Lovely - Eddie Munson +18

Epílogo

- Pienso parar esta boda ahora mismo. -habló la voz de Billy desde la puerta.

Robin, Max y yo nos giramos para mirarle.

- Dime que no es la chica más guapa que has visto en tu vida. -le dijo Robin.

- Sigo sin entender por que no fuiste a por ella, Billy. -dijo Max riendo.

- Sí fui a por ella, pero me rechazó y se fue con Harrington y luego con Munson. -se quejó Billy y yo le pegué en el hombro cuando llegó a mi lado.

Él rio y besó mi frente.

- Nosotras vamos a ir ya para allá, en unos minutos tienes que salir, no estés nerviosa, vas a estar genial. -Robin me abrazó junto a Max y las dos se fueron.

Ellas dos llevaban unos vestidos de color coral preciosos, largos y sueltos.

Mi vestido era blanco, obviamente, era la maldita novia.

- ¿Estás lista diablita? hoy pareces más un ángel, aunque yo en el fondo se que de ángel no tienes nada. -Billy sonrió con suficiencia al decir eso y yo me reí.

- ¿Ya están todos ahí? -pregunté levantándome.

- Todos esperan a la reina. -dijo él haciendo una reverencia.

- Entonces, vamos a dejarlos a todos con la boca abierta. -levanté la cabeza y cogí su brazo.

Él sonrió y los dos salimos por la puerta.

Me llevó hasta un camino de pétalos de rosas, al final estaban todos los chicos.

Y Eddie.

Mi Eddie.

Él sonrió con ganas al verme y se le iluminaron los ojos, casi al punto de llorar.

- Te adora, diablita. -susurró Billy y empezamos a caminar hacia él.

Llegué con Eddie y él entrelazó sus dedos con los míos.

Steve estaba a su lado, y  Billy se colocó con él.

A mi lado estaban Max y Robin.

Y en primera fila en uno de los bancos estaban los chicos, Dustin, Lucas, Will, Mike y mi madre, sus padres y todos los demás familiares.

Ni siquiera me di cuenta de lo que decían hasta que los labios de Eddie estuvieron encima de los míos y todos empezaron a aplaudir y gritar.

- ¿Ya puedo llamarte señora Munson? -dijo Eddie con una sonrisa al separarse de mi.

- Eso de señora es para gente vieja, señorita Munson está mejor. -le sonreí y Eddie volvió a besarme.

- ¡Se acabó el espectáculo, hay una fiesta a la que ir! -gritó Robin y todo el mundo empezó a moverse hacia dentro del local que habíamos alquilado.

Y efectivamente, nadie se sentó en las mesas.

La música empezó a sonar a todo volumen y todos empezamos a bailar.

Steve nos trajo bebidas a todos.

Y así empezó la noche más bonita de mi vida.

Casada con quien más adoraba en el mundo.

Y con la mejor familia que podría haber encontrado.

- Eddie, tengo que decirte algo. -le susurré al oído mientras todos bailaban a nuestro alrededor.

- Dime. -me miró esperando una respuesta y yo sonreí.

- Vas a ser papá, tengo un retraso de veinte días. -le dije y él abrió mucho los ojos.