Capítulo VII

53 12 0
                                    

Su tono de hablar me confundió un poco. Era altanero, a la defensiva, como si hubiese sido yo quien inició la discusión.

—Perdón, yo...

—No te había visto aquí antes —comenzó a caminar hacia mí —, ¿quién eres? ¿cuándo llegaste?

—¡Moly! —ambos volteamos a ver a Thomas —. Tiempo sin verte. Te eché de menos.

—Guárdate tu sarcasmo para quien te crea, gato rayado.

—Eres un verdadero encanto, querida. Veo que ya conociste a Rex —me miró con frialdad —. Llegó hace poco más de dos meses.

—¿Origen?

—Su antiguo amo murió y lo subastaron —fue incómodo ver que hablaban de mí como si no estuviera.

—Ya veo —se abrió paso entre nosotros y salió.

—¿Irás a saludar a Emily?

—¿Te importa?

Luego de que entrara a la casa, Thomas rió por lo bajo mientras yo trataba de entender lo que había pasado.

—Bueno, ya conociste a la alegría de la casa.

—¿Estaba molesta conmigo?

—Claro que no. Ella es así. Prefiere pedir perdón antes que permiso. En cierto modo, es una bestia agradable si dejas de lado su mal humor. Pero creo que en esta fecha será un poco difícil.

—¿Difícil?

—En tres días se cumplen cuatro años de la muerte de Konrad. Esta es la única época en la que Moly se queda por más tiempo en la casa antes de volver a irse. Un mes aproximadamente.

—¿Suelen hacer algo?

—No realmente, durante el aniversario de Konrad hacemos una cena. Pero para la otra fecha, no solemos hacer nada. La única fecha en la que no hacemos nada es en el aniversario de la muerte de los padres de Emily. Es el único día en el que la vas a ver sin esa sonrisa en su rostro.

—Entiendo.

En ese momento nadie lo sabía, pero por mucho que parezca una coincidencia también estaba cerca la fecha en la que mi madre había fallecido.

—En fin —dijo Thomas —, vamos adentro, el desayuno ya está casi listo.

Cuando entramos, todos estaban hablando entre ellos como siempre hasta que nos vieron. Me vieron a mí.

—¡¿Ya conociste a Moly?! —se acercó preguntando Aska.

—Sí, ya la conoció —Thomas respondió por mí.

—Es muy bonita, ¿no?

No pude evitar tartamudear ante esa pregunta. Thomas y los niños me miraban esperando una respuesta.

—Bueno... —sentí calor en mi rostro —Si... es... bonita —acabé diciendo con un hilo de voz. Los pequeños terminaron riendo.

—Ya déjenlo en paz y vayan a comer. Recuerden que hoy deben retomar sus estudios.

—Pero Moly regresó hoy.

—Queremos ir con ella.

—Saben bien lo que hace Moly en el primer día cada vez que regresa. Ahora vayan.

—¿Tú les enseñas? —pregunté luego de que se fueran los pequeños.

—No hay escuelas cerca en donde puedan ir. Y realmente no confío en que salgan por ahora. Así que le dije a Emily que yo me encargaría de su educación.

La Casa De Las Bestias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora