Capítulo 21

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Dalia

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Dalia

Han pasado dos semanas desde que expulsaron a Lilith de mi ser, aun no hay señales de Lucifer y eso me inquieta cada día mas, a pesar de eso intento llevar una vida normal Wendy volvió a la escuela Araziel se encarga de llevarla y recogerla todos los días, yo perdí mi trabajo como maestra al parecer solo toleran que se falte un día.

Zafiel consiguió que me regresaran mi trabajo en la empresa dijo que estaría mas segura al estar rodeada de ángeles y después de una larga e incomoda charla con Uriel quien en el fondo creo que me odia accedió a devolverme mi empleo.

En algunas ocasiones me he cruzado con Gabriel quien me dirige miradas de reproche por hacer mas difícil su trabajo, me lo dijo varias veces en esa junta que Zaf y yo tuvimos con Uriel, quien por cierto también recibió algunos reclamos por parte de Gabriel. También pienso que eso fue una de las razones por las cuales me regreso el trabajo.

Pero lo bueno es que recupere mi trabajo, lo cual me pone muy feliz extrañaba mucho estar en la oficina, en la cual tengo que estar todos los días según Uriel perdí mi derecho a elegir que día puedo o no asistir a la oficina, por lo menos me ayuda a mantener mi mente entretenida en otras cosas.

Por hoy mi día laboral acaba de terminar tuve una junta y fue la mas larga que he tenido, me dejo exhausta, me subo al ascensor y selecciono el piso donde esta la oficina de Zaf, espero que ya haya terminado para poder irnos a casa, el ascensor se detiene y entra Gabriel

— Gabriel 

— Dalia  

Acto seguido se forma un muy incomodo silencio, el cual se vuelve insoportable así que decido romperlo

— ¿Aun sigues enojado conmigo?

 Suspira antes de contestar — No, ya no

— ¿En serio? — pregunto sin ocultar la sorpresa en mi voz

—  ¿Por qué todos se sorprenden? — murmura — Mira, yo no soy el mejor tratándose de la interacción humana y probablemente mi comportamiento solo hizo que desconfiaras de mi y te alejaras, seguiste tu instinto y aunque odie admitirlo fue lo mejor que pudiste hacer, nos dejo claras varias cosas en esta historia, pero lo que estoy tratando de decir es que lamento lo que paso

— Wow, yo... acepto tu disculpa

— Si bueno, espero que en el futuro esto no se vuelva a repetir

— Espero que no, solo intenta no dar tantas ordenes, a veces no puedes controlar todo 

— Lo intentaré

El ascensor se detiene en mi piso — Nos vemos, Gabriel

— Nos vemos, Dalia — me da una ligera sonrisa antes de que se cierren las puertas

Me dirijo a la oficina de Zaf, saludo a su secretaria quien me dice que él estaba esperando por mi, al entrar me siento frente a él con una gran sonrisa

— Hola ¿Qué tal va el trabajo?

 — Bueno estuve a punto de aventar la computadora a la pared, pero llegaste justo a tiempo — me río — el proyecto Soylent me esta sacando canas verdes

— Por cierto sobre ese proyecto anexe algunas notas para que no tuvieras tanto problema

— ¿En serio? — empieza a buscar algo en la computadora — Ah ya las encontré, no las había visto me hubiera ahorrado muchas frustraciones

— Te he dicho varias veces que tienes que revisar todo antes de empezar

— Lo sé, siempre se me olvida

— Empezaré a enviar notas escritas a mano con cada proyecto que te envié

— Eso sería lindo — menciona mientras regresa su mirada a la pantalla

— ¿Adivina a quién me encontré?

— ¿A quién?

— A Gabriel, ya no esta enojado conmigo

— ¿En serio? — deja de prestar atención a la pantalla para verme

— Si, a mi también me sorprendió al parecer a todos le sorprende porque murmuro que todos decían eso

— Es muy común que Gabriel se enoje con todos, es como su estado natural, pero bueno ¿Qué te dijo?

— Pues se disculpo conmigo, técnicamente dijo que ordenarme que no hacer no fue su mejor movimiento

— Obvio que no, eres más terca que una mula

— ¡Oye! — exclamó indignada

— Sabes que es cierto, pero no lo digo como ofensa

— Lo sé aún así no se escucha bonito — murmuro molesta y se acerca a mi 

—  Eres mi humana terca favorita — murmura en mis labios antes de darme un beso

— Zafiel — exclamo alarmada — aquí no, alguien puede vernos

— No te preocupes, ¿Qué van a hacer? ¿Despedirnos? —  menciona arrogante — Sabes que quieren mantenernos vigilados 

— Oh Dios — con pesar — ¿En qué te he convertido? Soy una mala influencia 

Se ríe antes de levantarme de la silla y encaminarme nuevamente hacia el ascensor

— Vámonos a casa, pequeña corrompedora de ángeles

— Cállate... ¿pero y el proyecto?

— No te preocupes lo termino luego

— ¿Seguro?

— Claro que si, además si lo continuo ahorita es muy probable que algo termine roto

Nos dirigimos hacia la casa de Zafiel que es en donde nos hemos estado quedando desde que desperté, no he ido a mi departamento en todo ese tiempo no solo porque Lucifer puede estar vigilándolo sino porque también estoy asustada la ultima vez que estuve ahí fue horrible y no creo que pueda volver a poner un pie en el sin derrumbarme.

Zafiel me saca de mis pensamientos, ya habíamos llegado a casa y lo único que necesito para poder olvidarme de todo lo malo que pueda pasar a mi alrededor es a mi pequeña niña quien me recibe emocionada.

Sé que no debería bajar la guardia, pero el estar rodeada de las personas que amo me trae una tranquilidad y felicidad que nunca había tenido, espero que nunca se acabe.

Narrador

Dalia tenia razón no debía de bajar la guardia porque esta es la calma antes de la tormenta, estoy segura de que tu también la has experimentado y sabes que sea lo que sea que vaya a pasar no esta ni cerca de los escenarios que habías creado en tu cabeza.

Lucifer no es alguien que se rinde fácilmente si el quiere algo lo obtiene no importa cuanto tarde ni como lo obtenga, a final de cuentas no hay nadie ni nada que le impida hacer lo contrario, o eso es lo que él piensa, porque tanto tú como yo sabemos que hay alguien con la capacidad para detenerlo y obligarlo a que deje de lado sus planes, bueno por lo menos un rato porque el mal nunca descansa.

Pero mientras ese alguien hace acto de presencia, Lucifer sigue con sus planes, obteniendo información detallada de todos los movimientos que tanto Dalia como Wendy hacen a lo largo de su día, esta convencido de que pronto las tendrá bajo su poder y al fin podrá obtener aquello que tanto desea, el control sobre el mundo.



Adopción DiabólicaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant