CH12: Informe

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—Entonces, Conway

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—Entonces, Conway. —Volkov habló en voz alta, abriendo la puerta de la casa de Jack y deteniéndose en el marco—. Nos vemos el lunes en comisaria, tendré los expedientes listos. Le recuerdo que tiene una llamada con la Interpol a medio día en compañía del Comisario Gordon.

Jack emitió un ruido de afirmación desinteresado, dándole la espalda sin girar a verle, concentrado en revisar la ropa que David había traído para los niños. Éste, a un costado suyo, le extendía unos pijamas demasiado estilizados y británicos. Hizo una mueca, no teniendo otra opción más que aceptarlos pues todo lo demás era formal.

—También tiene disponible las cajas del caso enviado desde Europa —continuó el ruso sin tomar en cuenta la apatía del Superintendente—. Los archivos sobre la investigación a cargo del Comisario Gordon llegaron hace dos semanas, siguen congelados en el almacén hasta que usted llegue a confirmar su recepción.

—Ya le he adelantado la información más relevante con anterioridad —mencionó Gordon, uniéndose al discurso—. Le exhibiré los detalles una vez terminemos las presentaciones con la Interpol y se envíe el acta con la descripción del equipo de trabajo y los aspectos técnicos. El documento también requiere su revisión.

Jack de nuevo emitió un ruido de afirmación, prestando atención superficialmente. Estaba analizando seriamente el par de pijamas. Sin duda les quedaría bien a los niños, pero se negaba a que el estilo británico ganara. ¿Cómo David consiguió ropa así en Los Santos? Incluso tenían gorritos de dormir a juego.

—Estudiaremos todo a primera hora —dijo Jack lacónicamente, tomando una breve pausa—. Volkov —nombró.

—Dígame, Conway.

—Consigue ropa para niños de seis a siete años —ordenó—. Algo casual americano.

David le miró patidifuso. Jack le ignoró, determinado en recuperar la esencia americana allí. Greco resopló con gracia desde afuera de la casa.

—Recibido. —Asintió Viktor—. Que descansen.

La puerta se cerró con un sonido seco y leve, dejando a David y Jack en la sala de estar con los niños jugando con sus carritos y bloques. Jack obtuvo calcetas de las maletas de David, y se acercó a Antonio para comenzar a quitarle el moño que tenía aun brillantemente puesto hasta ahora.

—¿Hay algo mal con la ropa que elegí, Conway? —preguntó David con las cejas alzadas en extrañeza, acercándose a Gustabo para quitarle su moño.

—Demasiado británico —dijo y David hipó por la sorpresa.

—No puede ser tan británico...

—Trajiste pijamas de satén con grabado, Gordon —señaló escuetamente—. ¿Dónde conseguiste satén por aquí?

—En la alta costura de Vinewood.

Jack asintió con comprensión. Él solía comprar ahí sus trajes, pero sólo trajes. David lo había llevado un poco más allá. Apreciaba que los niños usaran calidad, pero ese estilo de ropa no es algo a lo que estuvieran acostumbrados sus ojos. Él hubiese elegido un juego de algodón térmico sencillo.

El mar es infinito: El caso de los gemelos no identificados || GTAroleplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora