Primer beso

513 38 11
                                    

Si hablamos de personas presumidas, el grandioso Levi Ackerman, porque así es que suele llamarse a sí mismo, se llevaría todos los premios. No había día ni había noche que no se parase frente al espejo para admirarse. No había mes ni año que no presumiese lo increíblemente popular que podría ser.

Lo que era verdaderamente una tragedia habiendo tantos niños bonitos y tuviera que haberse fijado en él. En sus dieciséis años de vida se había cruzado con tipejo tan arrogante. Su abuela le decía que las personas se vuelven feas cuando tienen personalidades horribles. Irónicamente, la vida hacia a Levi más bonito cada día que transcurría.

Así como todos los niños de su edad, Levi Ackerman tenía un sueño. Él soñaba con convertirse en un estupendo bailarín y si la vida, que hasta ese momento le estaba dando tanta suerte, le permitía más días para respirar, también quería ser actor de televisión. Por eso cuando le dieron el papel para hacer de la bestia en la obra «La bella y La bestia» que la secundaria preparó como un cierre de proyecto para los muchachos de tercero, reverenció al alumnado y por poco besa al hombre de mantenimiento debido a la felicidad que carcomia su alma de presumido. Y como todo presumido, minutos bastaron para escucharlo alardeando que le había ganado el papel a Farlan Church; el chico que había audicionado más de tres veces y en todas fue rechazado.

Había conocido la empatía cuando lo vió marcharse por cuarta vez del escenario, con la cola de su disfraz de zorro arrastradandose con pesadumbre por el piso de madera y los hombros caídos. Ni siquiera se molestó en quitarse la cabeza de zorro de tanta tristeza que tenía en su corazón. El pobre no sabía distinguir un zorro de una bestia, pero era el mejor amigo de Levi Ackerman.

—Le queda el papel —murmuró viendo al protagonista de la obra recitando las líneas a la vez que se desplazaba por la tarima mientras ella, sentada con Farlan en el backstage, le acariciaba la espalda.

El rubio sorbió su nariz antes lanzarle la más castigadora de las miradas. A Farlan no le pareció un consuelo, pero la verdad no había otro ser en esa institución que fuera tan arrogante y presumido como el príncipe de la historia.

Aunque Farlan no era el único con tantos problemas. Encontrar un príncipe fue lo más fácil, el verdadero desafío estaba en encontrar una princesa perfecta para el protagónico habiendo una fila enorme de mujeres en la puerta de la sala de teatro. Todas cumplían con ser bellas, talentosas y encantadoras, pero cuidado que la que jovencita que se encontraba en la tarima no consiguiera el papel y se subiese otra muchacha para audicionar, ¡Se armaba la sanpablera ahí mismo! La guerra fue de tal magnitud que hasta Darius Zackly tuvo que intervenir entre las jovencitas pero ninguna estaba lo suficientemente arrepentida para ofrecer una disculpa a la otra por las salvajadas cometidas. Ellas tenían mente una objetivo; convertirse en Bella y besar a Levi Ackerman.

—Cuidado, lentes —dijo una pelirroja pasando por su lado cuando la castaña resbaló con un charco de agua y cayó de espalda derramando las bebidas que eran para los miembros del elenco sobre su ropa. Eran ella y otras dos chicas pero ninguna la ayudó a levantarse.

Hange se pasó las manos por la cara para quitarse las gotas de refresco y vió como la pelirroja se alejaba carcajeando con su grupo de víboras.

Tremendo alivio fue para los profesores cuando pudieron dar con la Bella ideal para el papel. Desgraciadamente Hange se ocupaba del vestuario y de preparar el café, además, a los ojos de otros no era lo suficientemente bella, así que Isabella Magnolia, quién era llamaba «Bella» por sus más cercanos, le cayó como anillo al dedo. Aunque debido a los celos de sus compañeras, también se cayó por las escaleras, irónicamente en el mundo del teatro, rompiéndose ambas piernas.

Hange jamás pensó que despertaría esa mañana para asumir el papel de la obra. Actuar no era su fuerte, prefería la feria de ciencias. Además, cuando decía cada línea le castañeaban los dientes de los nervios. ¡No quería ser Bella! Pero era la única opción con tantas muchachas en la enfermería. Ser protagonista era el más chiquito de sus problemas.

¹ 𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 ── levihan [✔]Where stories live. Discover now