Dalia es una joven maestra que un día va a un orfanato donde conoce a una hermosa niña de 6 años que roba su corazón con su ternura e inocencia, lo que nunca se imagino fue que esa pequeña e inocente niña fuera hija de un hombre al que nunca creyó q...
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"Estoy en un bosque, por lo oscuro que esta puedo deducir que es de noche pero no logro ver el cielo, empiezo a caminar y dejo que mis pies me guíen, no sigo ningún sendero, por alguna razón no me siento perdida, llego a una cabaña, no se ve abandonada pero no creo que sea una buena señal, nunca es buena señal encontrarse con una cabaña en medio de un bosque oscuro, aun así no me detengo y entro, no veo nada ni a nadie, de pronto las luces se encienden — Te dije — escucho una voz masculina — que te mantuvieras alejada de la niña — un hombre sale de una habitación y lo reconozco, es el mismo que estaba en la corte — Ah eres tú — digo aburrida — yo te dije que no iba a hacer tal cosa — No sabes en que te estas metiendo — No me importa — Acabas de desencadenar fuerzas que no entenderías — ¿y supongo que no me lo vas a explicar? — No lo entenderías — Entonces no tiene caso seguir con esta conversación, nos vemos — Aun no es tarde para tomar el buen camino — me dice antes de que cruce la puerta, no me molesto en decir algo mas y me voy"
Algo cae sobre mí y siento que se me va el aire de los pulmones, abro los ojos rápidamente solo para encontrarme con Perséfone que esta muy feliz saltando sobre mí, la abrazo y la acuesto sobre la cama — ¿Quién es esta pequeña que ha aparecido en mi cama? — pregunto mientras le hago cosquillas y su risa inunda la habitación — Soy yo mami — dice entre risas, me detengo y dejo un beso en su mejilla — ¿cómo amaneciste pequeña? — muy bien mami — me alegro mucho, ¿tienes hambre? — le pregunto y asiente con la cabeza — muy bien que te parece si te vas a bañar y mientras yo preparo el desayuno — asiente, la acompaño al baño, le preparo el agua y la dejo para que se bañe, voy a su recámara para buscar la ropa que se va a poner, no tiene mucha, tengo que comprarle más.
Hoy tengo que ir a la oficina, voy a tener que llevarme a Perséfone conmigo, en sí creo que no hay ningún problema porque la empresa cuenta con una guardería, pero la voy a tener conmigo en la oficina.
— Vamos princesa, nos tenemos que ir
— ¿A dónde vamos mami?
— Tengo que ir a trabajar y vas a venir conmigo, cuando termine de trabajar vamos a ir de compras
— Está bien, ¿puede venir Artemisa con nosotras?
— Claro
Llegamos a la oficina y no hubo ningún problema en la entrada, salude a todos como de costumbre y nos dirigimos al ascensor para ir a mi oficina
— Buenos días Marissa
— Buenos días ingeniera — aun no logro que me llame por mi nombre, pero si se siente más a gusto diciéndome ingeniera no puedo hacer nada — ¿es su hija?
