XIII

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O era el aire que circuló o la entrada precipitada de Sehun, algo, lo más probable la segunda opción, que hizo estremecer a la muchacha.

-Háblame, Victoria. -exclamó serio.

Ella estaba en un verdadero trance. Tenía que aclarar su mente, sus ideas, no sabía bien qué hacer ni mucho menos reaccionar, mas, sí sabía que no quería que Sehun se enterase de sus verdaderos pensamientos.

-Menstruación, eso, me bajó y no tenía la tolla..

Sehun siguió mirándola en silencio, la posición de cómo se encontraba ella y su rostro no concordaban mucho para él.

-¿Por eso lloras? -frunció el ceño.

-Sí, cuando me baja me duele mucho, no me había tomado la pastilla y eso hace que me duela aún más.

-¿Tanto cómo para llorar, Victoria?

-Son terribles los dolores, siempre termino llorando..

Como él no sabía mucho del tema y tampoco nunca lo sufrirá, o sea que era un ignorante total, eso lo hacía no opinar y quedarse con la idea que le daban. No pareció convencerle mucho, pero le creyó igual.

-Está bien... ¿Te traigo algo? ¿Llamo al servicio?

-No, gracias.. Con una ducha estaré mejor.

-De acuerdo. Oye, si estás con eso... Prefiero esperar.

A no ser que fuera que Sehun revisara el basurero -muy poco y casi nulo de probabilidad- su mentira seguiría en pie y estable, creíble. Aunque lo último no le pareció bien.

-Sí... Mejor, pero me dura poco, como tres días máximo... Así que no te preocupes.

Había una simple razón para que Victoria le haya dicho que solo eran por pocos días para esperar algo íntimo, quería y estaba urgida, independientemente de cómo la hacía sentir públicamente.. Quería eso magnético que le daba Sehun entre las sábanas. No quería asimilarlo y mentalmente negaba rotundamente esa idea... Pero muy en el fondo disfrazaba su moral con lo que de verdad quería.
Era raro; quería poder volver a esos momentos de climax con el hombre, pero en esa situación ahora, no quería estar cerca de él. Quería y no quería al mismo tiempo, una parte le provocaba rechazo... Y otra le proyectaba atracción y algo mínimo de pocas dosis de obsesión. Por suerte Sehun se fue a recostar en el living y ella siguió cerca de la cama.

Durmieron en lugares distintos; Victoria durmió en la king, mientras que Sehun se quedó toda la noche en el cómodo sillón Chesterton.
A Vic algo le decía que no era por una simple menstruación el alejamiento, sino que era un tema mucho más grande... Pero al momento estaba cómoda así.
Como si no hubiera pasado nada pero con un poco de recelo siguieron su comunicación normal. Sehun quiso restablecer invitando a la muchacha a un río que cruzaba cerca del lugar.
El hecho de que tuvieran una salida recreativa funcionaba como una bálsamo, al igual cuando él le regalaba finos collares a su esposa, pero esta vez era opción más económica, para alguien económica: según la categoría propia de Sehun.
Llegaron con lo básico para un día de baño en el río, protector solar, traje de baño y unas toallas nuevas. No era en cualquier lugar; aparcaron en el sector alto del río, dónde era un sector mucho más privado y con gente de otro tipo, aunque estaba más frecuentado esta vez. Sehun al ir más adelantado eligió el lugar para yacer, exactamente donde había sombra debajo de un arbolito.

-Descansemos y nos bañamos juntos ¿te parece? -preguntó cálidamente el joven.

-Está bien.

Cada uno se ayudó a aplicarse la crema solar y se recostaron encima de las toallas, separados. Victoria, después de unos minutos, impaciente, sin decir nada se encaminó al rio. Con un día despejado aún así el agua estaba algo helada, pero no fue impedimento para ella. Ya sumergida, nadando de un lado para otro y disfrutando sola, casi recordando su infancia y alegrándose de buenos recuerdos, un chiquillo de la nada se le acercó; de su misma edad por la apariencia física, pálido, flaco y de la misma estatura de ella, con un rostro de facciones finas como una carita de bebé.

-Tienes que tener cuidado...

-Hmm.. ¿Por qué? -la muchacha dejó de nadar de inmediato y se incorporó para tomarle atención.

-Este rio es un criadero de los monstruos... Es como su nido aquí, por eso si fuera tú no nadaría más allá de la corriente.

Los dos se tiraron a reír, pero mucho más la niña, que lo estaban pasando bien.

-Ja... Entonces ¿por qué vienes aquí también si es tan peligroso? -de simpática le regaló una sonrisa.

-Buena pregunta.... Es que soy el encargado de avisarle a las niñas bonitas, para que no las muerda el monstruo.

El absurdo argumento y la buena onda del chico hacían poner de buen ánimo a a Vic luego de pasar unos agrios ratos desde que llegó.

-Pero qué samaritano.. Eres un héroe...

-Nathaniel.

-Nathaniel, te mereces un reconocimiento al chico más preocupado.

Las risas y vibras positivas seguían entre ellos.

-De hecho me dieron una medalla... Querida...

-Victoria, un placer.

-Victoria, pero qué nombre más bonito e inspirador.

-Gracias, Nathaniel también...

-Victoria, ¿Qué haces?

La muchacha no se habla fijado en que Sehun la estaba vigilando desde el primer instante que el chico extraño le habló. Este ya estaba un paso adelante que el menor, casi negando la presencia del chiquito, que solo miraba atónito el cómo se acercó el hombre.

-Nada, Sehun, solo estoy...

-¿Te dejo un minuto sola y ya te olvidaste que viniste acompañada?

-Oye, pero si solo...

-Wow, no sabía que tenías un big brother, sino no me hubiera acercado a hacerte problemas...

-Nathaniel, no es lo...

-Disculpa, mejor me voy.. Fue un gusto conocerte -miró de reojo al hombre y por educación le habló-. Adiós.

-No, Nathaniel, por favor...

Iba a seguirlo, pero el joven la tomó del brazo para detenerla, haciendo casi que la niña se resbalara entre las piedras babosas de algas.

-No creo que vayas detrás de un nene que recién conociste Vic... Eres mejor que eso, o eso pensé...

Esta solo lo quedó mirando, pensativa, pero según la mente de ella y su procesamiento cognitivo le decían que tenía razón el hombre mayor, que su actitud era muy inmadura, que se calmara.

-Sí, tienes razón... Solo que no me gusta que las cosas terminen tan mal... Más con alguien que no conozco.

-Por eso mismo, es un desconocido, un extraño. Debería darte lo mismo.

Aún así esta situación amarga le habían bajado los ánimos, ya no era lo mismo, su preocupación por lo que pensara el niño extraño era mayor.

-Bueno.

-Mejor... Ten cuidado que andan tiburones por aquí..

-¿Cómo?

Ella no había entendido la referencia, Sehun se sumergió completamente y atrapó el tobillo de la chica, para luego botarla a propósito. Esta gritó, en tono animoso.

-¡El tiburón te va a comer!

De un momento a otro la actitud sería del hombre se convirtió a una más simpática y protectora.

-¡Ay, ¿qué haces?! -se sacó el exceso de agua del rostro.

-Discúlpame por haberme portado así.. Pero tienes que entenderme, tengo que tomar precauciones..

-Lo sé..

El agua les llegaba hasta el cuello, entre la débil marea este le tomó la cabeza con las dos manos y la acercó para besarla tiernamente.

-Contigo me siento diferente, me haces ser otro, Victoria.

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