9. El bebecito dragón tiene su primera gran celebración de cumpleaños

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Escrito por: sweetlolixo

Traducido por: peoniesforLan

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Lan Zhan nunca ha sido bueno lidiando con las separaciones, pues una separación implica la usencia de alguien, y a pesar de que la ausencia puede ser temporal, es probable que luego sea permanente, y eso siempre implica que la persona ha muerto. La única vez que le prohibieron ver a su madre, era porque ella ya había fallecido y los ancianos le ocultaron la verdad por meses ya que no querían decirle al pequeño y frágil niño que su madre, la persona que Lan Zhan más amaba en este mundo, estaba muerta. Así que Lan Zhan estuvo esperando y esperando frente a la casa de su madre, teniendo la esperanza de que ella le abriría la puerta, que lo recibiría con brazos abiertos, y que le daría suaves abrazos y una reconfortante sonrisa. Estuvo esperándola como un tonto.

Por lo tanto, a raíz de toda esta cruda realidad, la ausencia nunca ha sido nada bueno para el bebecito dragón. A él lo habían abandonado antes, por lo que definitivamente no iba a estar feliz si alguien lo volvía a dejar solo en este mundo. Y es por esto mismo que Lan Zhan haría todo lo que fuera necesario para no permitir que a Wei Ying le suceda lo mismo que le ocurrió a su madre. Si A-Zhan hubiera sido un buen niño, un mejor niño, uno que fuera más obediente y digno, tal vez su A-Niang se hubiera quedado...

Cada mañana luego de sus clases de guqin, Lan Zhan se escabulle al Bosque de Gusu sin falta y va al nido de Wei Ying para limpiarlo de arriba hacia abajo, asegurándose de que todo esté ordenado y libre de polvo. Si llueve, pone hojas grandes sobre el nido para protegerlo del agua, y al terminar de llover, se asegura de limpiar para sacar el lodo. Si hace muchísimo sol, también va al nido de Wei Ying en caso de que el calor infernal de la tarde pueda secar las ramitas y hojitas del nido. Hay muchísimas cosas que le pertenecen a Wei Ying, por lo que Lan Zhan se aseguró de envolver esas pertenencias con un pañuelo sedoso y delicado que varias sirvientas le dieron en los Recesos de las Nubes, solo por si acaso. (De hecho, dichas sirvientas habían estado encantadas de darle el pañuelo a su joven maestro cuando éste lo pidió tras declarar sus nobles intenciones de proteger a su pareja huli jing).

Cuando termina de limpiar, va a su campo de girasoles favorito para alimentar a los conejitos, los cuales ya no se acobardan tanto como lo hacían ante la presencia del bebecito dragón. Los dragones siguen siendo depredadores por naturaleza después de todo, así que, a pesar de que Lan Zhan les ha demostrado a los conejitos que él es una excepción a esa regla, es entendible que aún le tengan un poco de miedito. Lo bueno es que ya no le tienen tanto miedo como antes, y eso es un progreso.

Al alimentar a los conejos, Lan Zhan se pasa horas jugando con ellos y acariciándolos. Es notable que las criaturas están igual de ansiosas que Lan Zhan tras la ausencia del hermoso huli jing. Está bastante seguro de que ellos también extrañan a Wei Ying, quien era una excelente y gran compañía. Y, además, a los conejitos le encantaban acurrucarse en el suave pechote de Wei Ying, algo que Lan Zhan también extraña, pues no había nada mejor que acurrucarse ahí.

A veces, en los días que Lan Zhan siente corazonadas, hace una pequeña canastita y busca el desayuno de Wei Ying en caso de que él regrese. Al final, sus esfuerzos siempre son en vano ya que Wei Ying nunca llega, así que luego tiene que tirar todos los gusanitos y lombrices que había recogido y termina comiéndose todas las manzanas, sintiéndose un poco molesto y triste. A pesar de todo, buscar el desayuno de Wei Ying en esas mañanas le dan a Lan Zhan algo que hacer.

Lan Zhan se acostumbró tanto a pasar las mañanas y las tardes con Wei Ying que, ahora, su ausencia es como un gran agujero en su vida. El dragoncito tiene mucho tiempo libre en sus manos actualmente.

Lα gυíα ραrα ѕedυcιr α υη нυlι נιηg, ѕegúη υη вeвecιтσ drαgóη ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora