Capítulo 1.

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Un estridente golpe lo hace despertar. Está seguro que los nuevos inquilinos del departamento de arriba han llegado. La familia Adams, o tal vez Cooper. Louis no recuerda el apellido que le susurró el portero la noche anterior. Sus ojos tratan de adaptarse a la luz. Por un momento, solo por un pequeño momento, se sorprende por el peso muerto a su lado.

Después de que Collin se quedara tantas noches en el sillón viendo el televisor, Louis había olvidado cómo se sentía despertar junto a él.

Ese pensamiento lo hace estremecerse, recordando sus años de Universidad cuando tenía que permanecer horas estudiando en la biblioteca.




La bella encargada llamada Rose, una mujer de sesenta años que siempre tenía una sonrisa amable en su rostro, los interrumpió.

"Dejen de estudiar tanto, muchachos y paren de hablar de las personas con las que durmieron anoche. Estoy segura que quieren escuchar una de mis historias."

Los ojos de Louis arden después de varías horas de lectura. Parpadea y ve como todos en la habitación se acomodan alrededor de la bibliotecaria. Hace a un lado su libro y decide tomar un pequeño descanso para escucharla. Si otra persona los hubiera interrumpido probablemente se hubiera molestado. Tenían un examen importante al día siguiente, no había tiempo para historias de amor.

Pero se trataba de Rose, la linda Rose que les apretaba las mejillas y les permitía hablar demasiado fuerte cuando se suponía que estaban estudiando. Ella se había convertido en alguien especial para todos.

"Cuando era novia de Matt", Rose empezó, con una sonrisa soñadora en su rostro. "Él siempre se escabullia por mi ventana."

El ajetreo de los jóvenes universitarios llenó el lugar después de eso. Louis puso los ojos en blanco ante los sonidos de burla de sus compañeros. No podían ser más inmaduros, en serio.

"No piensen mal, muchachos", Ella reprende. "Pasábamos el tiempo escuchando música, vinilos que mi buen Matt pedía prestados de la pequeña tienda donde trabajaba."

Louis está seguro que reprobara su examen de Historia, pero en este momento, era lo que menos le importaba. Siempre ha sido un fanático de las historias de amor, finales felices y cuentos de hadas. Todo gracias a que creció leyendo cuentos para sus hermanas pequeñas. No importaba que ellas ya estuvieran dormidas a mitad de la historia. Él terminaba el libro porque simplemente no podía esperar hasta la siguiente noche, demasiado intrigado si Cenicienta pudo o no decirle al príncipe azul que la zapatilla de cristal le pertenecía a ella.

Es un romántico empedernido, sin duda alguna, pero eso es algo que jamás va a admitir en voz alta.

"Una noche, sin querer, nos quedamos profundamente dormidos", Los ojos de Rose brillaron más de lo normal después de esas palabras. "Al día siguiente desperté con los brazos de Matt rodeando mi cintura. Estaba tan nerviosa de que mi madre fuera a descubrir que Matt pasó la noche conmigo, pero las mariposas en mi estómago estaban locas", su sonrisa creció, "Así que hice que saltara por mi ventana."

Una vez más, la habitación se llenó de risillas, todos contagiados del buen humor que caracterizaba a la dulce anciana. Ella sonrió por el recuerdo para después cambiar su semblante a uno serio.

"Pero después de ese día no pude dormir bien, dormir junto al cuerpo de Matt esa noche había sido fantástico. Se sentía como si fuera la forma correcta", Rose murmuró. "La forma correcta en que deben de ir las cosas."

"Dios, Rose, está historia es demasiado buena", Una chica, sentada en el piso con la cara apoyada en sus manos, rompió el pequeño silencio que se formó. "Todas las historias de tus novios adolescentes terminan bastante trágicas, ¿que pasó con el tal Matt?"

El Diablo Viste De GUCCI || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora