Descubrimientos

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La luz de día cubrió suavemente el rostro de Jack

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La luz de día cubrió suavemente el rostro de Jack. Una capa delgada de sudor cubría su piel como resquicio de los rayos de sol matutinos, haciéndole fruncir el entrecejo por el ligero ardor en sus mejillas. Con una mano se limpió el rostro y removió sus músculos para desentumecerse, estirando las piernas esbozando un resoplo y un carraspeo.

Se había quedado dormido cerca de la ventana a altas horas de la noche, luego de haber acostado a los niños y escapado un momento para comenzar a ocuparse de lo que seguía en la historia. Con ambos pequeños prósperamente recuperándose, tranquilos dentro de la habitación —completamente a salvo—, Jack, con la bruma emocional lo suficientemente aplacada después de un par de días, estuvo dispuesto a tomarse por fin unas horas para enfocarse en algo más que los pequeños pero que igualmente les concernía: El caso de los gemelos no identificados.

En el pasillo del hospital fuera de la habitación con sólo Conway, Gordon, Volkov y Greco presentes —apartados lo suficiente, claramente no dispuestos a hablar nada con los niños al lado—, surgió la seria discusión respecto a la investigación temporalmente congelada de lo ocurrido en la playa del noroeste cerca de Paleto Forest, donde en calidad de civil, Jack Conway encontró a los pequeños encallados en la arena.

Con los niños dormidos, las evidencias de que Jack Conway estuvo en el lugar de los hechos llegaron en forma de fotografía para el Superintendente dentro de un folder amarillo: La moto destrozada que abandonó cerca de la carretera, el desastroso camino con resquicios de sangre que dejó a su paso, restos de plástico oscuro que el viento empujó y una bolsa de basura despedazada con trozos secos de cinta adhesiva, que se logró mantener en su sitio gracias a estar semi-enterrada en la arena.

Los recuerdos de lo ocurrido, presentes como flashes caóticos, eran algo borrosos para Conway a esas alturas considerando las circunstancias psicológicas que tenía durante el incidente; pero, viendo las fotografías, pudo repetir las sensaciones como una película. La angustia, la perturbación, la desesperación ahogada que lo apretó fuertemente del cuello, cada cosa apareciendo como pinchazos en sus pulmones observando cada imagen mientras rendía declaración como único testigo.

Fue absolutamente desagradable ver de nuevo la bolsa oscura porque la escena de los niños revelándose entre los pedazos rotos se reprodujo ante sus ojos, tan inquietante y perturbadora como en su momento. Se tomó un segundo recomponiéndose, ante el silencio comprensivo de sus compañeros. Una vez explicando todo, Greco apuntó responsablemente los detalles que Jack se forzó a nombrar.

Volkov comentó que enviaron a hacer pruebas a todo lo que encontraron. Huellas, ADN, lo que sea que pudieran rascar con el fin de conseguir cualquier indicio que los llevara al culpable, pero aparentemente sería complicado por los daños hechos por el agua de mar y las gaviotas. Jack asintió inconforme, pero aceptando lo complejo que podía ser.

No tenían nada con lo que trabajar, lamentablemente. Las cámaras de seguridad se quedaban en la bajada hacia carretera, ningún testigo identificado que notara la bolsa en ese sitio antes de que Jack llegara. No era posible saber cuánto tiempo estuvieron esos niños allí ni cómo llegaron, pero lo que sí encontraron fueron las señales de forcejeo entre los resquicios de plástico. Aparentemente, una lucha dentro y fuera de la bolsa se desarrolló en algún lapso, probablemente horas antes.

El mar es infinito: El caso de los gemelos no identificados || GTAroleplayWhere stories live. Discover now