática! - Ironicé a la vez que ella me guiñaba un ojo.

- Bueno, ¿qué pasaba en el sueño?

- No sé, era una cosa muy rara y no tenía sentido. ¿Podemos dejarlo ya?

Noa arrugó la nariz fingiendo que se lo estaba pensando y negó con la cabeza sonriente.

- Quiero todos los detalles de los que te acuerdes.

Resoplé dándome por vencida y empecé a contar lo poco que recordaba.

- Pues estábamos en la cama y...

- ¿Te lo has tirado en sueños? ¿Pero qué clase de mente enferma tienes?

- ¡No! No estábamos haciendo nada raro, sólo jugábamos como niños - Noa alzó una ceja, incrédula -. Y estábamos vestidos - "O casi". Aclaré -. En realidad no sé a qué ha venido porque no tiene sentido.

- Yo sí lo sé - Dijo sería -. Porque te gusta.

- Y dale...

- Y aunque lo niegues... El tiempo terminará dándome la razón, estoy segura.

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¡Hola, hola!

¿Cómo están mis queridos lectores?

Lo primero de todo, quería agradecer a todos aquellos que me hicieron caso y se pasaron por Make Me Dream, de verdad, sois increíbles y estaré eternamente agradecida por todo el apoyo que me dais, tanto con Love como con el resto de novelas que escribo.

Lo segundo que quería decir, es que intentaré escribir el segundo capítulo que os prometí para esta semana, pero empiezo con los exámenes el lunes así que no prometo nada.

Al menos la idea más o menos la tengo, así que sólo hay que ponerse a ello y esperar a que salga bien.

Como siempre, espero que os guste, que comentéis y que me deis amor que lo necesito :(

Lots of love,

Ari. xx

Love (Lies #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora