CH13: Planes

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El repiqueo de la puerta principal retumbó en la casa de Jack con una comedida sutileza, rítmico y ligero, pregonando con delicada prudencia la manera en que David se manejaría normalmente por la mañana, igual a cuando llegaba a la habitación del ...

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El repiqueo de la puerta principal retumbó en la casa de Jack con una comedida sutileza, rítmico y ligero, pregonando con delicada prudencia la manera en que David se manejaría normalmente por la mañana, igual a cuando llegaba a la habitación del hospital.

Jack, usualmente temperamental en cuanto a ser molestado en casa, se sentía tan extrañamente calmo como no recordaba haber sido en muchísimo tiempo. El fresco matutino aún no se había disipado, pero se comenzaba a colar la calidez del sol a través de las cortinas de las ventanas, alcanzado a impregnar en sus mejillas mientras salía de la habitación de los niños.

Tomó un largo y satisfecho suspiro, andando por el pasillo con ambos pequeños en brazos, encaminado a atender el llamado. El comisario Gordon, siendo tan cauto como se mostraba cada vez, por supuesto que recurrió conscientemente a un golpeteo tímido para anunciarse y evitar incordiar demasiado en caso de que los niños pudieran estar durmiendo aún.

Felizmente reconoció que David había pensado bien, pues Jack tenía bastante sensibilidad al ruido y aquel sonido cuidadosamente considerado no era suficiente para incomodar un sueño profundo como el de Gustabo y Antonio. Era idóneo y bien ejecutado, sólo para que él escuchara y supiera de quién se trataba, meticuloso como poca gente tiene la capacidad.

Mediante pasos cortos y equilibrados, Jack balanceó contra su pecho a los niños manteniendo el calor durante el trayecto hasta la sala de estar, donde los arrulló con diligencia y esmero haciéndolos aterrizar en el sillón sin despertarlos. Se quedó hipnotizado un par de segundos mirando a sus angelitos, todavía alojados en su mundo de sueño, acomodándose entre sí para seguir durmiendo.

El persistente llamado siguió allí un poco más, sin permitir a Jack abstraerse demasiado. Se dirigió con veloces y silenciosos pasos hasta la puerta, donde al abrir encontró a David con un par de bolsas en manos y una mochila en la espalda.

—Buenos días —saludó suavemente, mirando de reojo hacia adentro. Jack adivinó que trataba de averiguar si los niños estaban despiertos o no.

—Buen día —saludó en el mismo tono bajo, respondiendo indirectamente a la pregunta tácita del londinense.

Jack le cedió el paso, permitiéndole avanzar hacia dentro de la vivienda. David, asintiendo en gratitud por el recibimiento, dio pasos largos hasta llegar a un costado del centro de sala y admiró a los pequeños dormir un breve instante antes de desviarse hacia el comedor. Las bolsas murmuraron lejanamente al estacionarse sobre la mesa principal.

Un sutil aroma a tostado y especias comenzó a extenderse, causando que Jack empezara a sentir apetito. Lo que sea que había elegido David para el desayuno se anunciaba delicioso y distaba de ser alguno de los desayunos rápidos a los que Jack solía estar acostumbrado en su día a día. Algo muy bueno para los niños, que de seguro tendrían alguna dieta elegida por Muerte que Jack simplemente pasó por alto y los comisarios probablemente tendrían en su poder.

El mar es infinito: El caso de los gemelos no identificados || GTAroleplayWhere stories live. Discover now