XII

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Victoria comprendió la enfatización de Sehun al final de la frase.
Los dos estaban disfrutando, los dos eran participes y los dos saldrían lastimados si esto acababa en boca de personas externas.
Aunque Sehun separaba su vida profesional con la privada, era un personaje reconocible gracias a sus contactos y amistades públicas y cercanas al gobierno, entregándole una vida privilegiada. Trataba de vivir en un perfil bajo y tranquilo, le resultaba genial, ya que los periódicos y noticieros hablaban de él, pero no de la sección: "farándula", sino por sus proyectos o contactos de alto calibre, que lo posicionaban como un personaje importante y casi 'intocable'.
Era un personaje poderoso, pero no de estos reconocibles de pantalla, sino de estos que son introvertidos; que suelen ser con los más de poder, y lo mejor que la población no sabía.
Victoria sabía que era alguien importante, lo veía a veces junto a personas del Estado, en medios o en periódicos de portada, pero él tenía mucho más poder y peso que aquellas acciones. Un mundo paralelo a él, uno profundo.

-Está bien.

El muchacho sonrió, tiernamente le ordenó que lo besara, un poco timida -o incómoda- está accedió y esos carnudos labios conectaron inmediatamente y la timidez se esfumó..

Victoria creía que era fuerte, que sabía perfectamente cuándo la manipulaban y cuando no, creía tener inteligencia y fuerza mental, pero no era así, o se eso le quedaba muy poco. Era obvio que por los sucesos ocurridos mentalmente no se encontraría bien, evitaba a toda costa los recuerdos y momentos de su familia trágicamente fallecida, en cambio, ese vacío infernal que la hacía llorar por las noches lo 'llenaba' con el cálido señor Oh, independientemente de las consecuencias que este traería -que también las evitaba-. Se lo guardaba, se lo guardaba y se lo guarda, todos esos remolinos mentales estaban dentro de ella, sin dejarle verle con claridad y aquello lo pagaría muy caro.
Porque, aunque su único calor provenía de un señor casado y con familia formada, necesitaba afirmarse en alguien, en sentirse apoyada, querida. Pero no diferenciaba estas formas de amor recibido, todavía la vida no la preparaba para ello, sino, la está preparando.

-Vamos a comer, se nos hace tarde..

Este se levantó a vestirse y la niña procedió a hacer lo mismo, sin una ducha prevista anteriormente.
Salieron a la calle, pero ya no era lo mismo, algo había sentido interiormente la muchacha. Las miradas que recibía ahora eran de desprecio, de asco, como si supieran qué y que está haciendo. Trató de calmarse, y el apretón de manos de Sehun la hacía sentir protegida. No quería seguir sintiéndose así.
Siguió actuando normal, como si no le afectara, no quería que Sehun notase su nerviosismo o incomodidad, no quería enojarlo o algo parecido. Su estómago era revoltijo de nerviosismo.
Él escogió el restaurante, no cualquiera claramente, era muy privado y difícil de conseguir alguna mesa, ella se dio cuenta al entrar y cómo una pareja de empresarios le negaron el acceso. Pero Sehun ya tenía reservado.

-¿Qué quieres comer?

La niña miraba la lista y títulos franceses, alemanes y suizos no la dejaban elegir con claridad.

-Hmm... Lo que tu pidas.

-Está bien.

Con un aspecto serio que llevaba desde que cruzó el umbral del hotel, ordenó a los meseros rápidamente y quedó en silencio.
Era así siempre, menos cuando yacían juntos, pero al salir, al estar los dos en sociedad este se convertía, completamente no, pero tenía una mutación parcial, donde se mantenía frío y serio normalmente siempre, y con la niña más aún. Algo no le hacía en este comportamiento anticuado confiarse. Pero sus hormonas poco le hicieron caso. Sabía que corría peligro, que estaba pisando suelo de vidrio y no por mucho tiempo se mantendría en pie pero, cómo la tocaba, cómo la hacía sentir completamente, era una adicción, no quería seguir en el fondo de su lado moral, pero era más fuerte su tentación. Iba a seguir independiente de lo que pasara. Quería seguir sintiéndose mucho más que codiciada, perteneciente a alguien, a alguien que la protegiera.
No había ni existía estabilidad que la detuviera.
Comieron completamente callados, sin ninguna expresión, ni acercamiento corporal, nada. Sehun se mantuvo rígido y sólo se limitó a ver y comer su comida; en ningún momento miró a la chica. Esta, dubitativa, lo miraba y comía al mismo tiempo apenada; ¿Qué le pasaba? ¿Por qué actuaba así?, eran unas de las tantas cosas que se preguntaba interiormente. Sehun ya era así, pero era primera vez que reaccionaba así de frío con ella, y después del sexo que tanto se había esforzado él, ¿era eso acaso?, Victoria se sentía usada, mal, asqueada, no sabía qué hacer, cómo reaccionar absolutamente sola en una ciudad completamente nueva. Odiaba llorar en público y ya estaban saliendo solas así que se armó de fuerzas:

-Iré al hotel, me duele mucho la cabeza..

No esperó ni que Sehun reaccionara y salió de inmediato del restaurant VIP. Corrió hasta el hotel que quedaba a unas cuadras y cuando entró actuó de la manera más pasiva, sin llorar, hasta que entró al ascensor que dirigía directamente a la habitación, sin ningún pasillo de por medio y lloró lo más fuerte que pudo.

-Soy una tonta, maldita sea.

Se dijo a si misma, entre impotencia y dolor, se había dejado llevar mental y carnalmente por el hombre, no con cualquier hombre tampoco, sino con uno casado, con familia, con un hijo pequeño, estaba destruyendo una familia feliz y era su culpa, sólo su culpa, ¿Cómo había llegado a tal límite?
Extrañaba esos días domingos de familia, cuando se sentaban todos juntos a ver un reality x, y solo a estar todos juntos... ¿Por qué tuvo que pasar eso?

Eso y más era lo que procesaba su mente en el living de la habitación, hasta que sintió la puerta de la entrada.

-¿Qué te pasó, Victoria?

La voz masculina la hizo estremecerse, le daba escalofríos, casi miedo, pero un miedo que le daba adición.
No significaba que no le gustase....







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