Capitulo 13.

107 17 2
                                    

Capitulo 13

Shim JaeYoon

Ahora sé lo que sienten en las películas de terror al esconderse, solo que yo en vez de un asesino o espíritu, me escondo de mi primer amor. De hecho, prefiero mil veces a un fantasma o loquito con cuchillo, a SungHoon insistiendo en hablar conmigo en este momento.

Cobarde.

Asomo la mitad de mi cuerpo por la puerta del salon para verificar que no esté cierto coreanito cerca, pudiendo suspiras con tranquilidad al ver que eso es así.

—¿De quién te escondes?

Brinco en un sobresalto al oír su voz, volteando rápidamente para encontrarlo frente a mí. No sé cómo, pero me las apaño para rodearle y terminar dentro del salón, yendo a un extremo muy alejado de él en la habitación.

—Quiero hablar contigo.

—Yo no quiero hablar —murmuro, y Hoon, da un paso hacia mí— alejate.

—Tú no quieres hablar, yo tampoco quiero alejarme.

—Tú estás hablando.

—Y tú... no dejas de alejarme —deja salir en un susurro— deja de alejarme.

Se me es imposible no formar una sonrisa amarga, soltando una risa con la misma emoción.

Es simplemente increíble.

—¿Yo soy quien se aleja, SungHoon? —preguntó— te acercas, me haces sentir especial y luego desapareces por una semana, regresas, me ignoras por dos días y dices que soy una carga en tu vida. No soy quien se aleja o lastima al otro. No, claro que no. Tú mismo lo haces, joder. Es malditamente doloroso no poder entenderte, aún más que no hagas el mínimo intento en explicarme.

Sus ojos siguen fijos en los míos, no puedo descifrar con que emoción me mira. SungHoon es como un muy difícil rompecabezas que tiene las piezas escondidas por todos lados y entonces, cuesta el triple intentar descifrarlo.

—Sé que te he hecho daño con todas mis acciones, también sé que estás en todo tu derecho de enojarte, gritarme e incluso golpearme, lo merezco su tono es bajo y casi no se oye— y aún así, voy a pedirte que me des otra oportunidad. No puedo... No quiero dejarte ir.

Mis ojos han dejado de verle en el mismo instante que ha empezado a hablar, pero vuelven a él al escuchar su voz romperse en las últimas palabras que ha dicho. En un instante, la culpabilidad me invade.

—SungHoon... —susurro.

—¿Alguna vez sentiste miedo de una persona? Él terror de que lastime a quien amas. Yo siento ese miedo, estoy aterrado.

—Yo no... —dejo mis palabras en el aire, negando— no lo he sentido.

—Siempre he estado solo; mis padres están obsesionados con el trabajo. Solo preguntan sobre mis calificaciones o competencias. Es triste en realidad, comencé a patinar porque era lo que ellos deseaban y desde que comencé, nunca han ido a verme... —susurra lo último con dolor, por primera vez puedo descifrar ese brillo en sus ojos— mis hermanos se fueron de casa hace años, mi abuela tiene demencia y algunas veces no recuerda ni quien es su nieto. No tenía con quien hablar, a quien abrazar, con quien llorar o reír. Me acostumbré a la soledad, me convencí de que estaría así por siempre, y de repente llegaste con ese poema, con esa foto. Entendí eso de que los fotógrafos expresan lo que sienten o ven a través de sus camaras. En esa foto me veía triste, solo y lastimado, pero de alguna manera lograste capturar la verdadera escencia en mí. Sentí que por primera vez alguien me conocía de verdad y no miraba solo la máscara falsa delante de mi rostro.

BonhomieWhere stories live. Discover now