15-Venganza

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Narra Beatriz

Le rogué a Sabina de que fuera ella a dejarle el desayuno a Alexa, bastante claro me dejó que no quiere verme más en la vida pero resulta que al jefe se le ocurrió que debía hacer las paces y antes no me dejaba ni verla.
Entro en la habitación y la encuentro en el piso con una cobija encima, la muevo intentando que despierte. Está desnuda con muchos moretones en el cuerpo, oh mierda.
No sé de donde saco fuerzas pero la cargo en mis brazos y la llevo hasta la habitación de Alicia, hace que la deje en la camilla, la analiza por todos lados.

-La violaron.- traga saliva asombrada.

Camino de un lado al otro intentando contener las ganas de golpear la muralla, debí quedarme con ella a su lado.

-Has que despierte, necesito saber que ocurrió anoche.- tomo una de sus manos.

No sé que hace pero de apoco empieza a abrir sus ojos, de inmediato se pone a llorar, se abraza a mi con todas sus fuerzas. Vaya eso si que no me lo esperaba para nada.

-Iré por ropa para que hablen un momento.- dice saliendo.

-Dime mi carita de ángel.- lloro a su lado al verla en estas condiciones.- Quién te hizo esto?.- beso su frente.

-Ya no tiene sentido que lo diga.

-Tengo derecho a saberlo, quién fue el cabrón.- saco los mechones de pelo de su cara.

-Antonio, ahora logró su cometido.

Se me destruye el alma, ella era intocable.

Aparece con ropa y abrigos.

-Quédate aquí un momento vuelvo enseguida.- masajeo su mejilla.

-No por favor.- me apega aún más, la abrazo con todas mi fuerzas.

-Aquí estoy.- limpio sus lágrimas.- No me voy a despegar de ti.

Le ponemos ropa con mucho cuidado, el hijo de puta la dejó muy lastimada pero me las va a pagar. Le inyecta un calmante logrando que se quede profundamente dormida, es hora de actuar, haré valer el lema de los Damnatus.

Saco de mi habitación dos navajas y mi amada pistola, por lo menos unas ocho personas han muerto bajo este gatillo, ahora va a ser el número nueve.

Salgo furiosa en busca de Antonio, de seguro está de guardia por los alrededores de la casa, lo busco por media hora hasta que lo encuentro charlando muy animadamente con Samuel y el jefe, lo que faltaba.

-Ahora si que te vas a enterar cabrón, estás jodido.- le lanzo un escupo.

Samuel me toma de los brazos sin entender que pasa.

-Se puede saber que haces?.

-Pregúntale a tu amiguito aquí presente que fue lo que hizo anoche mientras todos dormíamos.- hago que me suelte.

Puedo notar como sus músculos se ponen tensos.

-Fumé un cigarrillo y luego me fui a la cama.- habla como si nada.

Aaahh lo quiero bajo tierra.

-Te odio.- le lanzo una navaja que da en una de sus orejas.

-Hija de puta.- grita poniéndose la mano en la herida.

-Violaste a Alexa.- le disparo en una pierna.

Cae de rodillas.
El jefe me mira con los ojos como plato, le pregunta a Antonio si es verdad este asiente pidiéndole disculpas, toma unas esposas y se las pone dejándole las manos en la espalda.

-La traición se paga con venganza, le vas a hacer un corte en cada parte que le dejó un moretón a Alexa.- me ordena.

-Con mucho gusto jefe.- preparo mis navajas y empiezo cortando.

Lo hago lento y profundo, sus quejidos son música para mis oídos.
Desabrocho su pantalón sin dejar de mirarlo a los ojos, tomo su miembro y se lo corto dejándolo sin este.

-Nooo.- llora al ver que se lo doy al perro.

-Pensaba en matarte pero es mejor dejarte sin tu pene para que así no le hagas daño a ninguna chica más.- golpeo su rostro con mis puños.

Soy mala persona pero es la única forma de que entienda que una mujer no se puede tomar a la fuerza.

Me meto a la ducha haciendo que la sangre que me salpicó a la cara y manos desaparezca por completo, salgo envuelta en una toalla, quedo sorprendida al verla sentada en mi cama, se suponía que iba a estar durmiendo por unas horas, a penas me ve salta a mis brazos llorando en mi pecho, la llevo hasta la bañera le agrego agua tibia, un baño de espuma le va a venir bien.
Está como un pollito recién salido del cascarón no es capaz de hacer nada, pido permiso para quitar toda su ropa y asiente con su cabeza.

Hace que me meta con ella se recuesta hacia atrás en mi cuerpo, es como esas escenas románticas pero aquí es todo lo contrario.

-No se qué hacer ojitos de cielo.- solloza.

-Deja que te cuide.- beso su cabeza.

-Su maldito esperma está dentro de mí, me penetro tan fuerte que sangré mucho cuando me dejó ahí tirada, ni te imaginas cuanto duele.- tensa sus manos.- Estoy sucia.

-No digas eso, él está sucio, él es un maldito cerdo que ahora está sin su preciado miembro y eso le pasó por ser un hijo de puta.

Levanta su cabeza hacia atrás, la sorpresa es su rostro es notoria.

-Que hiciste?.

-Se lo di al perro y hice tajos por muchas partes de su cuerpo.- paso la esponja por su espalda.

-Eres demasiado mala pero me alegro que este sufriendo.

Nos salimos de la bañera, se pone ropa mía le queda bastante bien, hago que se tome la pastilla del día después lo peor del mundo sería quedar embarazada de tu atacante.

Veo su rostro con los ojos hinchados de tanto llorar y las marcas que le dejó, puedo imaginar lo mucho que sufrió anoche, me siento tan culpable.

Lo genial es que Fabricio mañana llegará con todo el billete a rescatarla y se la podrá llevar del infierno, lástima que yo sin ella me voy a quemar.

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La venganza sólo se da cuando hay traición, es el lema de los Damnatus!!

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