Lovely - Eddie Munson +18

La carta

- ¡Maddison! ¡Baja ahora mismo! -gritó mi madre desde abajo.

Yo gruñí y rodé por la cama.

Conseguí abrir un ojo y mirar la hora en el reloj, eran las tres de la tarde.

Joder, había dormido toda la mañana.

Me levanté de mala gana, y bajé las escaleras.

Mi madre estaba en portal, apunto de irse al trabajo.

- Me ha llamado Max, quería verte y está de camino, yo me voy a trabajar, nos vemos por la noche cariño. -besó mi cabeza y se fue disparada.

- Adiós supongo. -dije aun dormida cuando la puerta se cerró.

Dios, necesitaba comer algo.

Fui a la cocina y encontré comida hecha, gracias a los cielos.

Me senté a comer y cuando iba por la mitad el timbre sonó.

Me levanté y abrí.

- Creía que seguirías durmiendo y no me abrirías la puerta. -dijo Max con una risita.

- Ayer salimos y llegué tarde a casa. -le expliqué mientras ella entraba y se sentaba en el sofá.

Yo me senté a su lado.

- ¿Qué tal fue con Eddie? -preguntó dándome un pequeño golpe con el hombro.

- No pasó nada, Max, sabes que te lo contaré cuando pase. -le dije sonriendo.

- Eso espero, con Steve me lo contaste, incluso antes que a mi hermano. -dijo ella y se puso a reír.

- ¡Es verdad! me acuerdo que fue a casa de Steve, le pegó un puñetazo y luego le dio la enhorabuena por haberse metido en mi cama. -me reí yo con ella.

Pero la risa duró poco al darnos cuenta de que estábamos hablando de él.

- Le echo de menos,  Maddy, todo esto es demasiado y ahora con las pesadillas de nuevo.. -dijo tirándose con la espalda en el respaldo del sofá.

- Nunca dejaremos de echarle de menos, solo aprenderemos a vivir con el dolor. -le dije recordando las palabras de Eddie.

- Ayer por la noche, tuve una pesadilla de nuevo, y como no podía dormir, entré en el cuarto de Billy, fue la primera vez desde que él se fue que entraba allí. -dijo y sacó una pequeña caja de la bolsa que llevaba ella.

- ¿Sigue igual? su habitación, digo. -pregunté al recordar todos los momentos que pasaba con él ahí.

- Nadie se atreve a quitar nada, ayer encontré esto, y al abrirlo me di cuenta de que era para las dos. -abrió la caja y la colocó en la mesa.

Yo la miré algo ilusionada, estaba llena de fotografías y había un sobre con mi nombre, el cual cogí de inmediato. 

- Léela después, también había una para mi, no sé como será la tuya, pero la escribió cuando ya estaba poseído por el azotamentes, en algún momento que debía de volver a ser él. -explicó ella y yo me la guardé para leerla más tarde.

Max sacó las fotos y empezamos a verlas.

Había todo tipo de fotos, desde Billy conmigo haciendo el tonto, hasta posando para el baile de graduación, mías con Max aprendiendo a montar en monopatín.

Todos nuestros recuerdos estaban ahí.

Max dejó que me quedara algunas y las puse junto a la carta.

- Tengo que irme ahora, pero nos vemos en estos días y no dudes en venir a casa, mamá también te echa de menos. -dijo ella y me abrazó.