15. HanGuang-Jun y su beso de amor verdadero

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Escrito por sweetlolixo

Traducido por peoniesforLan

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En la mañana siguiente, Jiang WanYin encuentra a Lan Zhan cubierto de sangre mientras acuna el cuerpo de Wei Ying.

El dragón se mantiene alerta. Sus cuernos de dragón están encorvados, sus garras están expuestas, y su gran cola ensortija el cuerpo de Wei Ying. Él había dormido con un ojo abierto, por lo que el dorado de su iris se iluminaba entre la oscuridad. Tenía miedo de que otro intruso indigno viniera a ponerle una mano encima a su Wei Ying. Toda la habitación está en ruinas, las columnas han colapsado, el suelo de madera se ha quebrado, y todas las antigüedades que datan de miles y miles de años están arruinadas en el suelo. Todo lo que queda de Xue ChengMei son parte de su ropa ensangrentada, su cráneo, y uno que otro hueso.

La flauta de Wei Ying, Chenqing, había sido recuperada gracias a sus doncellas fantasmas, quienes la dejaron en el suelo, justo al lado de la cama de Wei Ying, tal como si fuera la última ofrenda hacia su único maestro.

Cuando Jiang WanYin entra al salón, sabe de inmediato que algo pasó con Wei Ying anoche.

Se apresura hacia Wei Ying y le pregunta al dragón con exasperación—¿Está a salvo? ¡¿Está a salvo?!

Él ni siquiera se molesta en preguntar por los daños materiales causados en la habitación, no. No hay tiempo para eso. Lo único que importa, la única prioridad, es el zorro durmiente, quien aún se ve inmaculado, sin ninguna pizca de suciedad o sangre en su pálida tez.

—Está a salvo—Lan Zhan le confirma mientras afloja su agarre en Wei Ying ante la presencia de Jiang WanYin, pues sabe que la serpiente no es ninguna amenaza. Lan Zhan confía únicamente en Jiang WanYin cuando de Wei Ying se trata—Estaba aquí. Lo protegí.

—¿Quién vino a lastimarlo? ¿Fue otro de esos ladrones de nuevo?—Jiang WanYin le exige a Lan Zhan que le dé una explicación a medida que se agacha para estar junto al zorro. Su cálida mano acuna la mejilla pálida de Wei Ying, como si quisiera verificar por su cuenta que Wei Ying sigue aquí, a salvo e ileso, justo como lo había dejado.

—Peor que eso—Lan Zhan dice con frialdad—Fue Xue ChengMei. Él... él fue el responsable por la mu...

Ya ha pasado una década, y Lan Zhan ni siquiera puede decir esa palabra. Ni siquiera puede aceptar la realidad de esta situación, de lo que está pasando, y de las desgracias que recayeron en Wei Ying.

Jiang WanYin jadea y observa los alrededores de la habitación, hasta que logra ver los restos de unos huesos. Pregunta de inmediato—¿Está muerto?

—Sí—Lan Zhan dice—Los cadáveres se aseguraron de eso.

—¿Cadáveres?

—Él trató de robarse a Chenqing.

—Ahhh...—Jiang WanYin se mofa cuando logra entenderlo todo—Já, me imagino que ese bastardo nunca vio venir lo que le esperaba.

Lan Zhan se mantiene callado, pues ahora es que está percatándose del gran poder que Wei Ying poseía—Ellos lo amaban.

—Sí—Jiang WanYin asiente—Ellos son muy fieles a él.

—Tú... ¿has hablado con ellos?—¿Hablaron con él de la misma manera que ellos le hablaron a Lan Zhan anoche?

—Siempre y cuando estuviera cerca de Wei WuXian, sí. Yo estuve presente en la Gran Guerra de las Sectas, así que fui testigo de la forma en la que Wei WuXian los controlaba. Creo que ellos están agradecidos con él—Jiang WanYin dice, recordando los viejos tiempos—Están agradecidos por tener una segunda oportunidad de vida, y A-Xian fue... él siempre fue muy bueno con ellos.

Lα gυíα ραrα ѕedυcιr α υη нυlι נιηg, ѕegúη υη вeвecιтσ drαgóη ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora