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— Teníamos semanas sin venir, ¿Sucedió algo?

Heeseung se recostó en la baranda y negó en silencio, no se tomó el esfuerzo de girar a mirar el rostro confundido e incrédulo de Beomgyu quién se encontraba recostado en el capo de su automóvil.

— Así que no quieres hablar. —continuó soltando un suspiro y dió una calada a su cigarrillo.— ¿Tiene que ver con Jay?

Esta vez el pelirojo se giró de espaldas a la baranda para observar a su amigo. Volvió a negar en silencio y lanzó su cigarrillo al piso para apagarlo.

— Creí que te vendría bien. —contestó Heeseung después de un rato en silencio.— Sé que las cosas con Taehyun siguen complicadas.

Beomgyu hizo una mueca y se acomodó en su sitio desviando la mirada a la desierta carretera en la que se encontraban.

— Si, pero eso no es nuevo.

Eran las dos de la madrugada de un viernes, es decir recién comenzaba su último día de clases de la semana, pero ellos se encontraban en aquella montaña observando la ciudad mientras el aire frío los golpeaba obligándolos a utilizar sus chaquetas para entrar en calor.

Usualmente se quedarían en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos hasta que decidieran que era buena idea compartirlos con el otro, o simplemente terminarían un cigarrillo y volverían a casa. Beomgyu sabía lo especial que era ese lugar para Heeseung, y éste sabía que aquel lugar se había convertido en una especie de tradición complicada para ellos.

— Me besé con Jay.

Beomgyu giró su cabeza tan rápido que incluso sintió un tirón en su cuello al hacerlo, sin embargo no le dió tanta importancia al dolor como a lo que Heeseung había dicho. Porque si se lo hubiera comentado mientras caminaban por los pasillos de la universidad o mientras jugaban lol, hubiera sido diferente. Pero estaban ahí. En ese lugar.

El pelinegro soltó un suspiro y lanzó su cigarrillo para apagarlo bajo la atenta mirada de Heeseung.

— ¿Hace cuanto?

— Cuatro días. —contestó llevando sus manos a los bolsillos de la chaqueta.— El lunes que me devolvió el auto.

Beomgyu asintió y relamió sus labios mientras pensaba que decir a continuación sin soltarle un "te lo dije".

— Voy a asumir que no han vuelto a hablar.

Heeseung asintió: — No sé qué decirle.

— Necesito que elabores más esa idea para poder entender.

— No sé si debería actuar como si fuera algo casual y no decirle nada, o si debería decirle que fue un error y todo eso.

— ¿Fue un error? —preguntó confundido arrugando sus cejas.

— Claro que no, desde que lo conozco había estado pensando en besarlo. —afirmó Heeseung soltando un suspiro.— Pero decir que fue un error tal vez lo convierta en algo más simple.

Beomgyu alzó sus cejas y se reservó nuevamente su entusiasmado "lo sabía" pronto podría burlarse de su amigo pelirojo, pero por ahora debía concentrarse en la otra parte de su discurso.

— Eso no soluciona nada. —suspiró y cruzó sus brazos meditando si debía decir las siguientes palabras.— A menos que sientas algo por él, ¿te gusta Jay?

— No. —contestó el pelirojo de forma rápida y casi que automática. Sacó un nuevo cigarrillo de su chaqueta y lo encendió.— Él me interesa pero no me gusta.

— Heeseung...

— Ni siquiera me interesa de forma romántica, es atractivo y agradable, pero no me gusta.

Beomgyu asintió fingiendo que entendía los puntos de su amigo, cuando claramente notaba lo que sucedía, por lo que solo le sonrió de forma ladina sin dejar de observarlo.

— Entonces ¿Por qué no te atreves a hablarle? o mejor, ¿Por qué quieres hacer las cosas simples para sus sentimientos? Suena muy preocupado de tu parte.

Heeseung rodó sus ojos y volvió a girarse de frente a la ciudad y al vacío de la montaña, quedando nuevamente de espaldas ante el pelinegro de mechas que ahora sonreía divertido con la situación, pero que reflejaba su preocupación por el otro en una mirada discreta.

— No quiero que se salga de control la situación. —contestó después de un momento de solo observar las luces de los edificios lejanos.— Sé que no me gusta, pero no sé si pueda mantenerse así.

— Heeseung...

— Él tiene algo que me hace querer estar cerca. —interrumpió el pelirojo y soltó un suspiro negando.— Y no sé que es Beom, porque es algo diferente.

— ¿Entonces por qué ser tú quién lo arruine? —inquirió el chico de mechas alejándose del auto y caminando hasta la baranda junto al pelirojo.

Heeseung lo miró de reojo una vez estuvo a su lado y se mantuvo en silencio por un instante meditando la pregunta, dió una calada a su cigarrillo y soltó el aire con tranquilidad. Beomgyu se encontraba a su lado recostando su peso en la baranda, sin observarlo directamente pero esperando una respuesta en silencio.

— Porque no quiero que él me arruine primero. —el chico de mechas lo volvió a mirar con sus cejas arrugadas en confusión, mientras Heeseung sonrió sarcásticamente.— Y no digas que no sé si va a hacerlo.

— Es que eso no significa que esta vez no pueda ser diferente Hee. —insistió Beomgyu bajo la atenta mirada de su amigo.— Para ambos.

— Querer estar cerca de alguien por motivos desconocidos no suena como algo bueno Beom, no para mi. —el pelirojo soltó un suspiro devolviéndole la mirada a su amigo.— Suena como algo de lo que debería alejarme y lo sabes.

— ¿Entonces por qué le sigues dando vueltas al asunto?

El pelirojo dejó su cigarrillo a un lado y lo apagó bajo la atenta y silenciosa mirada de su amigo.

— No lo sé, supongo que eso intento entender.

Beomgyu asintió con lentitud y con pasos lentos se devolvió hasta el auto donde se encontraba minutos atrás. Se mantuvo en silencio mientras repasaba una y otra vez las respuestas de su amigo, intentando pensar en una manera coherente de explicarle la respuesta que se encontraba buscando. Pero sabía que Heeseung no lo entendería aún; incluso si un cartel gigante y con luces se lo dijera ahora mismo, él seguiría pensando que es improbable y no lo entendería.

Por lo que la mejor opción era apoyarlo y esperar de todo corazón que no descubriera sus sentimientos demasiado tarde.

Aunque, en cuanto se subieron en el auto para regresar a casa, una nueva preocupación surgió en Beomgyu, una mayor y más importante a las anteriores.

Y es que esperaba que aquellos sentimientos que comenzaban a afectar a su amigo, también estuvieran afectando al pelinegro estudiante de modas.

Beomgyu esperaba de todo corazón que Jay también estuviera cayendo por Heeseung. Así fuera a su manera peculiar y lenta, pero que fuera mutuo.

No podría tolerar a su amigo nuevamente destruido si algo salía mal.

Lonely heart - heejayWhere stories live. Discover now