Lovely - Eddie Munson +18

La feria

- ¿Él está bien? -preguntó Max buscando mi mirada.

Al despertarme, ella había subido a la habitación a verme, mientras los demás estaban abajo.

- Seguía como siempre, el mismo de siempre. -dije con una pequeña sonrisa, recordándolo.

- Ojalá le hubiese podido ver una vez más. -dijo ella y una lágrima le rodó por la mejilla.

Yo se la limpié rápidamente.

- Él te quería, Max, más que a nadie y sé que está bien, que sigue con nosotras, siempre lo hará. -la abracé.

- Siempre cuidó de nosotras. -dijo ella entre mi pelo, aferrándose a mi.

- ¿Chicas? los chicos han pensado que podemos ir a la feria, para celebrar que todos estamos bien. -dijo Robin entrando en la habitación.

Se acercó a nosotras y yo tiré de su brazo para que cayese en la cama junto a nosotras.

- ¿Realmente ven a Eddie y a Steve subidos a las atracciones? -dijo Max con una risita.

- ¿Quién creéis que va a vomitar primero? -pregunté y las tres soltamos una carcajada.

Después de un rato bajamos.

Los chicos ya estaban listos, era casi de noche y la verdad era que me apetecía ir a la feria.

Estaba feliz.

Aunque me seguía faltando una parte de mi alma.

Ellos estaban bien, así que con eso me bastaba.

- ¡Quiero uno de esos! -gritó Dustin y salió corriendo junto con Mike, Lucas, Will y Max.

Habían visto unos peluches realmente gigantes y seguramente no pararían hasta conseguir uno.

- ¿Qué tal si nosotros vamos a subirnos a eso? -preguntó Robin señalando la atracción más alta.

Steve y Eddie se miraron con caras de pánico.

- ¡Vamos! -dije y agarré la mano de Eddie, entrelazando sus dedos entre los míos.

Robin y Steve iban detrás.

- ¿Estás mejor? -preguntó él mirándome con una sonrisa.

- Siento lo que pasó en el portal, tú si eres suficiente, Eddie, es solo que Billy era mucho para mí y me va a doler toda la vida. -dije disculpándome.

- Maddy, te vi desde el primer día, te vi a través de todos los muros que intentas levantar a tu alrededor, y te dije que los iba a derrumbar todos, no quiero desbancar a Billy o que lo olvides, quiero que su recuerdo esté siempre contigo, que me cuentes todo de él si hace falta, pero que aun así yo pueda ser tu futuro. -dijo y me acercó más a mi.

- Eres increíble, Munson ¿te lo han dicho alguna vez? -pregunté burlona.

- Sí, tú, en mi caravana, cuando estabas sin ropa. -esta vez lo susurró cerca de mi oreja y yo le di un golpe en el brazo.

- Eres un cerdo. -le dije entre risas.

- Y así te gusto. -dijo él orgulloso.

Llegamos a la cola para subirnos y  Steve y Robin se sumaron a la conversación mientras esperábamos.

Pero como siempre, el pasado tenía que resurgir.

- Pero si es la famosa Maddison Walker, ¿cómo está el perrito faldero de Hargrove? uy lo siento. -dijo una voz que todos conocíamos bien.

- Al parecer sigues igual de gilipollas, Carver. -le dije girándome hacia él.

- Y tu igual de guapa, ¿ya te has buscado a otro perrito para que te siga a todas partes? -señaló a Eddie con la cabeza.