II

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Los sonidos, el tacto, las imágenes, todas sus reacciones sensitivas estaban borrosas, como si de un sueño se tratara.
El señor Sehun, el vecino, la abrazó cálidamente luego de aquellas palabras expresadas, pero la muchacha no reaccionó ni correspondió a este. Su mente pasaba mil y una veces momentos con su madre, con su papá, su hermana, con su más cercana y única familia. Ya no tenía a nadie más. Como dicen: "sola contra el mundo".

-No pienses en nada, te ayudaré en todo lo que necesites. -comentó en susurro mientras la abrazaba.

Victoria seguía débilmente desconectada con su alrededor. Sólo estaba segura de que sentía el calor del protector abrazo de su amable vecino.

-Bien, inspeccionamos el lugar y no hay indicios de forzamiento, por el momento -dijo el policía, llegando de la segunda planta.

Nadie le respondió, Victoria ensimismada en su pequeño y destruido mundo y Sehun ensimismado en Victoria, que ya el abrazo había pasado a pequeños besos en la cabeza de "consuelo", apoyando contra el pecho de este.

-Llevaremos a la señorita a un hogar de menores mientras tratamos de contactar a algún familiar.

El caballero se acercó un poco, pero el vecino de inmediato no lo dejó.

-No, se quedará con nosotros, podemos acogerla mientras -aseguró sin vacilación.

-Joven, el proceso se tiene que llevar a cabo.

-¿No ve cómo está la pobre? -miró al oficial expresivamente atónito-. Yo era muy amigo de su padre, y me dejó a cargo si pasara una situación así, ya que no tiene familiares cerca.

-El trámite es muy burocrático, Joven. -siguió con el mismo acento riguroso.

Sehun miró a su alrededor y se acercó lentamente al policía, ya cerca de él, le susurró directamente al oído, a modo de una sutil amenaza:

-No quiero abusar de mi profesión, pero tengo que informarle que tengo contactos en el gobierno y especialmente del ministerio de inteligencia militar...

Volvió a los brazos de la niña, abrazándola más fuerte que antes, como si su acercamiento al caballero nunca hubiera sucedido.

-Está bien, solo lo dejaré pasar porque tengo su palabra y porque... -suspiró- es primera vez que veo un homicidio de esta manera tan aterradora... Pobre muchacha.

Se marchó con ojos comprensivos, apenándose por la chica huérfana, pero al inmediato que miró al hombre que la abrazaba; lo miró rencorosamente.

Sin decir una sola palabra y para que no los vieran directamente, cubrió con su chaqueta la cabeza de Victoria y la llevó a casa, pasando por enmedio de ambulancias, policías, SIS y vecinos entrometidos.
Al llegar, un ambiente muy cálido, luminoso, muy blanco, casi cien por ciento limpio y amable la esperaban, a pesar de la hora parecía que estuvieran toda la noche despiertos preparando la casa con esa 'vibra'. Olía tan bien, no era algo fuerte, pero si se presenciaba. La temperatura era la adecuada, ni muy áspero ni tan sofocante. Victoria de inmediato se percató, sacándola de su mundo. El cambio tan brusco se notaba; de un ambiente sacado de una noche de halloween en locura desenfrenada y sangrentada a un hogar con todas sus letras; limpio e inigualable. Había ido unas cuantas veces anteriormente, cuando se juntaban sus padres a compartir, pero no se imaginaba así, con esa calidez de ahora.
La señora Oh se aproximó desde un costado de la casa, entrando al living, donde estaba la muchacha sentada en el blanco sillón junto a Sehun, que la mimaba con cariños.

-Dios... ¿Qué fue lo que pasó? ¿Eso es sangre?

Por un momento se quedó inmutada por el aspecto de la joven y fue a buscar un trapo, limpiando al rededor del sillón, que por su color hacia sobresalir el rojo vino.

-¿Qué haces mujer? -gruñó Sehun-, acaban de asesinar a su familia y tú limpiando un sillón...

La mueca de rabia hizo que la mujer se detuviera de limpiar frenéticamente.

-¡Shhh! Hunri está durmiendo arriba -con tono molesto se fue a la cocina.

Rápidamente volvió con un vaso de agua que dejó en la mesita del enfrente. Se sentó al lado de Sehun, esperando alguna información previa.

-¡Qué terrible! ¿Sabes por qué sucedió?

La señora Oh demostraba un rostro compasivo y muy penoso, casi lloroso. Sehun no la tomaba mucho en cuenta y seguía abrazando a Victoria, que seguía en un estado de shock.

-Creo que fue un robo y el maníaco los mató a casi todos... No sé por qué la dejó viva... No lo entiendo.

-No puede ser, pobrecita... -expresó anonadada.

-La llevaré al cuarto de invitados, estará con nosotros ahora. -informó Sehun en tono de mando, sin importarle algo más.

-Pero...

Él subió con cuidado, sosteniendo a la débil muchacha. Su señora solo lo quedó mirando con recelo. Al final del pasillo pasaron y con cuidado la recostó por encima.

-Duerme por favor y no te preocupes por nada, ahora yo velaré por tu bien y encontraré a ese mal nacido.

Cerró la puerta sin pena y dejó tranquila a la niña, que muy poco, o ni siquiera estaba conectada con su mundo real.

El Vecino Where stories live. Discover now