🍞Día 10: Compras🍞

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Ese día hacía un frío que te cagas.

Por obvias razones, Yuri se quedó en casa con su madre/padre. Otabek había tomado sus vitaminas y aunque el color de su piel permanecía siendo igual de asqueroso, por lo menos podía caminar normal y acompañarlos, ya que el tigresito había hecho una extensa lista sobre las cosas primordiales que quería para la habitación del bebé.

Viktor, Chris, J.J, Seung y una colada Mila, lo acompañaban. La rusa pelirroja casi se muere de la risa tan solo por haber visto el estado del kazajo. Sin embargo, estaba contenta de ser tía.

Fueron obvio centro de atención en el centro comercial. Eran tan atractivos que no dejaban de verlos, incluso a Otabek, aún con su mal aspecto.

La primera tienda a la que fueron era de ropita de bebé. Había que mencionar que ver a cinco hombres entrar ahí con una mujer, no era muy...era muy extraño.

-...¿Qué pidió mi hijo? —Preguntó Viktor, empujando la carretilla en la que J.J iba subido como si fuese un infante.

El imbécil había rogado porque lo subiera, no fué obligado, ojo.

-...Yura quiere cosas de gatos...—Hizo una mueca.

-...¿Porqué no me sorprende? —Mila rodó los ojos y negó—...Por suerte estoy aquí y podremos llevar cosas bonitas para mi sobrino o sobrina...—Sus ojos brillaban intensamente.

Cuando llegaron a la sección de gorritos, cada uno escogió. Incluso Seung, quien estaba un tanto avergonzado por estar ahí con ellos. Al llegar a la ropita enteriza, mila se dio gusto sacando conjunto tras conjunto, adjudicando a que todo le quedaría precioso, sin embargo, apenas era la primera tienda a la que iban, y por ello tuvieron que sacar solo unos cuantos.

-...Ese me gusta...—Señaló Jean. En manos del coreano había un trajecito que asemejaba un lobito de color gris—...Es precioso.

Otabek no sabía si se refería al traje o al coreano.

Mila asintió y aunque estaba pucheando de brazos cruzados por lo que estaban haciendo, daba su opinión sobre los trajecitos. Aunque todos les parecían bonitos.

-...Entonces ese también y este...—Viktor brillaba de solo tomar entre sus manos la pijamita de cerdito que Mila no había escogido.

-...Deberías guardarlo para cuando Yuri tenga un hermanito...—Dijo la rusa. Fué la primera vez que vio el rostro tan rojo de su suegro.

Sorprendente.

-...No lo había pensado la verdad...—Ocultó su rostro con la prenda—...¿Será muy tarde para dejarlo en cinta?

-...Yo preferiría que lo hiciera después de que Yura, pues...dé a luz...—Opinó, ganándose una mirada de sorpresa y enojo por parte del ruso.

-...Yo opino igual...—Secundó Seung, sorprendiendo más al peli-plata—...En esta etapa Yuuri es su pilar principal ya que hace el papel de madre para él...—Comenzó a explicarle—...Si Yuuri estuviese embarazado también, no podría ayudarle de la misma forma en que lo hace, porque estaría yendo contra sus propios malestares.

Viktor lo pensó varios minutos antes de hacer una mueca. Era cierto y por ello le dolía.

-...Hombre, por lo menos vas a seguir gozando el privilegio de seguir haciendo la danza de apareamiento con él...—Comentó J.J revisando entre la ropa alguna que fuera de su agrado, siendo esta un conjunto de pingüino bastante adorable—...Que envidia me da, la verdad.

-...Estaba comprometido...—Dijo al confuso coreano—...Pero su novia lo dejó por pendejo.

-...¡Ey!

-...¿Qué? Es la verdad...—Se encogió de hombros.

-...Si soy sincera...—Habló mila—...Esa tipa nunca me agradó...—El americano boqueaba, sorprendido—...Es muy fresa para nuestro círculo, Jota jota...—Le miró seria—...Piensa ¿Porqué a Georgi lo dejaron también?

-...Su novia era una zorra...

-...Y una chica fresa...—Señaló—...Yuri no es fresa y por eso nuestro oso sigue con él...—Sonrió.

-...¿Y Sala? —La pelirroja se encrispó al oír al kazajo—...¿Ella no es fresa?

-...Espera...¿Estamos hablando de la misma Sala? —Jean sonrió de lado al ver como la rusa quería enterrarse en el concreto—...¡No me jodas, Mila! ¿En serio sales con la Crispino?

-...Primero, no. Ella no es fresa...—Le gruñó a Otabek—...Segundo ¿Qué tiene que salga con ella? —Se cruzó de brazos, haciendo un mohín.

-...Nada, nada...—Negó—...Pero me duele que no nos hayas contado al respecto.

-...Que yo sepa estamos aquí para comprar cosas para el bebé y su habitación, no para hablar de mi relación o tu crush con- —Otabek le lanzó una ropa a la cara.

-...Calla...—Suspiró—...Terminemos aquí y paguemos. Aún hay cosas que comprar y poco tiempo antes de que me enferme de nuevo.

De toda una montaña de ropita, solo escogieron 12 conjutos u 8 gorritos. Las dependientas no dijeron nada, pero en su rostro se veía la frustración de tener que limpiar aquel desastre.

En la siguiente tienda compraron guantesillos y zapatitos. En la que le siguió compraron mucho más, ya que la tienda tenía una juguetería. Compraron peluches, juguetes masticables, chupones, biberones, mantitas y la cuna, de la cual debatieron entre varios estilos y tamaños. Pasaron al supermercado por pañales, talco y toallas húmedas. Y lo último que compraron fue la pintura y unos cuantos mosaicos falsos para pegar en la pared y dejar la habitación más bonita.

Regresaron a la casa, encontrándose a un Yuri de brazos cruzados, esperándolos para revisar lo que habían comprado.

Otabek usó la excusa de empezar a sentirse mal para escapar de su pareja y lo que pudiese suceder cuando revisara las bolsas.

Primero fue la ropa.

-...¡Esta me encanta! —Exclamó al ver el conjunto de oso en sus manos—...Me recuerda a Beka...—Sonrió—...Y este me recuerda al cerdo...—Rió al tomar el conjuto rosa. Aunque la demás ropa la vio con desgano, no dijo que no estaba bien.

Se maravilló con los gorritos, siendo su favorito el de tigre y juró que no se lo quitaría jamás, en lo que le quedara. Lo que le fascinó y se ganó toda su atención fue encontrar, en una bolsa de peluches, dos conjuntos que no pensó ver jamás, al menos para un bebé. Era el traje del Agape que hubo usado en el gran prix y el llamativo traje de Beka, ambos en miniatura.

Eso le robó el aliento, sabiendo que había sido el kazajo quien los había comprado, ya que los demás no recordaban haberlos visto. Se marchó a su habitación sin seguir revisando las demás bolsas y sonrió al ver al kazajo dormido, se acercó a la cama y se inclinó ligeramente sobre él para dejar un beso en sus labios.

-...Joder Beka. Te amo mucho...—Murmuró y dejó aquellos conjuntos en el tocador, bien tendidos, para irse a acostar junto a su novio.

Sin duda alguna amaba al héroe kazajo.

El Pan Del Tigre #AgostodeM-Preg2022 [Otayuri] 🍞Terminado🍞Where stories live. Discover now