VII

44 4 0
                                    


Esta vez, aparte de su gran pesar, lloraba por algo más, ahora dos eran las causas por las que lloraba. A veces, para no llamar la atención y no molestar, se ahogaba sus gemidos y para no incomodar dentro del hogar trataba de tragarse todo, como un sabor metalizado bajaba. Lo hacía por el 'bien de todos', pero más por el pequeño, que le preocupaba que verla llorar le afectara de alguna forma, no sabía de qué forma, pero le daba un sentido de protección sobre él, aunque no fuesen nada.

Quería clasificar en una etiqueta su dolor, quería averiguar de dónde venía verdaderamente, ya que lo que sentía ahora era diferente, no era como el anterior que salía directamente su sufrimiento desde las entrañas, desde el alma, un dolor real que nunca había sentido antes; solo después de esa noche. Ahora, su calvario tenía el toque de la gran diferencia que venía desde otro rincón del cuerpo. Y no lo quería asimilar. Sabía que era probable por una cosa, era su adicción de ahora.

Pasó al baño lo más tranquila posible y se duchó, como una forma de 'ritual' para dejar atrás lo que pasó, física y mentalmente.

[...]

Los días pasaron rápido para la familia Oh y mucho más para su allegada. El funeral estuvo solo acompañado por la familia Oh y la única sobreviviente, en un día nublado pero templado. Sehun se había encargado de contactar a los conocidos y amigos, pero dijo que no había podido contactar a nadie, menos a un familiar, quedó el tema así y nadie le cuestionó. Las sesiones psicológicas y sus evaluaciones con el psiquiatra ayudaron en parte en sus crisis, y ella siendo su propia psicóloga se auto indicó nunca más pensar en el suceso a profundidad.

-Tienes que estar clara ante los problemas a futuro... -comentó la psicóloga.

-Lo sé, aun que estoy mejor que el inicio, lloro menos y al día me da menos ganas de llorar también.

-Sí... Estas tomándolo bien y también con el apoyo de la familia que te acogió, son importantes también en este proceso.. No te presiones Victoria, no puedes estar bien al cien por cierto en poco tiempo, con la magnitud de lo que te pasó, al final será peor para ti y tendrás consecuencias.

-Sí, está bien, pero no me gusta pensar en ello, en ese día no, no, de verdad no.

-Es muy difícil, pero tienes que permitirte sufrir y dejar sanar esa herida, no puedes borrarla ni olvidara, es dañino para ti... También, tienes que saber que mentalmente estas inestable y está completamente normal que sea así, pero tienes que tener cuidado con las personas que te rodean...

-¿A qué se refiere?

-Lamentablemente hay gente que al saber tu estado, se aprovecharán psicológicamente de ti, en los sentidos que te puedas imaginar, de todas maneras... Te lo quiero recalcar para que tengas cuidado en ti y puedas priorizarte, ya que a muchas pacientes que están igual que tú; se repite este patrón de personas inescrupulosas que se aprovechan por tu debilidad mental.

-Está bien, tendré cuidado, gracias.

Eran las últimas sesiones para terminar el proceso que había implantado el recurso de amparo del departamento de investigaciones.

Volvió a casa cansada, se sentó en el sillón a escuchar el silencio que tanto le gustaba, ya que el hijo del matrimonio tenía una jornada completa de kinder y la señora Yari trabajaba el mismo lapso, o si tenía tiempo iba sin vacilar directamente al establecimiento donde estudiaba su niño; para esperarlo. En cambio, el hombre de la familia era su propio jefe, así que aparecía o desaparecía cuando quería, y como tenía tiempo extra se había comprometido a ayudar a Vic con los trámites de investigación.
La policía, los forenses, criminalística, ya todos conocían a la pobre niña que le mataron a toda su familia... Pasaban o iban a la casa intermitentemente a constatar sus declaraciones que repetía y repetía a cada detective, lo bueno que esas instancias ya acabaron y estaban por cerrar el caso.
Victoria, tenía curiosidad de saber por qué a ella no, por qué a su familia, sentía ese interés por saber y armar el rompecabezas que no calzaba del todo, pero no quería obsesionarse y prefirió su bienestar. Desde que recrearon la escena del crimen en su casa, nunca más volvió a entrar.

-Hola, ¿cómo estás? -llegó el dueño de la casa.

-Bien ¿y usted? -siguió el diálogo monótona, cortante.

Desde ese día que sus hormonas fluyeron y su lívido prendió con los movimientos de Sehun, no volvió a pasar nada más, o por lo menos ella evitó a toda costa que pasara algo, alejándose cada vez que el hombre quería establecer contacto, y reprimiendo sus deseos húmedos, hasta en sus sueños, que cada vez aparecía él encima.

-Ay... Sabes que puedes tutearme Victoria.

Rodeó los ojos irónicamente y tiró las llaves al plato de ceramica directamente de Corea; precisamente una reliquia heredada por la familia de Yari a los primogénitos.
Sehun se sentó cómodamente al lado de la joven y anunció:

-Me dijeron del departamento que todavía no encuentran las pertenencias robadas, ni al maldito asesino.

-¿Todavía no encuentran el reloj? -frunció el ceño no creyendo lo dicho.

-Te lo hubiera traído si fuese así, sé lo mucho que lo aprecias.

-Qué raro.. Entiendo que el dinero ya sea más difícil y las joyas, pero ese reloj fue mandado a hacer, no hay ninguno igual, tiene el nombre de mi papá y un grabado de una frase.

-Lo sé, unas de las opciones es que no lo comercializó y lo tiene consigo todavía el hijo de puta.

-De verdad no me importa todo lo que robó, pero el reloj de verdad tienen que encontrarlo.

-Sí, moví algunos contactos para que no cerraran el caso todavía y siguieran buscando... Pero sabes que es difícil si nadie vio su rostro ni su rastro.

-¡Por eso tienen que seguir buscando!

Sehun le acarició el rostro, iba a proceder a comentar algo con un acercamiento, pero tocaron el timbre. Él rápidamente abrió para mirar de mala forma al que interrumpió el primer acercamiento en días.

-Hola, buenas tardes, ¿se encuentra Victoria por aquí?

-Disculpa pero ¿tú quien eres? -arrugó la entreceja, en forma despectiva.

La muchacha desde adentro miró al exterior, encontrándose con Alex en la puerta.

-¡Alexander! Por fin viniste...

Ella lo recibió afectuosamente, ya que sentía que era la única persona que conocía su pasado y la conectaba con ellos, en especial a su hermana, como si estuvieran vivos.

-Victoria, ¿me puedes explicar qué quiere este joven? -se notó su tono hostil y de autoritario.

-Ah, sí sí, él es el ex de mi hermana. Alexander.

-Un gusto, señor -amablemente Alex dirigió su mano para saludar.

-Igualmente -le correspondió de manera seria-. Pero pasen, estarán más cómodos adentro.

La seriedad de Oh se fue por completo, revolcando a una personalidad más amable al instante con el desconocido, inexplicablemente.

El Vecino Where stories live. Discover now