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Eran las tres de la mañana cuando Heeseung y Jay salieron de aquella fiesta, ambos pudieron sentir miradas curiosas en sus espaldas mientras cruzaban la salida hasta el lugar donde se encontraban sus autos, pero no era nada a lo que no estuvieran acostumbrados, por lo que solo siguieron con su camino hasta llegar al auto del pelirrojo.

Jay chasqueó su lengua mientras pensaba en una forma amable de declinar la invitación del pelirrojo, pues no sabía porqué la había aceptado en primer lugar, pero ahora se encontraban ahí y el frío comenzaba a colarse a través de su chaqueta.

— No sé si sea buena idea. —murmuró el pelinegro posando su mirada sobre el pelirojo antes de subir al auto.

Heeseung solo encogió sus hombros en respuesta, claro que no quería que Jay se alejara de él ahora que por fin tenían la oportunidad de hablar sin ser interrumpidos, pero tampoco pensaba decirle que se quedara. Él era complicado y demostrar interés en un chico que recién conocía era una alarma gigante para su zona de confort, pero, al mismo tiempo algo en su interior le decía que Jay estaba esperando por una señal y si no se la daba, se iría y sus caminos no se volverían a cruzar.

Por alguna razón no quería eso.

— Conozco un lugar cerca al centro, probablemente esté abierto aún y es más agradable que el bar de Sunghoon. —contestó pasando una de sus manos por su cabello nervioso de obtener como respuesta un rechazo de parte del pelinegro.— Pero si no estás seguro podemos volver allá dentro.

Jay juntó sus cejas en confusión y resguardó sus manos en los bolsillos de su chaqueta al sentir el frío cada vez más presente.

— Creí haber escuchado que el bar de Sunghoon era tu lugar favorito.

Heeseung sonrió de forma ladina y juntó sus cejas mostrándose confundido: — ¿Alguna vez te dije eso?

Jay suspiró cayendo en cuenta de que no, de hecho no habían hablado lo suficiente para saber mucho del otro, pero eso no evitó que el pelinegro preguntara casualmente a su amigo Taehyun por más información del pelirojo ya que este debía conocerlo bien al ser amigo de Beomgyu.

Parece que no.

— No, yo solo lo supuse por... tu sabes, la vez que nos conocimos, Sunghoon dijo que eras cliente frecuente y asumí... eso, si. —Hubo un leve temblor en la voz del pelinegro que delató su nerviosismo, por lo que la sonrisa de Heeseung se agrandó sin poder evitarlo divertido por la situación y, es que era la primera vez que Jay se veia mínimamente nervioso frente a él, usualmente el pelinegro lucía confiado y con algo para decir.— Olvídalo, ¿vamos a ese lugar del que hablas? está algo frío acá afuera.

— ¿Seguro? No te escuchabas muy convencido hace un rato.

— Bueno hace un rato pensé que sería un viaje incómodo y sin rumbo fijo. —admitió el pelinegro encogiéndose de hombros y volviendo a su usual actitud confiada.— Pero el lugar que mencionas suena mejor que volver allá dentro, así que vamos.

Heeseung no necesitó más confirmación antes de abrir su auto y subir de una vez, al igual que Jay, quién soltó un suspiro de tranquilidad al dejar de sentir el frío colándose por su chaqueta de una vez por todas. Heeseung encendió el auto y pronto comenzaron a andar por las desiertas calles de Seúl que se preparaban para darle la bienvenida al amanecer en un par de horas.

Pero era sábado, lo que significaba que todos aquellos jóvenes podrían descansar de la fiesta que se estaban montando a esa hora, al igual que ellos, quienes avanzaban sin ningún inconveniente acompañados por la música de una emisora al azar tendrían todas las horas restantes del día para pensar en lo que sea que significara este encuentro fugaz entre ellos, porque sí, ambos sabían que por más divertido que fuera, no duraría.

Lonely heart - heejayWhere stories live. Discover now