Confesión

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Aquella cálida tarde del mes de abril, las cosas quedaron bastante claras para Hange. A ella no le importaba la suerte que sospechó la abandonó el día que condenó su corazón a consagrarse a desconocidos. Eran años de investigación y dedicación y disciplina que fueron pisoteados en cuestión de un segundo. Tch. Molesta era poco, estaba frustrada y herida. Ese sueño...juró que podía sentirlo tan cerca que hasta lo rozaba con los dedos. Pero se lo habían robado, así como también le quitaron su más grande descubrimiento, sus amores más grandes, Bean y Sawney, que estaban muertos.

Lo peor era que Hange no era la única que estaba sufriendo, los oídos de medio cuartel de la Legión del Reconocimiento sufría también al escuchar la hilera de lamentos, el llanto y los insultos. Mezclados, era lo más insoportable. Tuvo que, pensó Keiji, aunque se estaba arrepintiendo de haber sido él quién le avisó. ¿Quién no se arrepentiría después de ver a su líder de rodillas en el piso de rocas y tierra, tirando de sus cabellos y chillando como si el universo se le estuviera cayendo encima? Nada lejos de lo real dentro de la cabeza de Hange.

Su profesión era su mundo y su mundo...¡Mierda!

—Líder Hange —Moblit abrió paso entre los demás soldados para acercarse, quería ser él quién ofreciera su apoyo y su hombro tal y como siempre hizo.

—¡Suéltame, suéltame ya! —pero ella no quería ser tocada por nadie más que la misma muerte.

Levi observó la escena desde la ventana del castillo con ojo crítico y meneó la cabeza en un gesto de desaprobación.

—Tonta —murmuró irritado pero también avergonzado por no poder proteger lo que más amaba. Se dió la vuelta para dirigirse a su habitación.

Cuando Hange se resignó y el aire de aceptación finalmente llenó sus pulmones, se sentó con pesadumbre, desplomada en el piso y apoyando ambos antebrazos sobre sus rodillas, agachó la cabeza suspirando.

—Se acabó —dijo en voz baja. Escuchó pisadas que parecían aproximarse a ella y sin verlo supo de inmediato de quién se trataba.

—Líder...—pero no lo dejó ni terminar la frase, Hange se levantó y se alejó corriendo. Él había querido ir detrás de ella pero una mano sobre su hombro lo detuvo.

—Deja de perseguirla. Date un poco de valor —Nifa le reprendió con la mirada y él agachó la cabeza, apenado pero rápido recobró la compostura y con determinación quitó la mano de su hombro dejando a la muchacha sorprendida.

—Quizá logres entender lo que es el amor cuando lo vivas en carne propia —y se fue, sin más.

Nifa no podía creerlo, ¿Que no sabía que era el amor?

ja, no era mendirgarlo. Estaba segura.

Hange apresuró el paso para llegar a su habitación y una vez allí, azotó la puerta y con la misma fuerza se arrancó la chaqueta y la tiró con el piso de madera que rechinaba con cada movimiento que hacía de lo viejo que ya estaba. Se lanzó bocabajo en la cama y se permitió ahogar sus gritos en la almohada. Cuando se sintió más tranquila, levantó la cabeza y miró el escritorio en una esquina lleno de todo el papeleo del día anterior sin terminar. Se acercó y abrió el primer cajón sacando de ahí una botella de whisky que se había robado de la reserva de los altos mandos. Ni siquiera iban a notarlo, sería como ir y sacar un balde de agua al mar. Ah. El mar. La abrió y bebió de ella largos y prolongados sorbos. No bebía para pasar su pena, más bien se quería distraer con algo...o quizá con alguien. Y Levi apareció en su mente. Dejó la botella sobre el escritorio y salió de la habitación, esta vez, sutilmente y con la misma delicadeza anduvo por el pasillo, discreta, buscando la habitación de Levi.

¹ 𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 ── levihan [✔]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin