Capitulo 24.

78 13 10
                                    

Capitulo 24

Shim JaeYoon

Los hospitales no me gustan, jamás me han hecho sentir cómodo. Es normal que odie estos lugares con toda mi alma, después de todo, en Australia solía visitarlos a menudo, ya fuese porque mis compañeros de clases me golpeaban a menudo o también por papá, que luchaba contra el cáncer. A lo que voy en realidad con todo esto; odio este edificios y cada parte de él.

Llego al lugar corriendo mientras esquivo a la gente, me detengo en la recepción donde solo pregunto por mi novio y me informan que debo esperar porque Hoon aún no despierta. Luego de murmurar un par de insultos, aguardo en el pasillo junto a mis amigos.

Me sorprende el hecho de que los únicos familiares de SungHoon presentes sean el padre del mismo y Jay, este último sentado cabizbajo junto a la puerta de la sala en la que se encuentra su hermano menor. Pasan quince minutos hasta que llegan Chanyeol junto a la abuela Park, ambos abrazan a Jay, quien rompe en llanto cuando su hermano mayor le dice que todo saldra bien. La última en llegar al lugar es su madre, que muy bien vestida y con la cartera en mano, camina hacia su esposo y estampa la palma de su mano en la mejilla de Min-ki.

—¡¿Qué diablos te pasa, Mujer?!—exclama el hombre mientras toca su mejilla roja.

—¡Te he permitido y perdonado tantas cosas, esta vez no puedo ignorarlo! ¡Él es mi pequeño! ¿Cómo pudiste hacerle eso a tu hijo?

Todos los presentes no mantenemos al margen de la conversación, ninguno detiene a la mujer cuando vuelve a cachetear a su marido. Y nadie detiene a Ye-ji por una simple razón: Park Min-ki merece todos los golpes e insultos que la mujer le está dando. Min-ki merece toda la mierda del mundo y más.

—¡Yo solo corregí sus héroes como mi pa...!

—No vengas con eso de "mi padre corregía a mano dura" todos sabemos que eso no es cierto.

Min-ki abre la boca para hablar, su hijo mayor es más rápido y le interrumpe.

—Puede que conmigo te lo permitiera. Permití tus golpes, insultos y humillaciones, pero no permitiré que le hagas los mismo a mis hermanos —Mi-ki es un hombre corpulento, pero comparado con su hijo mayor se ve pequeño— esto no quedará así, no dejaré que esto quede así. Eres alguien importante, sé que será difícil arruinarte la vida... Pero juro que lo haré, papá.

—¿Y que harás? —tiene el descaro de preguntar, e incluso una sonrisa se forma en sus labios— no puedo creer lo mal que está este mundo. ¿De verdad ven a la homosexualidad como algo normal? No son más que unos enfermos.

Sunoo es el primero en bajar la mirada al suelo, Ni-ki junto a él aprieta los puños molesto. Cualquiera diría que sí las miradas matarán, las de Riki y Jungwon ya habrían asesinado hombre.

—Entonces... ¿Lo que usted hace sí es normal? —mi voz sale solo en un murmuro, pero lo suficientemente fuerte para que se escuche— golpear a sus hijos, decirles que no merecen vivir... Desearles la muerte ¿Eso es normal?

—¿Quién te crees que eres para hablarme así?

—Sabe bien quién soy. Se lo recordaré con justo; soy quien creyó y apoyó a SungHoon cuando su padre le dió la espalda. Soy quien le dió confianza para seguir luchando aún cuando no creía merecer vivir. Quien no lo juzgo y solo se mantuvo a su lado. Soy quien más lo ama, aún más que sus propios padres.

Los recuerdos me invaden la mente haciendo que mis ojos se cristalizen.

.
.
.

Hoonnie ¿Estás aquí?

Ingrese al baño mientras observaba a mis alrededores.

Si SungHoon no estaba ahí, ¿dónde diablos estaba?

Me detuve frente al lavado y miré mi reflejo en el espejo, abriendo los ojos con sorpresa al ver esos zapatos tan conocidos que se veían dentro de uno de los cubículos através del reflejo.

Sé que eres tú... Yo te ayude a elegir esos zapatos, bobo.

—No se de qué hablas...

Sonreí levemente, caminé hacia el cubículo y me dejé caer contra la pared, junto a puerta.

—Es una pena que no seas SungHoon. En realidad quería hablar sobre unas cosas que me tienen pensado.

—¿Qué... cosas?

—No le digas que te dije, pero... Lo he visto decaído últimamente. No sé si es que peleó con sus padres o hermanos, quizás con la abuela Park, pero lo noté triste. Y ya sabes, a nadie le agrada que el chico que le gusta este triste.

—Él está bien... SungHoon está bien.

Era algo bastante gracioso aún en esas circunstancias. El hecho de que Hoon hablara en tercera persona, lo hacía tierno.

—Puedes confiar en mí, lo sabes, ¿cierto? —el silencio se apoderó del baño, luego de unos segundos suspiré— Hoon, puedes hablar conmi...

—¿Crees que soy raro?

—¿Por qué preguntas eso? —fruncí el ceño.

—Mis padres creen que soy raro... por eso esconden mi trastorno. No quieren que sepan que soy anormal.

—No digas eso, lo haces sonar mal.

—Es la verdad. Mi padre quiere que sea el hijo perfecto, tener el trastorno arruina todo.

—Para mí no eres raro. La bipolaridad es una parte de ti, de alguna forma es lo que te hace ser como eres, y así me gustas. Quizás mi opinión no importe tanto como la de tus padres, pero quiero que sepas cuán perfecto eres ante mis ojos.

.
.
.

Min-ki da un paso hacia mí, pero no siento miedo. Quizás es el enojo que siento.

—Es su hijo y por más que él no sea lo que usted quiere que sea... ¡Por dios! ¿A caso no tiene siquiera un poco de corazón? ¿No ama siquiera un poco a SungHoon? —de mis ojos salen lágrimas causadas por el enojo— sé que la perfección no existe, pero SungHoon es la persona que más se acerca a ella. Es el mejor estudiante, el mejor en la pista de patinaje, es alguien educado y de buen corazón. Mi padre hubiese deseado que yo fuese como Hoon, jamás lo fui... Mi padre murió y yo nunca pude ser al menos la mitad de buen hijo de lo que es Sunghoon. Usted tiene la oportunidad de tener un increíble hijo y no lo valora como es debido.

—Ya cállate.

—No, no lo haré —me niego a cerrar la boca y dejarlo pasar, él merece cada a una de mis palabras— ¿A qué le teme? ¿Es por qué a Hoon le gusta un chico? ¿Es por qué ese chico soy yo? Si esa es la razón, usted es el enfermó aquí.

Min-ki levanta el brazo y yo estoy listo para recibir el golpe. Este nunca llega, Ni-ki es más rápido y le toma por la muñeca.

—No sé que mierda tiene en la cabeza y la verdad tampoco me importa. Solo voy a decir esto una vez y espero me escuche bien —la voz de mi menor amigo sale en un tono neutro, aún así en ella refleja el asco que siente por el mayor— usted vuelve a levantarle una mano a alguno de mis amigos, y no me importará que tan importante sea, juro que le romperé cada hueso del cuerpo.

El ambiente es tenso. Por un lado está Park Min-ki, quien nos odia a todos por, y por otro lado estamos los demás, quienes estamos a una palabra más de matarlo.

—Familiares de Park SungHoon —la enfermera llega al pasillo— el paciente a despertado e insiste en ver a Shim JaeYoon.

Me pongo de pie para entrar a la sala, antes de hacerlo me detengo en la puerta.

—Min-ki... —la madre de SungHoon habla en voz baja— quiero el divorcio. No quiero tener que verte cerca de mis hijos jamás.

.
.
.

BonhomieWhere stories live. Discover now