Capitulo 08.

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Capitulo 08

Shim JaeYoon


De todos los errores de mi vida, he cometido el peor anoche cuando confesé indirectamente que estoy enamorado de SungHoon, estando frente a bueno, SungHoon y todos nuestros amigos. Sí, un completo tonto.

Solo quiero desaparecer, que me coma la tierra y me suelte en Narnia. Pero claro, la tierra no come a homosexuales cobardes que no pueden declararse a su crush, por lo que solo queda enfrentar la realidad y enfrentar el hecho de que ya todos saben que me gusta Hoon.

Esoooo, que felicidad.

Cuando despierto por la mañana me encuentro en una situación bastante incómoda. Estoy acostado en la sala, pero eso es algo normal dado a mi ya conocido sonambulismo, lo incómodo es que SungHoon esté agachado junto a mí y extremadamente cerca.

—¿Entonces no es raro?

SungHoon habla solo, mirando a la nada. En realidad es un poco raro, creo antes no ví ese detalle en él.

El amor es ciego dicen por ahí.

—¿Que es raro? —pregunto.

—Despertaste.

SungHoon gira su rostro, terminando sólo a unos sentimientos de mi cara, causando que mi corazón no haga más que ir extremadamente rápido, mientas mis mejillas se ruborizan con intensidad. 

Estúpido SungHoon.

El silencio se mantiene por mucho tiempo, siendo sorpresivo que con todo lo que ha pasado anoche, no sea incómodo.

No tengo tiempo de advertirle a SungHoon de sobre mi mejor amigo que camina directamente hacia él, con su sonrisa que dice "voy a hacer una de mis JungWonmaldades". Cuándo abro la boca, ya lo ha empujado sin cuidado alguno con su cadera, teniendo como resultado que Sunghoon pierda el equilibrio que ha mantenido mientras estaba agachado mirándome –que raro ha sonado eso– y se tambalee, cayendo sobre mí.

Mi espalda choca contra el suelo, al igual que mi cabeza, pero la mano de Hoon ha impedido el golpe. Sus labios se posan sin previo aviso sobre los míos.

Mi primer beso, ha sido uno no planeado.

¿Debería estar feliz o triste?

Sus labios son dulces y suaves, parecen algodón de azúcar. Me gustan. Son como soñé.

SungHoon reacciona en un abrir y cerrar de ojos, alejándose como si quemara.

Lo bueno no dura para siempre.

—Yo lo siento. No... no...

Me enderezó, mientras me tocó los labios.

Repito, ¿debería estar feliz o triste?

En este momento creo que solo quiero llorar. Las cosas se han ido al carajo en menos de veinticuatro horas. Sabe que me gusta, nos besamos, ahora seguro todo será raro por unos días y finalmente, no va querer saber nada mí.

—Me... Mejor iré a la cocina y  ayudare con el desayuno —susurra mientras mira cualquier cosa menos a mí.

No tengo tiempo de hablar o siquiera pestañear, SungHoon ya ha corrido hacía la cocina. Se ha escapado de mí y algo me dice que desde este día, así serán las cosa.

—Jake —miro hacía arriba, dónde Yeonjun me observa— ¿está todo bien entre ustedes dos?

—Eso creo, Yeonjun.

—Hare de cuenta que te creó —me ofrece su mano, la cual no dudo en tomar para ponerme de pie —ven, vamos a comer. Creo que la mamá de Sunoo ha hecho ramen.

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Estuve toda la noche dándole vueltas al asunto como si estuviese en una calesita. Buscando respuestas y soluciones, la verdad es que la única que se me ocurrió es irme a Australia, y no creo que mamá lo acepte. Me siento patético por querer escapar, pero soy un cobarde. Sería el primero en morir en una película de terror por eso mismo, y el ganador de los juegos del hambre solo por estar siempre escondido. Y ya no sé ni las razones por las que me comparo con esas cosas que ni siquiera son importantes ahora mismo.

Lo primero que hago cuando llegó al colegio es buscar a SungHoon con la mirada. Debo hablar con él, debo aclarar las cosas y arreglar todo el desastre.  Ya saben, que seamos amiguis como si nada hubiese pasado jamás. No es la mejor idea, lo sé, pero la única que se me ocurrió anoche mientras daba vueltas como en una calesita.

Y ahí está, caminando y leyendo un libro. Me sorprende que no choque contar nada o nadie, yo ya hubiese caído al suelo un par de veces. Es más, me sorprende encontrar a alguien que leé tanto como yo. Supongo que de verdad es el ama gemela con la que no estoy destinada a estar, ¿no?

Camino decidido hacia él, porque soy una persona valiente, fuerte y lista para enfrentar las cosas.

¿Estoy listo en realidad?

No, pero debo estarlo y no queda de otra.

Me detengo frente a Hoon, haciendo que él también detenga su caminar, levantando la mirada. En el instante en que me ve, le noto tensarse totalmente. No quería verme, lo sé. Y aquí estoy, frente a él, con un discurso preparado, del cuál me he olvidado la mitad de las cosas que iba a decir. Todo se ha borrado con cada paso hacia él, con cada centímetro menos de distancia y con sus ojos que me observan con duda.

—Hoonnie... —es lo único que logro articular, antes de que me esquive y siga caminando.

Y como ya era sabido, SungHoon ha comenzado a evitarme.

Quiero llorar como aquella vez en la azotea, creo que incluso más. Está vez no vendrá a consolarme y a decirme que me tome mi tiempo, ¿verdad? Esta vez va a dejarme solo, sin darme la oportunidad de poder explicarle nada. Y no puedo culparlo, creo que yo haría lo mismo.

En lugar de confesar mi amor, voy a tener que volver a admirarlo desde la distancia, encontrando consuelo en cada sonrisa, aunque no sea dirigida hacía mí. Voy a tener que encontrar excusas para estar cerca sin que él se dé cuenta, pero ya no voy a poder deleitarme con cada conversación casual, cada mirada furtiva y cada momento compartido.

—Jakey, aquí estás —Youngbin pasa un brazo por sobre mis hombros, pero me alejo en el mismo instante en el que siento el tacto— ¿qué pasa?

—Ahora no, Youngbin.

—¿Qué tienes?

Suelto una risa suave que no llega a ser sincera, llevando una mano a mis okos para secar las lágrimas que comienzan a formarse.

—SungHoon jamás va a verme de la forma que yo lo veo, ¿verdad?

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Es demaciado corto el capítulo, me dí cuenta mientras corregía. Me disculpo, corazones de melocotón.

Gracias por leer. <3

Brianna_

BonhomieWhere stories live. Discover now