Capítulo 26.

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Ellos siguieron teniendo citas.

Algunas las planeaba Louis, la mayoría de ellas las planeaba Harry. Unas eran más sencillas y espontáneas que otras, pero todas y cada una eran especiales.

Como la que tuvieron la noche anterior, que consistió en un paseo en el hermoso parque de la colonia privada de Harry, con Clifford dando saltitos entusiastas a unos pocos pasos delante de ellos. Y aunque a Louis le hubiera gustado mucho deslizar su mano y sostener la de Harry, el roce que de vez en cuando tenían sus dorsos era suficiente para tenerlo sonriendo tontamente.

En el trabajo todo estaba bien. Louis siguió esforzándose, sin bajar la guardia por, bueno, estar saliendo con el Editor de Brightness. Él no quería ninguna ventaja gracias a eso y se enorgullecía de decir que había llegado hasta este punto por mérito propio. De hecho, Harry era quién lo olvida en algunas ocasiones y tenía que ser Louis quien le recordara que era un empleado más con responsabilidades como todos aquí. Fuera del edificio era otra cosa.

Ninguno de los dos había hecho las cosas oficiales todavía, pero para ellos está bien, parece funcionar para ambos. Louis confía ahora y el no colocar una etiqueta en su relación ya no lo hace sentirse inseguro.

Sin embargo, puede admitir que llamar novio a Harry sería algo... lindo. Pronto, con suerte. No está ansioso por ello.

Por otro lado, su miedo de ser atrapados pareció apaciguarse.

Liam aún lo mira con ojos entrecerrados en distintos momentos del día pero, gracias al cielo, ya no lo ha vuelto cuestionar. Niall en cambio se ha mantenido igual, solo que ahora procura ser más cuidadoso del lugar y de la gente que los rodea para soltar sus comentarios indiscretos y acusadores. No era molesto, incluso era divertido ver a Harry sonrojarse.

Hace solo unos minutos el Rubio había pasado por la oficina principal, con toda la intención de saludarlo con un beso en la mejilla. Antes de que sus labios hicieran contacto con la piel de Louis, Niall saltó y dijo que ya no podían seguir haciendo aquello porque estaba decidido a conservar su empleo y que además de eso, no se le daba bien el papel de amante.

Ahora, Louis está bebiendo de su taza de té, mientras revisa su listado de actividades para el día cuando Harry vuelve acercarse a él.

"Poccolino", le dice, voz demasiado suave. Louis sonríe de forma automática. "Necesito que me hagas un favor."

"Los que quieras", responde. "Me pagan por eso, después de todo ¿no?", bromea con ligereza, pero utilizando el momento como un recordatorio.

"Por supuesto", Harry gira los ojos con cariño, sabiendo exactamente lo que Louis está haciendo. "Lo que quería pedirte hace rato, antes de que fuéramos interrumpidos por mi tonto Director Creativo", él niega, esta vez sin el cariño de por medio. "Era que reservaras los vuelos a París. La semana de Moda es el próximo veintisiete de mes. ¿Puedes ayudarme con eso, por favor?"

"Wow, espera, ¿qué?", Louis se alegra de estar sentado. Se hubiera ido de sentón si no. "¿París?"

"Estoy seguro que ya te lo había mencionado."

Resopla y lo mira con una ceja alzada. "Sí, pero eso fue hace un millón de años. Y ni siquiera me diste una fecha."

"Bueno, el tiempo se ha acabado. El evento es dentro de dos semanas."

"¿Y por qué me lo dices hasta ahora?"

"¡Lo olvide! casi lo pierdo por completo. Liam lo tiene programado, pero no le he pedido que compre los boletos de avión", Harry mira sobre su hombro al lugar vacío de su primer asistente, apenas acordándose que tiene otro. "Por cierto, ¿donde está él?"

El Diablo Viste De GUCCI || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora